Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Max Murillo Mendoza
El comunista Waldo Jiménez, que es el rector de la UMSS de Cochabamba, tiene que renunciar porque es el principal culpable del desastre en la universidad estatal de Cochabamba. La vergüenza a la que han llegado los centros académicos en general, traspasa toda lógica del sentido común en un país del tercer mundo, como es nuestro caso. Bolivia tiene enormes necesidades educativas, enormes necesidades económicas y enormes necesidades de nuevas informaciones como tecnologías. Y lamentablemente nuestras casas superiores de estudios no están a la altura de estas demandas y necesidades. En principio es elemental entender los porqués, ya que es otra vez la confirmación de que las clases altas y medias no entienden las realidades de este país, en sus mentalidades de haber vivido siempre a espaldas de nuestras realidades, soñando en Miami, París, Bruselas o Madrid, como si vivieran en un país del primer mundo. En segundo lugar, pues nuestras casas superiores de estudios son instituciones trincheras de los partidos tradicionales (de izquierda y derecha), que han hecho sus últimos feudos políticos, racistas, discriminadores y poco eficientes. El comunista de clase alta Waldo Jiménez, considera en esa línea que la UMSS es su feudo y que nadie le sacará de ahí aún haya muertos o heridos.
Hace meses jóvenes estudiantes, de todos los bandos, aprenden violencia generalizada y aplicación de la misma que es la aplicación de la política tradicional de Bolivia: violencia y discursos lindos. Esos jóvenes que en los discursos de nuestras instituciones son “el futuro de Bolivia”, están siendo condenados a repetir las lógicas tradicionales de la política criolla boliviana: de vencer y destruir al enemigo, de aplastar al distinto. Lógicas absolutamente coloniales. Esos jóvenes que son sólo reflejo de nuestra sociedad: violencia como lenguaje privilegiado de la política. Lo asombroso es que no haya autoridad alguna que le interese realmente solucionar ese problema. Increíble pero cierto.
En Bolivia no es costumbre renunciar aún cuando se es un pésimo y corrupto funcionario de Estado. En realidad es una costumbre muy hispánica o española colonial: considerar a las instituciones como parte familiar, es decir patrimonialista. No tenemos la costumbre institucional moderna liberal, sino la hispánica medieval. Violencia de por medio. Pero insisto que estos fenómenos son la punta del iceberg de lo que realmente son las clases medias y altas de este país: nada modernas y nada liberales. Y se agarraron al Estado desde siempre por su inutilidad histórica para generar instituciones privadas, u oportunidades fuera del Estado. Manguear al Estado es su deporte favorito. En el caso de la UMSS de Cochabamba, tiene una yapa más con la claridad meridiana: el rector es comunista de clase alta. En temas de mentalidad y costumbres no hay diferencia alguna entre izquierda y derecha, son caras de una misma moneda.
Lamentablemente los mayores perjudicados son la mayoría, la inmensa mayoría de jóvenes que necesitan estudiar y terminar sus estudios, como esperanza de días mejores en un país tan inseguro y con pocas oportunidades económicas en la vida. Estoy seguro que en muchos casos la situación es trágica, porque perder un año es realmente terrible cuando se depende por razones estructurales de ese año. Pero a quién carajo le interesa? Si el rector ya tiene segura su vida y su sueldo a pesar de los heridos y la sangre? Los miles y miles de estudiantes que perderán este año, no serán compensados ni mínimamente. Tendrán que tragarse la realidad y la ineficacia de las autoridades regionales y nacionales, que prefieren hacerse de la vista gorda, en un manto de impunidad total ante el grito de los jóvenes, por cambiar esas estructuras medievales y anacrónicas que son en general nuestras superiores casas de estudios. No interesa en este momento si esos jóvenes son troskistas o maoístas o cristianos. Es el mensaje, es el grito de cambio que no está siendo escuchando, y la sordera es parte de la política tradicional estructural.
y Twitter: @escuelanfp
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios