Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Max Murillo Mendoza
Recuerdo bien los cursos de interesantes y brillantes teólogos de la liberación, varios de ellos curas tercermundistas, cuando alumno en la experiencia Juan 23 en Cochabamba a finales de los años 70, o sea en plena dictadura militar. Discusiones entre marxistas y teólogos de la liberación, realmente no mostraban, en los discursos, mayores diferencias. Por aquellas épocas las ideas estaban absolutamente claras: hacer la revolución. No interesaban los modelos o qué facción ideológica las iniciara y capitaneaba. Incluso teníamos la impresión que muchos curas de la iglesia católica, eran mucho más avanzados y coherentes que la mayoría de los militantes de izquierda, siempre débiles y mostrando sus carencias humanas de calidad, como hasta hoy. De hecho teníamos información de las corrientes más avanzadas de la Teología de la Liberación de Latinoamérica, como Brasil o Centro América, donde muchos curas fueron asesinados por las corrientes más destructivas de las dictaduras militares, apoyadas masivamente por los Estados Unidos. En definitiva no había mayores diferencias en los objetivos, entre militantes marxistas y teólogos de la liberación. Es cierto también que el Papa anti comunista, el polaco Juan Pablo Segundo, cambió radicalmente la situación de la iglesia en Latinoamérica, destruyendo las bases de las instituciones al mando de curas más comprometidos y cambiándolas por curas de derechas y mercenarios de la moda neoliberal. Los curas de avanzada fueron arrinconados, y muchos expulsados de las filas de la iglesia.
Pero hoy tengo más dudas y preguntas sobre aquellos acontecimientos que en apariencia parecían prometedores, o al menos daban la impresión de que instituciones como la iglesia católica realmente habían cambiado radicalmente sus cimientos coloniales, medievales y profundamente conservadoras como representaciones sociales. Cuando el mundo ha dado pasos substanciales en sus modificaciones sociales, y Bolivia en particular ha iniciado un ciclo irreversible de regreso a su pasado, como recuperación de su identidad y formación cultural, la iglesia católica se ha estancado y atomizado como institución, quedándose en el museo de la historia como una muestra milenaria de constancia institucional pero sólo en su inercia y continuidad medieval. Aunque sobrevive en las mentalidades de las sociedades conservadoras de Latino América, sobre todo de las clases altas que ha fijado a la iglesia y su ideología como su propia ideología, que sirvió y aún sirve de dominio político frente a posibles otras formas ideológicas o maneras de pensar distinto.
En la apertura democrática todavía sobrevivieron algunos curas y monjas con vocación de servicio; la llegada del Papa polaco cambió drásticamente esa posibilidad. La combinación de anti comunismo y moda neoliberal destruyeron lo poco que había como iglesia popular, y abiertamente militante de las causas humildes. En estos llamados procesos de cambio, la iglesia está abiertamente en contra de lo indígena y lo distinto. Sobre todo de los intentos de descolonización, que incluso en su debilidad ideológica asusta a las cúpulas eclesiales más de la cuenta. Las oligarquías han defendido a capa y espada las consignas coloniales republicanas de Dios, Honor y Patria. Rezos católicos totalitarios que sirvieron para domesticar poblaciones y generaciones oscurantistas en Bolivia. Toda posibilidad fuera de esa consigna era, y es todavía, considerada como “atea y comunista”, no importa la ignorancia de dicha consigna sino el efecto político republicano colonial, que recitado desde la escuela y en todos los colegios de curas, sigue siendo la estrategia más ideológica de educación colonial. Pues nada ha cambiado en esas costumbres y mentalidades de la dominación ideológica, de sus imaginarios y sus consignas políticas. La estructura eclesial en realidad nunca cambió, nunca tuvo momentos de acercamiento al pueblo, y nunca se propuso cambiar sus formas coloniales y republicanas educativas. Las ocurrencias de los Espinal, Basiana, Iriarte o Lefevre, eran ocurrencias personales, de opciones personales que nada tenían que ver con sus instituciones.
En efecto, la estructura eclesial sigue siendo la misma desde las épocas doradas coloniales, con modificaciones y cosméticos camaleónicos en los momentos de las modas políticas, como las dictaduras, neoliberalismo o post-neoliberalismo. Pero en lo profundo de sus estructuras y poderes oscuros, que es lo más importante y funcional, no ha cambiado. Sus privilegios económicos e ideológicos, siguen reclamando actualidad en la política. Su poder más importante es la mentalidad de las conservadoras y retrógradas clases medias y altas. Defensoras a ultranza de esos mecanismos coloniales de dominio y manipulación educativa, en sus universidades y colegios particulares, proyectos para-católicos de mucha fuerza totalitaria y de mucha vigencia ideológica. Las ocurrencias del Papa argentino son simples anécdotas de domingo, que no tienen mayores influencias en esas estructuras medievales y mentales coloniales. Esas ocurrencias no modificarán las estructuras mentales de la iglesia “boliviana”. Seguirán al mando los de siempre: extranjeros, con poder económico sobre los bolivianos, y los dueños de los contactos más poderosos de sus estructuras. Nada sucederá al interior de sus estructuras. Disimularán en el show de la llegada del argentino, para las fotos y los ataques al proceso de cambio. De ahí, después del show, las cosas seguirán como siguieron desde hace más de mil años.
Los Espinal, Basiana, Iriarte y Lefevre, fueron personajes fuera de sus estructuras eclesiales. Curas fuera de serie por cierto; que no influyeron en nada a las instituciones eclesiales, porque no podían cambiar estructuras medievales y milenarias, con mentalidades que venían desde tiempos inmemoriales del colonialismo y la república. Los Espinal son ocurrencias de adorno, para el lavado de consciencia de las masas eclesiales. Hoy podemos constatar esta afirmación con precisión meridiana: la iglesia católica sigue mental y físicamente en la gloria de las épocas coloniales; aunque con modernidad educativa y discursiva en lo ideológico mágico. Esa habilidad les ha llevado al triunfo de todas las épocas, por tanto a su sobrevivencia como institución. Con herejes incluidos, como en todas las épocas: Basiana, Espinal.
América Latina seguirá siendo feudo de la iglesia vcatólica, gracias a las retrogradas clases medias y altas que son los nichos más importantes de esta mentalidad religiosa totalitaria y atrasada. Por eso dicen que son estos territorios “el futuro del catolicismo”.Saben bien que las mentalidades coloniales sobrevivieron mejor en América Latina, y hoy se defienden de toda posibilidad de cambio. Saben que incluso indios domesticados por sus mentalidades les defienden, frente a cambios o transformaciones. En Bolivia también es evidente que lo retrogrado incluye a los mismos colonizados, repitiéndose la historia de la llegada de los invasores que dividieron a nuestras poblaciones, con engaños y dinero, para que la sangre no sea de ellos sino de los colonizados. Las ocurrencias de un Papa medio inquieto y medio izquierdista no cambiarán las estructuras medievales, coloniales y republicanas de la “iglesia boliviana”. Después del show, todo volverá a la normalidad de la colonialidad republicana, eso sí con cánticos nostálgicos de la partida de Bolivia del Papa argentino. Aleluya, gloria a los cielos para no cambiar nada.
y Twitter: @escuelanfp
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