Ir al contenido principal

El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...

Vaticano y descolonización



Por: Rafael Puente

La inminente visita del papa Francisco a Bolivia —sobre todo con las novedades que viene profiriendo para escándalo de todas las fuerzas conservadoras— sería realmente simpática y constructiva si fuera un evento organizado por los fieles católicos del país, y merecería, por tanto, una actitud de discreta simpatía y bienvenida por parte del Gobierno. Pero, lamentablemente, no es el caso; es la visita oficial de un Jefe de Estado, promovida —casi en términos de competencia— tanto por la Iglesia Católica como por el Estado Plurinacional (y supuestamente laico).

En ambos casos es una contradicción flagrante, porque ese Papa —máxima autoridad del Estado Vaticano— se supone que representa a Jesús de Nazaret, llamado el Cristo, un caminante incansable y pobre que iba repartiendo mensajes contra todo lo que fuera poder constituido, hasta el extremo de que las autoridades estatales decidieron su ajusticiamiento por subversivo.

Un Jesús cuya actitud y cuyo mensaje eran incompatibles, por tanto, con el estado como tal. Serían necesarios tres siglos de persecución implacable del movimiento cristiano para que el Estado romano (el del emperador Constantino) se diera cuenta de que en vez de perseguir a los cristianos la solución era asumirlos, declarar el cristianismo religión oficial y convertir a sus autoridades (los ancianos o presbíteros) en sacerdotes, obispos y pontífices, y reconocerlos y subvencionarlos como tales.

Es a partir de esa aberración que se crearía el Estado Vaticano y la figura del Papa como Sumo Pontífice, y jefe máximo de dicho Estado. Y ahora resulta que, en pleno siglo XXI, y en nuestro Estado Plurinacional y laico, recibimos al supuesto representante de aquel Jesús con todos los honores que, supuestamente, se le deben a un Jefe de Estado. ¿Se imaginan ustedes a Jesús de Nazaret viajando en avión de lujo, moviéndose en papamóvil y resguardado por miles de militares y policías puestos a su servicio por otro Estado, en este caso el nuestro?

El único viaje oficial que conocemos de Jesús de Nazaret fue su entrada triunfal en Jerusalén, a lomo de burro y sin un miserable agente de seguridad. Por tanto, no nos queda más remedio que preguntarnos lo siguiente: ¿En quién cree nuestro Gobierno, el del Estado Plurinacional (que según la Constitución no debiera creer en nadie), en aquel Jesús de Nazaret, declarado rebelde y subversivo por todas las autoridades existentes, esencialmente ajeno a todo lo que sea poder —y peor todavía poder estatal—, o en sus supuestos sucesores que tuvieron el atrevimiento de establecer en su nombre un poder religioso-estatal, con Estado, con guardia suiza, con banco ambrosiano y que ni siquiera asumió las modernizaciones más o menos democráticas de los demás Estados occidentales (ni siquiera la igualdad de derechos de las mujeres)?

Repito, tema aparte es que escuchemos con gusto y demos la bienvenida a un hombre que viene diciendo verdades saludables, y escandalizando a los fariseos modernos. Pero, entonces, habría que recibirlo con la misma simpatía y respeto con que habríamos recibido por ejemplo a Eduardo Galeano (que se nos murió antes de tiempo), al que nunca se le habría puesto ni galeanomóvil ni se le habría montado un costosísimo aparato de seguridad, militar y policial, gastando un dineral con el que Jesús hubiera estado de acuerdo en que se destinara a curar los enfermos y enfermas pobres.

Me atrevo a asegurar que jamás se le haría una recepción equivalente, digamos a un eventual profeta de la Unión Cristiana Evangélica, por muchas verdades que viniera a proferir. ¿Por qué? Sencillamente porque no se trataría de un Jefe de Estado, de Estado pequeño pero poderoso e influyente.

Entonces, nos seguimos preguntando: ¿a qué jugamos? Y la respuesta es nomás que jugamos a creer en un poder colonial, en último término, tan colonial como el Imperio británico o el romano o el español. No parece muy coherente.

El autor es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pedro Ignacio Muiba, el héroe

Por: Homero Carvalho Oliva En 1975, mi padre, Antonio Carvalho Urey, terminó una investigación iniciada en la década de los sesenta que habría de cambiar la historia nacional. Después de muchas visitas al Archivo Nacional de Bolivia, dirigido en ese entonces por Gunnar Mendoza, extraordinario intelectual e historiador, quien le ayudó a ubicar los folios que habrían de probar toda una hazaña que da testimonio que los indígenas moxeños participaron activamente en la Guerra de la Independencia de nuestro país, al mando del cacique Pedro Ignacio Muiba. Esta investigación se publicó, primero en septiembre de 1975, en un policopiado financiado por la Universidad Técnica del Beni, en un pequeño tiraje de 200 ejemplares y luego en la famosa Biblioteca del Sesquicentenario de Bolivia. Dos años más tarde, en 1977, Antonio publicó el libro titulándolo Pedro Ignacio Muiba, el Héroe y de esa manera se reparó una injusticia histórica. En sus investigaciones, Antonio se basó, entre otros, en...

La despatriarcalización

Por: Julieta Paredes Al igual que el Seguro Universal de Salud (SUS), la despatriarcalización, como nombre para una política pública, tardó mucho, pero llegó. Entonces, en este marzo de luchas de las obreras, es necesario analizar, ¿qué es lo que realmente llegó? Fruto de una serie de movilizaciones de mujeres pertenecientes a las organizaciones sociales del proceso de cambio, se lograron algunas medidas en el Ejecutivo. Fueron movilizaciones que se realizaron a lo largo del año pasado, con encuentros departamentales. Así fue que se logró concretar un listado de demandas que más o menos se repitieron a lo largo de estos años, con algunas interesantes novedades. Entre ellas podemos señalar la exigencia del salario al trabajo doméstico y la necesidad de un espacio en el Gobierno para este sector. Algo así como un Ministerio de las Mujeres, instancia que tenga la jerarquía necesaria para efectuar las tareas que corresponden a la mitad de la población de Bolivia que somos las mu...

Idiosincrasia e ideología

Por: Félix Tarqui Triguero No son posibles las revoluciones económicas sin las revoluciones culturales porque todos aquellos contenidos que constituyen el fundamento de determinada cosmovisión propia de cada nacionalidad o sociedad pueden ayudar o frenar su avance por ser una manera de pensar de cada agrupación humana, en funcion a su historia y cultura. Así nace la idiosincrasia propia de cada pueblo, sin embargo, se enfrenta a la idiosincrasia forzada o alienante que influye día a día a las grandes masas de la población mundial de manera globalizante, en ese contexto necesitamos ver que Bolivia es un país de molde capitalista y sub desarrollado (empobrecido por la clase dominante que gobernó desde 1825 exceptuando a Antonio José de Sucre, Andrés de Santa C. hasta el 2005), La ideología como el estudio de las ideas es también un proceso de construcción critica, influenciado tan pronto el individuo se encuentra inmerso en las realidades sociales, económicas, culturales...