Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
fuente: http://www.vtv.gob.ve/articulos/2012/12/31/cuba-festeja-54-anos-de-revolucion-4991.html
Cuba
conmemoró este 1 de enero, el aniversario 54 del triunfo de la Revolución y,
junto al recuento de los avances, enfrenta el futuro con la actualización del
modelo económico y social establecido tras el derrocamiento de la dictadura de
Fulgencio Batista.
En
la madrugada del 1 de enero de 1959 una flotilla de cuatro aviones, con Batista
y sus allegados a bordo, salió del capitalino campamento de Columbia, la
principal instalación militar del país, con destino a República Dominicana,
donde fue acogido por su colega Rafael Leónidas Trujillo.
Una
exitosa ofensiva de la guerrilla dirigida por Fidel Castro, en la antigua
provincia de Oriente, y de Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, en el
territorio central de Las Villas, liquidó un régimen que dio muerte a unas 20
mil personas.
El
exgeneral había derrocado al presidente Carlos Prío Socarrás, el 10 de marzo de
1952, cuando se preparaban unas elecciones generales, en las cuales no tenía
ninguna posibilidad de ser electo.
Mientras
los partidos políticos opositores aceptaron con pasividad el rompimiento del
orden constitucional, Fidel Castro comenzó a organizar un movimiento
insurreccional que, el 26 de julio de 1953, fracasó al intentar ocupar la
segunda fortaleza militar del país, con un centenar de jóvenes.
Condenado
a 15 años y amnistiado por presión popular, marchó a México en mayo de 1955, de
donde regresó el 2 de diciembre de 1956 en el yate Granma para iniciar la lucha
guerrillera que, en diciembre de 1958, hacía imposible la permanencia del
tirano en el poder.
El
gobierno de Estados Unidos, que brindó a Batista apoyo económico y militar
desde el primer momento, al final comprobó que la suerte de éste estaba echada
y comenzó a buscar una solución que no fuera la victoria rebelde.
Con
ese propósito el embajador estadounidense en La Habana, Earl T. Smith, le
comunicó el 17 de diciembre de ese año que "el Departamento de Estado
miraba con escepticismo cualquier plan o intención de su parte que significara
permanecer indefinidamente en Cuba".
En
su libro "El cuarto piso", el diplomático reconoce que "los
Estados Unidos, diplomática, pero claramente, le había dicho al presidente de
la República que debía irse de su propio país".
Smith
revela que le recomendó "una ordenada transmisión de poderes" y
Batista, a partir de la conversación con el diplomático, comenzó a maniobrar
para proteger su partida y los intereses que él representaba, mediante la
formación de una junta militar que impidiera el triunfo guerrillero.
En
una reunión con el jefe del Estado Mayor Conjunto, mayor general Francisco
Tabernilla, y otros altos oficiales, el gobernante les ordenó que buscaran
"una solución nacional".
Tabernilla
dispuso que el general Eulogio Cantillo, jefe de Operaciones en Oriente,
pidiera una entrevista a Fidel Castro, en la cual el alto oficial se
comprometió a iniciar un movimiento militar el 31 de diciembre que depusiera a
Batista y diera apoyo incondicional a la victoriosa guerrilla.
El
hoy líder de la Revolución informó el 1 de enero en Santiago de Cuba, tras la
rendición de la ciudad luego de la fuga del tirano, que Cantillo incumplió su
palabra al participar en la formación de una junta en La Habana, al frente de
la cual situaron al magistrado más viejo del Tribunal Supremo de Justicia,
Carlos Manuel Piedra.
Aquella
efímera junta cívico-militar, con Cantillo como jefe del Estado Mayor del
Ejército, murió prácticamente al nacer pues incluso el pleno del máximo
tribunal se negó a legitimarla por su carácter espurio.
El
líder insurrecto denunció que esa maniobra, que calificó de golpe ambicioso y
traidor, se dio de acuerdo con Batista para dejarlo escapar y, ese mismo día,
en alocución radial planteó: "!Revolución, sí; golpe militar, no!".
El
contundente rechazo del jefe guerrillero paralizó la acción y Cantillo, en un
último intento mandó a buscar a Isla de Pinos, al sur de esta capital, a
militares presos por una conspiración el 4 de de abril de 1956, y le entregó el
mando del ejército al coronel Ramón Barquín.
Este
oficial tampoco pudo controlar la situación y el 2 de enero Camilo Cienfuegos
ocupó el campamento de Columbia, donde en la noche del 31 de diciembre Batista
dio los últimos toques a un plan que consideraba salvador.
El
pueblo cubano despertó el primer día del año 1959 sin conocer que el dictador
se había marchado furtivamente en horas de la madrugada anterior, y con la
sorpresa de ver en las calles a jóvenes revolucionarios, que se apoderaron de
estaciones de policía y dependencias oficiales.
La
primera noticia de la fuga fue dada por el periodista Carlos Lechuga a las 10
de la mañana por el canal 2 de televisión pues antes emisoras radiales solo se
habían referido a que trascendentales hechos estaban ocurriendo.
Salvo
algunos combates esporádicos con elementos paramilitares en lugares céntricos
de La Habana, la normalidad imperó tanto en la capital como en el interior del
país, donde las milicias rebeldes tomaron el control.
El
panorama capitalino fue descrito por la popular revista Bohemia de la siguiente
forma: La ciudad se volcó a las calles, tanto tiempo ausentes del calor
popular; repicaron las campanas y de los balcones y ventanas colgaron banderas
cubanas y la enseña rojo y negra del M-26-7 (Movimiento 26 de Julio, la
organización que dirigía Fidel Castro).
"Milicianos
fidelistas surgieron de todas partes, armados de pistolas, revólveres y
escopetas de caza (...) un ejército civil se había adueñado de la calle,
frustrando toda posibilidad de un contragolpe y anulando las posibilidades
políticas de la traición de Eulogio Cantillo", comentó la Sección en Cuba,
la más importante de la publicación.
Mientras
esas acciones se desarrollaban en La Habana, Fidel Castro entraba en Santiago
de Cuba y en su primer discurso tras el triunfo dijo que "la Revolución
empieza ahora (...) no será una tarea fácil (...) será una empresa dura y llena
de peligros, sobre todo en esta etapa inicial".
Más
de medio siglo después, en el país se desarrolla un proceso de actualización
del modelo económico y social, que busca consolidar lo alcanzado y avanzar
hacia mayor productividad y eficiencia dentro del socialismo, mediante formas
de gestión que incluyen el aporte del sector privado.
El
presidente Raúl Castro dijo en diciembre ante el parlamento que "valoramos
que la actualización del modelo económico cubano, tras las medidas iniciales de
supresión de prohibiciones y otras trabas para el desarrollo de las fuerzas
productivas, marcha con paso seguro y empieza a adentrarse en cuestiones de
mayor alcance, complejidad y profundidad (...) .
Agregó
que esa acción parte de la premisa "de que todo lo que hagamos va dirigido
a la preservación y desarrollo en Cuba de una sociedad socialista sustentable y
próspera".
PL / VTV
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios