Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Arturo D.
Villanueva Imaña
A lo largo de nuestra historia, en la política como en la realidad
nacional, se han sucedido culebrones que han hecho temblar estructuras de
poder, de gobierno o de instituciones nacionales, porque sacudieron las fibras
más íntimas o los principios más elevados de la sociedad y del Estado,
obligando a realizar cambios. Por ello y en vista de los innumerables y
generalmente perversos incidentes que surgieron a conocimiento público, se
identificaron como cajas de Pandora, en referencia aquel mito griego por el que
Zeus las creó.
Actualmente, uno de ellos está vinculado a daños económicos al Estado y la
corrupción, que la Contraloría General ha identificado en el uso de los
recursos provenientes del IDH, que el Fondo Indígena utiliza y destina para
financiar proyectos de los sectores indígenas y campesinos del país. Sin
embargo, a pesar de su gravedad y siguiendo aquella lógica simplista y punitiva
de encontrar culpables, no importando las causas y los asuntos de fondo que lo
originaron; el impacto y sus consecuencias parecen estar destinadas únicamente
a sentar un nuevo escarmiento y precedente para los individuos que finalmente
se identificarán como corruptos. Y ello podría suceder en el mejor de los
casos, porque por el estado en el que se encuentra la administración de
justicia, así como la recurrencia a las dilaciones e innumerables “recursos
legales” a las que estamos acostumbrados; finalmente podrían dar lugar a que
los presuntos culpables logren torcer el proceso, salgan con su gusto y se
burle nuevamente la justicia. Es decir, en realidad se habrá omitido y evitado
realizar una investigación completa y de fondo, y mucho menos contribuir a
identificar, resolver y corregir aquellos asuntos estratégicos de fondo, que
hacen a la gestión del proceso de transformaciones y cambio que todos
esperamos.
Debe tomarse en cuenta que los resultados de las indagaciones realizadas
por la Contraloría, solo dan cuenta de 71 millones de bolivianos que se
desembolsaron a 153 proyectos, cuando en realidad entre fines del año 2010 y el
primer semestre de 2011 se aprobaron más de 1.100 proyectos por un monto que
supera los 1.260 millones de bolivianos (¡!) y, además, también se ha calculado
que en 8 años se han asignado alrededor de 3.500 millones de bolivianos
(alrededor de 500 millones de dólares, sin contar otros 2.100 millones de
bolivianos que quedaron en caja y banco).
Y cuando nos referimos a otros asuntos de fondo de los que no se habla,
estamos haciendo referencia, por ejemplo, a que el Fondo Indígena (una vez
identificados, juzgados y sentenciados los culpables, si se logra), continúe
siendo una especie de caja chica (con grandes recursos), para administrar las
disputas y la pugna de intereses entre los sectores indígenas y campesinos;
sufragar gastos arbitrarios; utilizar prebendal y patrimonialmente los recursos
como mecanismo de perversión, corrupción y tráfico de influencias; así como la
de mantener aquella lógica colonial de “donantes y beneficiarios” para la
distribución de los recursos disponibles (amén de facilitar la conformación de
una casta o cúpula con amplios poderes para decidir qué, dónde, cuánto y a
quién se financia).
Por otra parte, resulta totalmente incomprensible que el Fondo Indígena que
dispone de una gran cantidad de recursos, cuya sostenibilidad y disponibilidad
en el tiempo están garantizadas; haya mantenido y reforzado una lógica
clientelar e inmediatista de financiamiento de pequeños proyectos puntuales,
localistas y hasta de beneficio familiar, que dispersaron y atomizaron el
impacto y un manejo eficiente de los recursos. No existió la voluntad e
iniciativa para preocuparse por abordar y resolver los graves, profundos y
estratégicos problemas que tienen los sectores indígenas y campesinos del país,
precisamente por tratarse de uno los más vulnerables, explotados y excluidos de
la sociedad. Y este asunto es aún más grave, cuando nada menos que la
Presidenta del Fondo, la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, exdirigente
nacional de las mujeres campesinas, que por varios años se ha permitido efectuar
gestiones, comprometer todo tipo facilidades e incentivos, e inclusive otorgar
beneficios y licencias más allá de lo legalmente justificable en favor de
sectores empresariales y agroindustriales, tradicionalmente conservadores y de
intereses antinacionales; no haya tenido la elemental iniciativa de trabajar en
favor de su propio sector oprimido y discriminado. Es decir, en un Fondo tan
estratégico como pudo haber sido el Indígena. Peor aun cuando se resiste a dar
su palabra, explicar su actuación en el manejo de los recursos del Fondo
Indígena y dar por entendido que solo serían culpables quienes utilizaron los
recursos. Como si la responsabilidad y obligación (triple por ser autoridad,
miembro de los sectores afectados y militante de un proceso de cambio), solo
fuese atribuible a quienes siguieron la lógica de expresar sus necesidades
inmediatas, pero que no se aseguraron de respaldar documentalmente los gastos
y/o dar continuidad a proyectos iniciados.
Síguenos en Facebook https://www.facebook.com/escuelanacionaldeformacionpolitica
y Twitter @escuelanfp
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios