Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Fernando Rodríguez
Ureña
Casi coincidiendo con los 32 años de recuperación de la democracia y 512
de la invasión colonial española, el pueblo boliviano volvió a dar su respaldo
mayoritario al binomio presidencial y vicepresidencial formado por Evo Morales
y Alvaro García Linera.
Un nuevo triunfo electoral con más del 60% de respaldo, con el que ya
suman 4 triunfos con porcentajes superiores a 60% y 3 triunfos con porcentajes
superiores a 50%.
Ocho de nueve departamentos aportaron a la victoria de Evo y se ha
logrado nuevamente 2/3 en la Asamblea Plurinacional.
Departamentos como Santa Cruz y Tarija han sido plazas donde Evo ganó siendo
que tradicionalmente, la derecha conservadora las dominaba.
Esta es la séptima contundente victoria electoral del Presidente Evo
Morales en los marcos de la democracia
primero formal y después participativa.
Esta votación es una re-confirmación de la adhesión popular, léase
indígena campesino originario y obrera -popular, en el proyecto de construcción
y consolidación del Estado Plurinacional, fundado por la nueva Constitución
Política del Estado y forjado en las heroicas jornadas de la Asamblea
Constituyente en Sucre y Oruro.
El triunfo del 12 de octubre, constituye la afirmación de la confianza
política del pueblo en Evo, para la profundización o radicalización del proceso
hacia el socialismo comunitario, destino final de la transición revolucionaria
democrática y cultural.
El 12 de octubre es la revitalización del Estado Plurinacional que
pretendió ser asesinado en el seno de la Asamblea Constituyente cuando los
intentos del imperio y de sus administradores locales, la pretendieron hacer
fracasar, dividir el país con la aventura de mercenarios como Rosza, e
impulsando una guerra civil que buscaba la intervención internacional y a
partir de ello consolidar el proyecto de balcanización con el que Goldberg,
actual jerarca de la CIA, llegó a la Embajada en La Paz para aplicarlo.
Es la confirmación del imaginario de la multitud: No más expolición
imperialista, explotación capitalista ni dominación colonial.
El Estado Plurinacional, no es el
resultado de profundas reflexiones teóricas en un escritorio, sino es producto del
instinto y la acción política del pueblo y sus auténticos actores: los
movimientos sociales, creados en las movilizaciones y forjados en las acciones
de resistencia antiimperialista, anticapitalista y anticolonial, pues una vez
más, como diría Zavaleta “las impolutas hordas de los que no se lavan, entraron
en la historia” , pero esta vez no cantando Siempre, la canción-himno del MNR,
sino produciendo meta conceptos político e ideológicos ajenos a la
“clarividencia” política de los dirigentes políticos de la vieja oligarquía
señorial y porque no decirlo, también de una vieja izquierda ortodoxa.
Estado Unitario de Derecho Plurinacional Comunitario. Pueblos indígena
originario campesino. Sumaj kamaña, ñandereko, teko kavi, qapaj ñan, ivi marei
fueron conceptos intuitivos, aglutinantes, productores de una nueva
materialidad, del sentir y vivir del pueblo y que balbuceaban el tipo de patria
que quería construir.
Ese fue y sigue siendo un lenguaje incomprensible para la casta
encomendera y sus intelectuales, que desde entonces hasta hoy, no termina de
darse cuenta ni menos aceptar que la Bolivia de hoy, ya no es más el
país-empresa que les toco por turno administrar desde su ejecutivo, haciendo
leyes desde su legislativo, o manipulando su poder judicial, en beneficio de
intereses extranjeros.
Esa Bolivia-hacienda, donde no existían ciudadanos sino “pongos y
mitayos modernos”, no existe más. No es más. Ya no está más y no estará nunca
más presente: la adhesión del voto al proyecto del MAS, en la elección del 12
de octubre, significa exactamente eso: la emancipación del Estado Republicano y
sus leyes excluyentes y elitistas.
El proceso de cambio ha parido
conceptos incomprensibles para la lógica de la modernidad capitalista y sus
sacrosantas instituciones, incluida la democracia.
La democracia que vivimos hoy, en Bolivia, no es sinónimo de ningún otro
concepto clásico de democracia. Y por eso no puede ser comparable con ningún
otro proceso político, ni analizada desde categorías ya formalizadas.
Bolivia, empieza a diseñar su propio modelo democrático, que no encaja
en el concepto moderno, capitalista y occidental, sino que es un concepto
nuevo, fresco, creador y creativo, que articula la vía electoral para la
otorgación del mandato, junto con la construcción de hegemonía de mayorías, en
una suerte de “democracia hegemónica”.
Este modelo implica paralelamente y al mismo tiempo, la vía electoral
para la elección de los mandatarios y seguidamente la imposición hegemónica del
Bloque Social Revolucionario (mandar obedeciendo), sustentado por el mandato
que le otorgan las mayorías triunfadoras que se imponen sobre los perdedores,
pero sin la obligación de entrar en la lógica de la eliminación de los enemigos
de los pueblos y la clase trabajadora.
La democracia hegemónica contempla la
posibilidad de la subsunción de los vencidos en el proyecto triunfador, su
adhesión al programa y concepto del nuevo Estado, pero carentes de poder
político, y donde su única posibilidad de existencia, será su funcionalización
a los intereses del Estado Plurinacional y la ruptura con los intereses
transnacionales y el imperialismo.
También será tarea económica de la democracia hegemónica en su proceso
de transición al socialismo comunitario, continuar con la política de
nacionalizaciones de aquellas empresas que se consideren estratégicas para los
intereses de la patria, el fortalecimiento de la economía social comunitaria en
sus expresiones colectivas y familiares en el ámbito rural y urbano, la
transformación en empresas sociales de aquellas que quiebren y sean abandonadas
por sus patrones, la industrialización de recursos estratégicos para
incorporarles valor agregado, pero sin perder la dimensión del Vivir Bien y la
salud de la madre tierra.
Esta política económica habrá de seguir satisfaciendo nuestras demandas
en el mercado interno, ligados a la creación de empleos dignos y estables,
además de conjugar nuestra inserción en el mercado internacional, en aquellas
ramas de la economía en las que seamos competitivos, como en el caso de la
proyectada exportación de energía, al habernos planteado el desafío de ser el
corazón de un anillo energético para la región.
Ese es el concepto de democracia hegemónica del proceso de cambio y de
la Revolución Democrática y Cultural que se viene forjando, en tránsito al
socialismo comunitario.
La vieja casta política expresada en las figuras de Tuto Quiroga, Samuel
Doria Medina y Juan del Granado, no alcanzaron a comprender las
transformaciones que se están produciendo en el marco de la revolución
Democrática y Cultural.
A partir de ello, su oferta
electoral repitió el viejo discurso de la articulación al imperio y sus
empresas (propuestas de desnacionalización e incorporación a bloques
regionales de la Alianza Pacífico –
Nuevo ALCA-) como garantía de éxito.
Junto a esta oferta del neocolonialismo económico y político, se le
sumaron discursos democráticos republicanos ya derrotados por la historia, pues
ahora vivimos en un país de iguales, donde las 36 nacionalidades dejaron de ser
inquilinas en su casa propia, en su Patria.
Es incompresible que en un contexto donde la política de nacionalización
da frutos tan evidentes para el desarrollo de las fuerzas productivas, esas
mismas fuerzas políticas propongan desnacionalización…
Esa son propuestas del pasado, del sectarismo de la tienda política aislada,
de la apuesta individual, de las alianzas de cuoteo para los cargos y del
vanguardismo movilizador.
Por eso no existieron programas alternativos ni propuestas alternativas.
Apostaron a ir por separado y juntarse en la Asamblea Plurinacional, pero está
claro que esa táctica fue errada.
Se dividieron en el proceso pre electoral, se debilitaron y ahí están
sus resultados: el fracaso de la vieja
santa alianza pro imperialista, pro capitalista y pro colonial, derrotada por
las multitudes y la fuerza de la historia.
Hicieron una mala lectura del país, pues definitivamente no lo
comprendieron. Ahí las razones de su fracaso e inviabilidad. Producto de estas
elecciones probablemente dejaran también de existir las siglas del MNR y MSM.
Eso no significa sin embargo, que el capitalismo y las propuestas pro
imperialistas hayan sido definitivamente derrotadas. No, resulta al contrario.
El certificado de defunción de la vieja derecha, esta produciendo las
condiciones para el surgimiento de una nueva derecha más joven, inteligente y
atrevida, que sin duda alguna emergerá en un tiempo venidero, con la misión de
recuperar por todos los medios, nuestro territorio y recursos para el
imperialismo.. Seguramente esto ya ocurrirá en las próximas elecciones para
gobernaciones y municipios.
Ese proyecto capitalista, renovado, con nuevos rostros, podría inclusive
disputar al proceso de cambio, a sectores indígena originario campesinos y
otros del Bloque Social Revolucionario, pues esa nueva derecha, habrá
abandonado sus poses señoriales, patriarcales y racistas y pretenderá ofertar a
esos sectores ser parte de la dirección de un proyecto capitalista “endógeno,
nacionalista, democrático y anti autoritario”.
En este contexto, será preciso levantar el estado de ánimo en algunos
sectores de las bases del MAS que constataron que la “inclusión” de viejos
opositores en las listas de legisladores no aportaron nada electoralmente; será
necesario reconocer que hay descontento por designaciones equivocadas que se
expresaron en voto cruzado; será vital darse cuenta que existió ausencia de
mística y energía en la campaña como resultado de no sentirse representados por
algunos candidatos y reconocer que existe molestia y preocupación al ver la
fragilidad de los 2/3 lograda. La disminución de la adhesión electoral en
occidente tampoco puede ser considerada como un dato menor.
Entonces, debemos celebrar esta victoria estratégica con alegría pero
también con mesura y sacando lecciones
para las próximas elecciones de Gobernadores y Alcaldes, en las que si no
mantenemos hegemonía, se podría producir
regionalmente (al menos en Beni, Tarija y quien sabe en Santa Cruz) el
inicio de la restauración del proyecto liberal y pro imperialista.
Por eso, será preciso impulsar la designación de candidatos de consenso,
con liderazgo indiscutible y con propuestas programáticas claras acompañadas de
capacidad de gestión.
Las próximas elecciones serán definitivas para la orientación de la
Revolución Democrática y Cultural hacia el socialismo comunitario: deben marcar
el momento de inicio de la estructuración
del poder popular territorial, verdadera expresión del poder comunal, para así
profundizar la democracia hegemónica que se ha empezado a construir.
En este contexto es posible que la lucha de clases se agudice al
interior y al exterior del proceso de cambio en Bolivia y más aún cuando en el
Brasil y la Argentina, los proyectos populares podrían ser torpedeados con la
restauración de gobiernos de derecha, o como ocurre en el presente, con el
ataque a la Revolución Bolivariana de Venezuela, que ya está sufriendo los
embates del imperialismo que busca derrocarla por todos los medios.
Será preciso entonces, situarnos en las respectivas correlaciones de
fuerza y estar atentos a las nuevas expresiones de lucha de clases en Bolivia y
la región, para adoptar las tácticas y estrategias más adecuadas.
Más allá de estas reflexiones, el Presidente Evo, ha convocado desde los
balcones del Palacio Quemado a los opositores a discutir los grandes proyectos
nacionales. Esperemos que acudan, pero a condición de romper el pacto colonial
y capitalista con que la historia los tiene atados…. Serán capaces de hacerlo?
El
autor es Sociólogo, miembro del Movimiento Guevarista y Ex Embajador de Bolivia
en China
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