Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Dentro del ámbito
político uruguayo es importante resaltar la aparición sorpresiva del candidato
Lacalle Pou, personaje que, actualmente tiene alguna pequeña posibilidad de
ganarle el gobierno en una segunda vuelta a la izquierda uruguaya representada
por el Frente Amplio. Dicha posibilidad hubiera sido impensable hace un año
atrás, pero el marketing político y el aparato de la derecha logró cambiar el
panorama de las encuestas.
¿De qué manera
la derecha uruguaya (que ha sido responsable de la crisis del 2002) puede
disputar los votos del partido que convirtió al paisito en uno de los más
respetados y admirados en América Latina?, ¿Se puede decir que el Uruguay tiene
un mal gobierno cuando la imagen de Mujica es destacada en todo el mundo junto
a las políticas de avanzada? En definitiva, ni la derecha puede negar que la
mejor gestión gubernamental de los últimos 50 años fue la del Frente Amplio;
aunque no pudo sacar a todos los habitantes del país de la pobreza ni afectar
las estructuras económicas, posicionó al Uruguay como una de las sociedades más
igualitarias de América Latina y con mayor cantidad y calidad de derechos para
sus habitantes.
Frente a esto, la
derecha optó por un inteligente plan estratégico a nivel político y de
marketing con la creación del joven candidato Lacalle Pou, un adinerado abogado
de 41 años, con un discurso “por la positiva”, sin ideología y con énfasis en
“Ser hoy y ahora”. Dicho personaje es hijo del ex
Presidente Luis Alberto Lacalle.
Para hablar de Lacalle
Pou es importante conocer su linaje familiar terrateniente que tuvo mucha
importancia en la política uruguaya. Lacalle Pou es el candidato del Partido
Nacional, que tiene en su interna a sectores de extrema derecha (herrerismo)
como también de centro democrático (wilsonismo), Lacalle Pou es representante
del primero.
La corriente
herrerista fue fundada dentro del Partido Nacional por Luis Alberto de Herrera
durante los años 40 y se caracteriza por: la defensa del mercado por encima del
estado a nivel económico, la defensa de valores tradicionales
católicos, nacionalistas y conservadores. Hay intelectuales que consideran a
Herrera un fascista por sus pretensiones
de política internacional: se opuso a que Uruguay forme parte del bloque
Antinazi durante la segunda guerra mundial, se declaró abiertamente admirador
de Mussolini y se afilió a la falange española de Franco durante su
fascista régimen dictatorial.
El legado de Luis
Alberto de Herrera fue transmitido a su nieto Luis Alberto Lacalle (también
declarado admirador de Francisco Franco), que desde los 17 años recorría el
país aprendiendo las posturas políticas del herrerismo para ser un heredero y representante del mismo.
En 1990 Luis Alberto
Lacalle es electo Presidente del Uruguay, en el gobierno introdujo políticas
como: la desregulación del mercado laboral, la reforma de la seguridad social, el
inicio de préstamos internacionales y el intento de privatización de empresas
públicas (en algunos casos frenado por el Frente Amplio). Si bien cabe destacar
que durante el gobierno de Lacalle el Uruguay ingresó al MERCOSUR, el gesto
político fue en un momento en que la mayoría del continente estaba gobernado
por una derecha que buscaba una integración de libre mercado y no una
integración de los pueblos.
Ya desde la oposición,
Luis Alberto Lacalle se opuso a la búsqueda de los desaparecidos de la
dictadura, las 8 horas de trabajo para los trabajadores rurales y varias
políticas progresistas que encabezó el Frente Amplio. En el marco internacional,
Luis Aberto Lacalle fue el primer derechista del continente que dio su apoyo al
golpista paraguayo Federico Franco, yéndolo a reconocer como Presidente del
Paraguay el año 2012, luego de la destitución de Fernando Lugo.
Luis Alberto Lacalle
renunció a la candidatura para ceder su puesto a su hijo Lacalle Pou, quien es
actualmente diputado del Uruguay por el Partido Nacional.
En esta gestión de
gobierno, Lacalle Pou se opuso a diversas leyes como: 8 horas para los
trabajadores rurales, derechos para empleadas domésticas, ley de
responsabilidad penal empresarial, despenalización del aborto, matrimonio
igualitario, anulación de la ley de impunidad con la dictadura, ley de medios,
regulación de la marihuana, entre otras. Al mismo tiempo expresó su desacuerdo
con la llegada de niños sirios a Uruguay.
Lacalle Pou es un
ferviente opositor en el parlamento, pero hoy utiliza el disfraz de la positiva
hasta el punto de colocar en sus spots imágenes que remiten a los logros del gobierno
del Frente Amplio (computadoras ceibalitas para los niños y molinos de viento).
En sus spots, Lacalle Pou resalta su juventud y ganas de innovar, sin embargo
al mismo tiempo apoya la baja de imputabilidad para que los jóvenes de 16 años
entren en prisión. Dice no creer en ideologías y se presenta como un personaje
respetuoso de toda la sociedad, sin embargo amenazó en vivo por televisión a la
periodista Sonia Breccia de la tv estatal diciéndole “la dueña del programa por
ahora sos vos”.
Lacalle Pou no puede
ganar al Frente Amplio en primera vuelta, pues la izquierda continúa siendo la
primera fuerza política del Uruguay. Sin embargo, el riesgo que corre la
izquierda, es que no le alcancen los votos para ganar en primera vuelta y en
una segunda vuelta, el Partido Colorado (tercera fuerza política) ceda su apoyo
al Partido Nacional por su cercanía ideológica.
El Frente Amplio puso
en funcionamiento toda su estructura para que eso no ocurra y se continúe
construyendo un país donde el Estado sea fuerte y la vida de las personas esté
por encima del mercado.
Eso es lo que está en
juego en el Uruguay en las elecciones del domingo 26 de octubre, el país del
estado fuerte contra el país del estado neoliberal, el progresismo contra el
conservadurismo, la posibilidad de seguir cambiando con el Frente Amplio o
retroceder en todas las leyes de avanzada que la derecha no quiso aprobar.
Fueron brillantes los publicistas de Lacalle Pou al agarrar un discurso
“inclusivo” por la positiva y poner el foco en “Hoy y
ahora”. Sobre todo cuando lo que la derecha hizo en el pasado, a ellos mismos
les causa vergüenza. Tanto que en esta elección, la derecha subió en las encuestas por poner a su candidato una careta y las
imágenes de los logros de la izquierda.
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