Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Dice el
dicho: “Al que diga su verdad que le den
un palo”. Cuando asumió funciones el Ministro de Economía del gobierno
golpista anunció que iba a continuar las políticas que aseguraban el
crecimiento y la estabilidad que logró el MAS-IPSP en estos 13 años, que
favorecían al pueblo boliviano; sin embargo, su contenido de clase se manifestó
pronto y por la ambición de su sector empresarial ha iniciado la destrucción
del Modelo Económico Social Comunitario, que a través de medidas clave como la
nacionalización y la estabilidad del tipo de cambio permitió la redistribución
del excedente para el bienestar social, que logró grandes avances en la equidad
y el alivio a la pobreza de los bolivianos. Ello con un crecimiento que se sostuvo
con mucho esfuerzo, recuperando nuestra dignidad para dejar de ser el país
pobre, superando a los países de la región.
Primer
lugar en crecimiento económico del PIB en américa del sur
Fuente: elaboración propia con datos Ministerio de Economía.
Si bien
antes del #GolpeDeEstadoEnBolivia se había anunciado una posible
desaceleración, que a pesar de todo mantendría el crecimiento por encima de los
demás países, la crisis política provocada por injerencia internacional atentó
contra nuestro crecimiento, que según nuevas proyecciones será del 2%
aproximadamente, producto de la instauración de TRES SEMANAS de un gobierno de
facto. Esta reducción del crecimiento más de dos puntos del PIB es una caída
muy fuerte que no corresponde a una desaceleración tendencial, sino a un serio
riesgo de estancamiento de la economía nacional, donde un gobierno de TRANSICIÓN,
que debía continuar con las medidas establecidas por varios años, se alinea totalmente
con las minorías oligárquicas que concentran la riqueza de los bolivianos y
desean monopolizarla para ganancia de unos pocos. Todo ello repercute en el
freno al crecimiento proyectado por los organismos internacionales.
El
estancamiento conlleva una desestabilización de la economía como se ve en las calles,
con inflación, especulación y despido masivo, lo cual disminuye el nivel de
ingreso de la población y por ende afectará el consumo interno, que es
actualmente el determinante más importante del crecimiento.
Los días
de conflicto provocados por los golpistas dieron lugar al descuido del control
fronterizo y permitió que el contrabando inunde con su mercadería el territorio
nacional, por lo cual el sector productivo nacional se verá directamente
afectado en sus ventas.
No
debemos olvidar que el incremento salarial creció en 368% durante el gobierno
del MAS-IPSP, que al contario a los lamentos de los empresarios, no se reflejó
en la inflación (que fue la más baja en Latinoamérica), también la política del
Hecho en Bolivia perdió su efecto por el desincentivo a los productores y la baja
venta que tendrán por el abarrotamiento del contrabando en estos días de
conflicto y la inflexibilidad de la otorgación de los créditos.
En síntesis,
después de más de 13 años de un modelo económico exitoso y soberano, se vuelve a
aplicar la receta del FMI, lo que nos llevará a que más del 90% de la población
se vea afectada negativamente mediante un achicamiento del Estado, la inversión
pública y la disminución salarial, so pretexto de reducción del déficit e
implementación de la sana y libre competencia, donde a nombre de apostar por una
competitividad externa devaluarán al boliviano y darán vía libre a las
inversiones extranjeras, sin restricción ni condicionamiento en cuanto a
nuestra soberanía o derecho de propiedad de nuestros recursos.
Asimismo,
la recomendación que seguirá el gobierno golpista plantea a corto y mediano
plazo lograr que la política hidrocarburífera sea dominada por el sector
privado, lo que repercutirá en la disminución de la inversión pública y la eliminación
de los sistemas de redistribución de excedentes, además de los bonos para
madres, niños, ancianos y discapacitados, entre otros.
¿Qué hacer?
Iniciar
una lucha sin cuartel por defender la nacionalización y la consolidación e
incremento de la inversión pública, para elevarla a rango de ley y así evitar
que vuelva a ser administrada por privados y trasnacionales, a costa de incrementar
sus ganancias.
Defender
los niveles de inversión pública y los bonos nacionales para la redistribución de
los excedentes y lograr la participación de nuestras organizaciones con control
social, frenando las políticas económicas antipopulares que este GOBIERNO
GOLPISTA DE TRANSICIÓN APRESURADAMENTE PRETENDE APLICAR.
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