Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
CELAG
La Organización de los Estados
Americanos (OEA) nuevamente emite un informe con
claro sesgo intencional. El documento a todas luces pretende certificar su
propia versión preliminar y, con esta, la base argumental del golpe de Estado.
No obstante, la lectura de este informe, como la de su versión preliminar,
arrojan sencillas conclusiones sobre el dolo -intención de manipular- con el que fueron
elaborados.
Análisis general
El informe de la OEA se centra en
argumentar supuestas irregularidades en dos fases del proceso electoral. De un
lado, el TREP (sistema de transmisión de resultados electorales preliminar), y
de otro un supuesto fraude por falsificación de firmas.
Divide la OEA su informe las
“pruebas” en tres tipologías: aquellas en las que concurre intencionalidad o
dolo (acciones deliberadas), las irregularidades graves no dolosas, los errores
y los indicios. Al informe se adjuntan anexos con el detalle de los trabajos
realizados.
Para facilitar la comprensión de
este contrainforme seguiremos en buena parte los apartados del documento
emitido por la OEA.
1) Sobre el análisis del TREP
La OEA centra el informe en la
sugerencia de fraude en el sistema TREP:
- 10 de las 12 acciones deliberadas remiten al TREP
- 10 de las 13 irregularidades graves remiten al TREP
- 4 de los 7 errores remiten al TREP
Es preciso indicar, además, que
el grueso de los argumentos contenidos en estos puntos remite, por otro lado, a
los acontecimientos acaecidos tras el final del conteo TREP con el 83,7% de las
actas escrutadas.
Sin embargo, incluso en el caso
de que se admitieran irregularidades o, en el extremo, acciones deliberadas
sobre el TREP, la OEA omite la información central sobre este sistema y es que,
según la normativa electoral boliviana, el TREP no es el sistema de conteo
oficial, y por lo tanto no es un sistema de conteo vinculante.
No parece razonable sostener una
acusación de fraude sobre un sistema de conteo no oficial, pero es que además
la OEA -principal promotora de la introducción de este sistema de conteo en
Bolivia en este proceso electoral- omite información crucial sobre el mismo, a
saber:
- Que, según las propias
declaraciones del vocal miembro de filiación opositora del TSE (Tribunal
Supremo Electoral), Antonio Costas, realizadas a la agencia de noticias Xinhua
el 10 de octubre, previas a las elecciones en Bolivia: “Por primera vez en su
historia democrática, Bolivia podrá conocer del 80 hasta el 90 por ciento del
cómputo de las elecciones”[1].
OMISIÓN 1º: El TREP estaba
diseñado para entregar datos hasta entre el 80% y el 90%, y no más. El TSE de
Bolivia entregó datos hasta el 83,76% ateniéndose, por tanto, al compromiso. La
OEA, al omitir deliberadamente esta información sobre el limitado papel del
TREP en el diseño de la estructura electoral, promueve la conclusión errónea de
que el TREP era el sistema de conteo que debía arrojar un resultado definitivo
en las elecciones contando hasta el 100%.
- El gerente general de la
empresa Neotec, encargada de administrar el TREP, Marcel Guzmán de Rojas,
confirmó este dato, indicando “que se verificarán 34.000 actas en dos horas
para llegar a obtener entre el 80 y 90 por ciento de los resultados en el mismo
día de los comicios”.
OMISIÓN 2º: De acuerdo con el
TSE, un total de 34.558 mesas de sufragio funcionaron en el país y en el
exterior durante el día de los comicios generales. El TREP estaba diseñado de
tal modo que NUNCA contaría 4.558 mesas. Nada se dice sobre los criterios que definieron
qué mesas se contaban y cuáles no, y mucho menos la probable orientación
política de estas en función de su ubicación rural o urbana, con su
consiguiente sesgo.
- Dado que la OEA elabora su
informe gravitando fundamentalmente sobre el TREP, resulta extraño que dedique
apenas unas líneas al papel crucial de la empresa encargada del mismo.
Sorprende también que la OEA obvie el hecho de que este sistema se instaló en
Bolivia bajo recomendaciones suyas. Sobre la mencionada empresa, principal
responsable del TREP, la OEA oculta deliberadamente al menos tres hechos
cruciales:
OMISIÓN 3º: Que, como indicaba el
vocal Costas, era la primera vez que se utilizaba esta tecnología y que, por
tanto, la impericia podría estar detrás de las imprudencias detectadas. La OEA
lo reconoce así en la página 46 de su informe, pero deliberadamente lo omite de
la sección de conclusiones o resumen ejecutivo: “Se comprobó una falta de
madurez del proceso en lo relativo al software, por un lado, por la
inexistencia de casos de uso y varias pruebas de software (test unitario, test
de integración y test de regresión) y, por otro, porque las pruebas realizadas
carecieron de un proceso formal de aceptación de software con casos de test
formales”.[2]
OMISIÓN 4º: Que Neotec era la
principal responsable de la configuración informática que denuncia la OEA. De nuevo, las
declaraciones en fechas previas a la elección del propio vocal opositor, lo
acreditaba: “el TSE realizó una gran inversión en la contratación de una
empresa para tener los resultados de las elecciones lo antes posible y brindar
así certidumbre a la población. Se trata del sistema de Transmisión de
Resultados Electorales Preliminares (TREP), con tecnología programática que no
había sido utilizada antes en Bolivia”.
OMISIÓN 5º: Finalmente, obvia la
OEA que el gerente de Neotec, Marcel Guzmán de Rojas, había manifestado su
preferencia por Carlos Mesa, con el que es sabido que mantiene una relación
próxima. Este hecho sí constituye una grave violación de la apariencia de
imparcialidad por parte del principal gestor del sistema de conteo.
Conclusión:
La OEA fundamenta sus conclusiones en el supuesto hallazgo de 12
irregularidades dolosas (intencionales). De las 12 irregularidades listadas por
la OEA 10 se refieren al TREP, un sistema auxiliar, un sistema NO vinculante y
un sistema que, como la propia OEA y las partes participantes en el proceso
electoral reconocen, NO podía determinar el resultado electoral puesto que NO
estaba diseñado para contar más de 34.000 actas.
2)
Sobre las irregularidades en el conteo oficial
Respecto a las incidencias sobre
el conteo oficial -recordemos, el único procedimiento válido porque escruta el
100% de las actas y, por tanto, el único que podría desvelar alguna prueba de
fraude real es de suponer que la OEA- el organismo debería haber sido
especialmente cauteloso en sus conclusiones. Sin embargo, ¿qué dice la OEA
sobre el conteo oficial? Veámoslo punto por punto:
2.1)
Sobre las acciones deliberadas
1.
“En un ejercicio que buscó analizar posibles adulteraciones o manipulaciones se
revisó una muestra de 4.692 actas. En este análisis se identificaron 226 actas
en las que dos o más actas de un mismo centro de votación fueron llenadas por
una misma persona, denotando una acción intencional y sistemática para
manipular los resultados electorales y transgrediendo las atribuciones de los
Jurados de Mesa determinadas por ley. Las actas corresponden a 86 centros de
votación de 47 municipios del país. La suma de sus votos válidos es de 38.001,
del cual el 91% (34.718) fueron adjudicados al Movimiento al Socialismo (MAS).”
Este punto es especialmente
serio, ya que constituye el único argumento para justificar que se hizo fraude
en el sistema de conteo oficial, el manual. Sin embargo, la OEA omite en su
relación inicial información crucial que luego desvela en el propio informe, a saber:
- OMISIÓN 1º: la OEA apunta a
34.718 votos de 47 municipios en los que, pretendidamente, habría encontrado
irregularidades. Omite que solo el 4,6% (según refiere en la página 9 del
informe) pudieran llegar a estar comprometidas y que, por tanto, incluso si
adjudicáramos todas las actas analizadas a Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana
(CC) el 85,4% (91% menos 4,6%) de los votos en esas zonas efectivamente serían
para Evo Morales, una cifra que le habría dado la victoria en primera vuelta.
- OMISIÓN 2º: la OEA oculta de
sus conclusiones que las 4.692 actas escrutadas se corresponden a una muestra
parcial, de actas que NO pasaron por el TREP (página 9). Son, por tanto, una
muestra del 5% de votos escrutados en último lugar, es decir, los votos rurales
de zonas más remotas y en las que los niveles de alfabetización son menores.
- OMISIÓN 3º: que las actas
identificadas como “irregulares” componen el 4,8% de este universo (226 de
4.692), lo que representa únicamente el 0,25% del universo completo. Es decir,
que incluso en el caso de que se asignaran en un 100% a Carlos Mesa (cosa harto
improbable, como ya hemos visto) la distancia a Evo Morales no bajaría del
10,41%.
- OMISIÓN 4º: finalmente, es
preciso indicar que todas las actas objetadas por la OEA se dan en zonas donde
NO había presencia de jurados de mesa opositores, un indicio claro de su baja
presencia en la misma. Por otro lado, la propia OEA reconoce que NO pudo
realizar cotejos adicionales por la quema de votos (a manos de la oposición,
algo que omite).[3]
- OMISIÓN 5º: La OEA en ningún
momento realiza una muestra aleatoria simple de las actas del proceso electoral
para su validación y cotejo. Solo un muestreo de este tipo tendría validez
estadística, permitiría una proyección de sus cifras al universo completo y,
por tanto, identificar la magnitud de la irregularidad.
- OMISIÓN 6: “A pesar de ser
material sensible, se quemaron actas (el número es incierto) y más de 13.100
listas de electores habilitados (o listas índice), lo cual no permite
contrastar la información consignada en las actas de escrutinio y cómputo”.
Llama poderosamente la atención que la OEA impute como prueba de fraude la
quema de actas a manos de la oposición, quema de actas que se realizó a
posteriori de su propia denuncia de fraude.
Estos y no otros son los dos
únicos argumentos de la OEA para anunciar un fraude en Bolivia. Claramente, la
OEA incurre en incapacidad manifiesta y en grave injerencia intencional en el
proceso ya que ninguno de los dos argumentos sostiene una acusación de tamaña
magnitud.
Veámoslos con detalle:
2.2)
Sobre los “indicios” estadísticos
- La OEA, cercada por la certeza
de que no puede demostrar fraude alguno en el conteo oficial, utiliza el
argumento de que el sistema de conteo oficial fue alimentado en una medida que
no se determina estrictamente (“más del 5%”), por el TREP. Sin embargo, en la
página 45 de su propio informe confiesa que el trasvase entre TREP y conteo
oficial se redujo a las actas del exterior (que tardarían por enviarse de otro
modo) y a las actas quemadas por la oposición en Chuquisaca, Potosí y Santa
Cruz. Obsérvese que 1) no es imputable al TSE dicha quema o retardo y 2) estas
actas no se encuentran entre las impugnadas o cuestionadas, ni siquiera entre
las que componen el 5% final en cargarse, por lo que no suponen merma alguna a
la validez del procedimiento.
- Arguye la OEA como argumento
final que la tendencia observada en el conteo del último 5% de actas no es
estadísticamente consistente con la del proceso general. No obstante, la OEA
-como ya sucedió en el informe preliminar- obvia lo evidente: que ese 5% de
actas restante se obtuvo de centros de votación en zonas con mayoría abrumadora
del MAS, zonas en las que incluso se practica el voto por prescripción
comunitaria, un fenómeno plenamente conocido entre las distintas formas de
participación de la población rural indígena boliviana.
- Si entramos en el detalle de
este 5%, la propia OEA se ve obligada a reconocer en su informe que solo “se
encontraron 59 (5,5%) con graves irregularidades desde el punto de vista
pericial”[4] entre el universo de las últimas 5% de actas
ingresadas en el sistema de cómputo oficial manual.
- Abundando en este punto y sobre
las actas finales de zonas rurales, se dice: “Posteriormente, se amplió el
universo de análisis, tomando una nueva muestra de 3.618 actas. De estas, se
identificaron 167 (4,6%) con irregularidades de interés pericial. Se
encontraron nuevamente distintas actas de un mismo centro de votación que habían
sido completadas por una sola persona, lo que a todas luces constituye una
transgresión ilegal de las atribuciones de los jurados de mesa y siembra dudas
sobre los resultados reportados. En total, se analizaron 4.692 actas, de las
cuales 226 (4,8%) presentaban las irregularidades descritas.”
- Tal y como explica el informe,
las actas bajo sospecha surgen a partir de una muestra –no aleatoria sino de
entre aquellas en que el MAS obtuvo sus mejores votaciones, más del 77% de los
votos- de 4.692 actas electorales que no pasaron por el TREP. De ellas, la OEA
afirma que en 226 –menos del 5%- habría ocurrido que dos o más actas de un
mismo centro de votación fueran completadas por una misma persona.
- Ahora bien, ¿qué es lo que
ocurre en estas 226 mesas? ¿Se observa acaso un comportamiento electoral
anómalo y exponencialmente opuesto al del resto de las mesas de sus respectivos
municipios? Para responder a estas preguntas hemos elaborado un cuadro, en el
cual, por un lado, se consigna a nivel municipal los porcentajes obtenidos por
el MAS y Comunidad Ciudadana en las mesas detalladas por la OEA en las páginas
56 a 58 del referido informe, mientras que en las columnas de la derecha se
registran los porcentajes obtenidos por ambas fuerzas en todas las otras mesas de
dichos municipios –es decir, descontando las mesas en disputa del total
municipal-:
- Tal y como podemos apreciar en
la tabla, en la gran mayoría de los casos los porcentajes no varían
sustancialmente. En 22 de los 47 municipios – la OEA en su cuadro consignó 48
municipios pero en realidad las mesas 35723 y 35724 no pertenecen al municipio de
Totora sino al de Mizque, lo tomaremos como un simple error de su parte y no
como una acción dolosa- la diferencia entre la ventaja que consiguió Evo
Morales en las mesas cuestionadas supera en menos de 10 puntos porcentuales a
la ventaja conseguida en el resto de las mesas del respectivo municipio. De
hecho, para hablar con mayor rigurosidad, entre estos 22 municipios se
registran incluso casos como los de Ansaldo, Vila Vila, Punata y Mocomoco, en
los que el MAS obtuvo una mayor diferencia en el resto del municipio que en las
cuestionadas actas.
- A la OEA parece haberle llamado
la atención que en muchas de estas actas el MAS obtuvo porcentajes de votos
superiores al 90%. Sin embargo, obvia decir que estos niveles de votación se
registran en municipios que son tremendamente favorables al MAS. De los 47
municipios, aún descontando las cuestionadas actas, se observa que en 39 –casi
el 85%- la diferencia para Evo Morales fue de más de 50 puntos porcentuales.
Inclusive, si miramos con atención estos 39 municipios sin las cuestionadas
actas, veremos que el MAS supera en 34 de ellos el 70% de votos válidos,
mientras que CC sólo supera el 10% en 11 municipios y en ninguno alcanza
siquiera el 20% de los votos.
- Por todo lo expuesto, no
podemos sino calificar de tendencioso el intento de impugnar los casi 35.000
votos de ventaja que Morales obtuvo en estas 226 actas, toda vez que en su
mayoría no reportan diferencias significativas respecto a sus medias
municipales.
- Es más, pareciera que la prueba
de la denuncia de la OEA es que los valores en dichas actas son ligeramente más
altos a favor del MAS, cuando en la práctica esto no es sino el resultado
lógico de una selección arbitraria precisamente por dicha condición. Según la
OEA, a Morales le fue “sospechosamente” bien en municipios en los que la
inmensa mayoría de actas no cuestionadas reflejan una diferencia de más de 50
puntos a favor del MAS, una diferencia por lo demás repetida en elecciones
sucesivas a lo largo del tiempo.
- Finalmente, y aún en el supuesto que admitamos todos los argumentos de
la OEA, y que efectivamente el presunto “fraude” detectado en el 4,8% de su
muestra fuertemente sesgada pudiera extenderse al universo total del 5% de las
actas finales del conjunto del escrutinio que no pasaron por el TREP, el
resultado es que sólo podrían afirmarse dudas en el 0,24% de las actas totales.
Si para mayor seguridad asignamos el 100% de los votos de ese 0,24% de las
actas a Carlos Mesa, el resultado del proceso electoral habría sido de 46,83%
para Evo Morales y 36,75% para Carlos Mesa, lo que habría mantenido la
diferencia entre ambos en 10,08%, dándole la victoria a Evo Morales en primera
vuelta.
Conclusiones
La OEA dirige el conjunto de sus
análisis y conclusiones a fundamentar un supuesto fraude en las elecciones
bolivianas. Para hacerlo omite información crucial tanto jurídico-normativa
como técnico-analítica. Efectivamente, su construcción argumental sobre las
supuestas irregularidades en el TREP omiten tres hechos transcendentales: 1)
este no es el sistema de conteo oficial, 2) el TREP no estaba diseñado para
arrojar datos por encima del 90% en ningún caso y 3) que las supuestas
irregularidades en el procedimiento de carga de datos, de ser ciertas, solo
justificarían una irregularidad procedimental, puesto que nada se prueba sobre
cómo y para qué se habrían utilizado los supuestos servidores adicionales.
En lo que respecta a la cuestión
técnico-analítica la OEA fundamenta toda su argumentación del fraude en la
existencia de 226 actas de 4.692 (un 4,8% de este universo) en las que
supuestamente pudiera haber irregularidades (a pesar de que confiesa no poder
acceder a las actas originales). Estas actas cuestionadas, que no pasaron por
el TREP y se corresponden con el 5% final del escrutinio cuestionado por la
OEA, suponen un 0,24% del total de las actas escrutadas.
Finalmente, respecto al hallazgo, en el que la OEA especula sobre lo usual o inusual que resultaría que el
último 9% escrutado favorezca claramente al MAS, es preciso realizar las
siguientes consideraciones:
- Que la OEA arbitrariamente
estima qué es usual o inusual
- Que la OEA desconoce de nuevo
el clarísimo gap en términos de voto que sistemáticamente se ha dado en Bolivia
entre las zonas rurales y las urbanas.
- Que se obvia en el informe un
dato esencial para toda la argumentación subsiguiente respecto a la solidez de
la muestra TREP: ¿cómo se configuró esta, atendiendo a qué criterios,
privilegió zonas rurales respecto a urbanas o viceversa?
-
Final y fundamentalmente, que aun en el supuesto que admitamos todos los
argumentos de la OEA y que, efectivamente, el presunto “fraude” detectado en el
4,8% de su muestra altamente sesgada pudiera asignarse al 100% a la oposición y
extenderse al universo total del 5% de las actas finales del conjunto del
escrutinio que no pasaron por el TREP, el resultado del proceso electoral sería
de 46,83% para Evo Morales y 36,75% para Carlos Mesa, lo que habría mantenido
la diferencia entre ambos en 10,08%, dándole la victoria a Evo Morales en
primera vuelta.
En definitiva, el informe de la
OEA, ya sea por incapacidad técnica o por dolo, incurre en debilidades
manifiestas. Teniendo en cuenta la trascendencia del mismo resulta cuando menos
cuestionable que se emitan conclusiones como las que repetidamente ha realizado
el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y mucho menos que se pusiera en
cuestión, dando alas a las subsiguientes acciones de las fuerzas armadas, la
integridad general del proceso electoral en Bolivia.
[1] http://spanish.xinhuanet.com/2019-10/10/c_138459407.htm
[2] Página 46 del informe OEA.
[3] Página 59 del informe: “El equipo de auditoría no pudo profundizar
completamente en este análisis y realizar cotejos adicionales debido a que
parte del material electoral de los departamentos de Potosí, Chuquisaca y Santa
Cruz fueron incendiados. Sí se pudo obtener y analizar material original del
departamento de Cochabamba”.
[4] Página 9 del informe.
y Twitter: @escuelanfp
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