Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Jaime Iturri
Más allá del resultado de la renuncia de José Alberto Gringo Gonzales, quiero resaltar el cariño que el experiodista logró acumular en su vida como político. En principio aclaro que el Gringo fue mi compañero en la universidad, y siempre lo consideré mi amigo. Hecha esta salvedad y más allá de lo fraterno, no cabe duda de que tras su sorpresiva renuncia hubo dos reacciones: la de los masistas y movimientos sociales, que pretendieron cambiar la resolución; y la de la oposición, que intentó aprovechar el drama humano del Gringo para sembrar dudas y cosechar politiquería.
Al final primó la primera versión. Pero todo esto nos deja cuando menos dos enseñanzas: la gente quiere a los sencillos y a los conciliadores. Gonzales siempre trató de conciliar; además viaja en trufi a su casa sin usar el auto oficial que le corresponde ni tampoco el servicio de guardaespaldas a los que tendría derecho. Esta vez la cara de bonachón corresponde a su personalidad.
En la otra acera la oposición, cuyos grupos focales y encuestas arrojaron que algunos ciudadanos dicen que los gobernantes están alejados de ellos, apuntala la tendencia Vuando señala que Evo pasó de las ojotas a viajar solo en avión, o que el vicepresidente posee un chalet en la zona Sur además de un avión. De poco sirve que la nota luego aclare que el domicilio de Álvaro García Linera fue comprado con un préstamo bancario para vivienda, y que la aeronave pertenece al Estado boliviano. Saben muy bien los propagandista que la gran mayoría de los ciudadanos lee los títulos y muy pocos, la nota.
En la medida en la que Evo y Álvaro se acerquen a la gente y muestren ser parte del pueblo boliviano, con seguridad retomarán la imagen de ser genuinos representantes de los sectores más humildes y de la clase media más comprometida con el país.
Recuerdo grupos focales que señalaban que creían más en volantes y en notas impresas en papel periódico (también conocido como sábana) que en aquellas que estaban hechas en papel cuche, que es mucho más caro y lujoso. “Es que cuando cuesta mucho, da que dudar de dónde viene la plata” me dijeron.
Ir al mercado, pasear con la gente, escucharla es casi obligatorio en el político del siglo XXI. El ciudadano quiere a uno de ellos en el poder. Por esa razón, es prácticamente imposible que un empresario millonario gane el voto de la mayoría. Así que a hacer lo que decían los romanos cuando señalaban que “la mujer del César no solo debe ser honrada, sino también parecer honrada”.
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