Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Bolivia está de fiesta. Y tiene muchos motivos para estarlo. No sólo porque celebra un año más de su creación, sino porque —tras 12 años del gobierno del presidente Evo Morales— los logros económicos, productivos, sociales y políticos son innegables. Hoy la gran mayoría de los bolivianos ha cambiado su vida y goza de la redistribución de la riqueza que es de todos.
Sin embargo, la celebración de los 193 años de vida de la hija predilecta del Libertador Simón Bolívar se produce en un contexto internacional marcado por la amenaza imperialista de Estados Unidos y sus aliados al interior de la región suramericana. Como pocos aniversarios de la creación de Bolivia, hoy el escenario de fiesta viene de la mano de un alto compromiso con el pensamiento bolivariano y liberador, de resistencia y denuncia a la intromisión y la injerencia de Washington en los asuntos internos de nuestros pueblos. No es sólo una amenaza. El intervencionismo y el golpismo en América Latina con sello de EEUU es una acción artera en proceso y que comenzó a dar su más perversa señal en Venezuela.
El 4 de agosto, el presidente Nicolás Maduro sufrió un cobarde atentado (frustrado) contra su vida, en plena concentración de la Guardia Nacional Bolivariana que celebraba su 81 aniversario en Caracas. Allí se puso en evidencia el grado demencial que alcanzó la fiebre de la derecha internacional y de las oligarquías conservadoras con lazos en Estados Unidos.
Es bueno recordar que en la historia latinoamericana y de Estados Unidos, el magnicidio ha sido práctica de los sectores más radicales de la derecha, de su expresión fascista. Esos grupos, ligados a la CIA, se encargaron —por ejemplo— de asesinar nada menos que al presidente de ese país, John F. Kennedy, en noviembre de 1963.
Diez años después, ya fuera de territorio estadounidense, militares fascistas —apoyados por la CIA— asesinaron al mandatario de los chilenos, el socialista Salvador Allende. ¿Cuántas veces intentaron matar a Fidel? Es que el magnicidio y el terrorismo se reproducen en las entrañas mismas del imperialismo.
Por ello, este 6 de agosto, resuenan las palabras de Bolívar: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”.
Publicado en la Editorial del Periódico Cambio 06 de agosto de 2018
y Twitter: @escuelanfp
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