Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Galo
G. Amusquivar
(…) Cuando empezaron a
desparecer hace tres, cinco, siete ceremonias, a desparecer como sin sangre, como
sin rostro, y sin motivo, vieron por la ventana de su ausencia lo que quedaba
atrás/ese andamiaje de abrazos cielo y humo (…)
Uno de
los mayores daños que sobrellevan las comunidades, es que los “gobernantes”
tomen el poder mediante el uso de la violencia, las armas y la muerte;
implementado un régimen fascista de terror, que produce una millonada de
víctimas.
En el Estado
de terror (dictaduras), no existen los derechos humanos, tampoco las instituciones
que te protejan o te resguarden, menos que te visiten instituciones protectoras
de derechos humanos del continente.
Los
gobiernos radicales y las mafias políticas, utilizan a los órganos de seguridad
del Estado para asesinar y desaparecer personas, para robar niños y cambiarles
la identidad, las desapariciones forzadas es el método más utilizado para silenciar
las injusticias, dejar impune a los ejecutores y evitar la solución de los
problemas estructurales de la sociedad.
Para un
familiar no conocer sobre las circunstancias de la desaparición de su ser
querido, es algo que no se olvida y no se perdona, la incertidumbre de no
llevarlo a la tumba o no saber que pudo pasar y en el caso de las personas
religiosas, que no tenga cuerpo a quien velar, rezar o enterrar, es una de las
peores etapas de la vida, ya que el ataúd se encuentra vacío, esperando que en
algún momento aparezca o lo encuentren y puedan darle la paz eterna.
En la
actualidad el problema de la desaparición forzada es un problema global, ya que
daña a la sociedad, la democracia y el estado de derecho, afectando a cada uno/a
de nosotros/as. Entre los años 60 y finales de los 80, en algunos países de América
Latina, a raíz de las dictaduras y el Plan Cóndor, las desapariciones forzadas
tuvieron una secuela traumática en los sobrevivientes, estos hechos marcaron el
curso de la política en el continente y la democracia que luego paso a ser
parte de la intervención sistemática del neoliberalismo, la cual no pudo cerrar
las heridas de las víctimas y curar los dolores que dejo el fascismo y el
Estado de terror.
Ahora
cuando nos encontramos en pleno siglo XXI y con la evolución de la política y
los escenarios de participación, las desapariciones de personas en el
continente son dirigidas a otro segmento de la población y por otras causales.
Aquello que conocíamos como desapariciones forzadas en época de dictadura
dirigida en su mayoría a políticos de izquierda, se las ejecuta en países
“democráticos” no solo a políticos, sino también a otras víctimas siendo las
principales:
-
Periodistas.-
Quienes denuncian injusticias, narco-vínculos, lavado de dinero, corrupción,
etc. De las 42 personas desaparecidas en América Latina y 27 del año 2017, en
México en lo que va del 2018, 11 periodistas fueron asesinados/as y
desaparecidos, estos hechos atentan contra la vida, la salud pública, la
libertad de prensa e información y comunicación.
-
Defensores
de Derechos Humanos.- Quienes
denuncian la vulneración de los estados y los gobiernos por actos cometidos
contra sus ciudadanos, contra los pueblos campesinos e indígenas o contra las
multinacionales por los daños que ocasionan al planeta. Desde el 2011 a la
fecha, 119 defensores fueron asesinados y este último año en Colombia la
desaparición de 4 personas que denunciaban la vulneración de los derechos
humanos de los pueblos indígenas en zonas controladas por los narcotraficantes,
tuvo su rechazo y repercusión en la comunidad internacional.
-
Niñas/os
desparecidas/os por la trata de personas.- Transportados a territorios
donde son utilizadas/os como objetos sexuales por los tratantes o son utilizadas/os
como mano de obra barata, en condiciones de esclavitud moderna, acortando y dañando
la vida de los/as niños/as. En la India en un estudio presentado por la ONG Bachpan
Bachao, se reportó que 11 niños desaparecen por hora.
-
Y las
victimas secundarias (familiares, amigos, comunarios) de los mismos.- Que
intentan lograr justicia por las desapariciones, pero que tienen temor de
represalias por las mafias organizadas, esperando que los gobiernos y la
comunidad internacional, asuman su obligación de proteger y defender la vida,
por encima de cualquier circunstancia.
La Asamblea
General de las Naciones Unidas, decide declarar el “Día Internacional de las Victimas de Desapariciones Forzadas” cada
30 de agosto, este día poco conocido tiene como intención, exhortar a los
estados y gobiernos a investigar todos los casos de personas desaparecidas e
investigar a estos grupos que utilizan este mecanismo de terror, para que sean
procesados y sancionados de acuerdo a las normas internas de cada país.
Estos
hechos encubiertos se llevan a cabo en un continente donde no existen “guerras”, donde debería reinar la “paz social”, donde hay presidentes
elegidos democráticamente; pero las autoridades públicas y políticas vinculadas
a las redes de corrupción, narcotráfico y mafias organizadas, prefieren no
investigar, procesar, ni sancionar a los verdaderos criminales, algunas veces
en complicidad – Silencio- de muchas
ONG´s e instituciones defensoras de derechos humanos, que no se dan cuenta que estos
crímenes se apoderaron del poder político y la sociedad, incrementando el estado
de terror y la muerte en beneficio de sus propios intereses.
(…) Están en algún sitio, nube o tumba, están
en algún sitio, estoy seguro, allá en el sur del alma, es posible que hayan
extraviado la brújula y hoy vaguen preguntando preguntando: ¿Dónde carajo queda
el buen amor?, porque vienen del odio.
Mario Benedetti –
Desparecidos
Defensor de Derechos Humanos
Miembro del departamento de investigación de
Humaniza
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