Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Esteban Ticona Alejo
Hace
unos días presenciamos por segundo año consecutivo el paso del rally Dakar por
Oruro y Potosí. A pesar de ser una competencia elitista, organizada por la
multinacional Amaury Sport Organisation (ASO), es propiciada por el Estado
Plurinacional, y cada vez adquiere mayor euforia nacionalista en algunos
sectores de la sociedad, aunque a diferencia del año pasado, he escuchado
muchas voces críticas, a las que me sumo modestamente.
Sabemos
en líneas generales que, desde sus orígenes, esta competencia ha provocado
centenares de muertes, y que ha sido expulsada de Europa y de África
precisamente por los impactos negativos —ambientales, sociales y culturales—
que genera. Entre las voces críticas hay una frase colgada en Facebook que me
encantó: “Si seguimos por esa ruta, vamos a… KAGAR”. Creo que la última palabra
lo explica todo, pues fueron muchos los corredores que Dakaron durante la
competencia (por no repetir la palabra explícita), y ocurrirá lo mismo en el
futuro con la Pachamama y sus diferentes representaciones simbólicas, así como
también con los animales y aves que habitan esos “territorios difíciles”
andinos.
Sin
desmerecer la excelente calidad técnica y el esfuerzo por darnos a conocer los
hechos, sobre todo de BTV, ciertamente el tratamiento temático y el análisis
crítico de nuestros medios de comunicación sobre el evento han sido muy pobres.
Algunos ejemplos. Casi no se comentó la muerte de un corredor polaco
supuestamente por inanición. Michal Hernik competía en la categoría de motos, y
falleció durante la tercera etapa, entre San Juan y Chilecito. Su cuerpo fue
hallado en el kilómetro 206 de la Cuesta del Miranda, en la provincia argentina
de La Rioja. ¿Por qué la ASO no le prestó debida la atención? Hubo otro
accidente “espectacular” de dos coches (uno detrás de otro) en territorio
boliviano, pero se dijo muy poco al respecto, y solo después de que los
corredores ya habían abandonado el país. Varios medios de comunicación
magnificaron y/o gozaron de esta tragedia, repitiendo muchas veces las imágenes
acompañadas de la frase “que espectacular fue”. Tampoco se informó que dos
corredores europeos, el italiano Matteo Casuccio (motos) y el holandés Kees
Koolen (quads), fueron detenidos por la Policía de Investigaciones de Chile.
Pues ambos se salieron de la ruta original para transitar por senderos
arqueológicos de alto valor patrimonial ¿Cuánto daño causaron? Sabemos que el
Perú declinó su apoyo al Dakar precisamente por el riesgo que implica para los
sitios arqueológicos. En Argentina existen muchas denuncias al respecto. En
internet circula un documental del Movimiento Comunitario Pluricultural kolla
del norte argentino que repudia “A un año de la represión e imputación de
nuestros hermanos kollas en Rumi Cruz”
(www.youtube.com/watch?v=UpzkB89GTGs&feature=youtu.be). En
él expresan su indignación contra este rally, al que consideran como una
violación al territorio y a los derechos indígenas.
A
pesar de estas arbitrariedades del Dakar, ¿seguimos apostando por esta exótica
carrera? ¿Seguimos apostando a tener vehículos como los que se exhiben,
alimentando el consumismo? No se sabe nada sobre los impactos que causa este
rally al medio ambiente y a los sitios sagrados y arqueológicos, y en verdad no
creo que realmente se quiera saber, para no dañar los intereses de las
multinacionales que patrocinan esta competencia, entre ellas, el Estado
Plurinacional. El Dakar nos invita a la modernidad más colonial, donde no se
apuesta por la vida, sino por la destrucción y la muerte. Wali qullqinin
jaqinakaxa, awtu q’iwirinakampixa mayakiw sartapxi, jupanakaw samantañ
munapxistu.
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