Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Carlos Flanagan
El 10 de diciembre de 2013 la Cámara de Diputados del Uruguay aprobó la ley de control y regulación de la marihuana por parte del Estado, que ahora será promulgada por el Poder Ejecutivo. De esta manera, Uruguay pasa a ser el primer país que como tal adopta esta medida. Los Gobiernos Estaduales de Washington y Colorado en EUA ya la han adoptado en su jurisdicción.
Uruguay se ha caracterizado por ser un país pionero en el mundo en adoptar leyes de avanzada en temas claves como la reforma educativa de 1877 por la cual la Escuela Pública es laica, gratuita y obligatoria con control curricular por parte del Estado, y a principios del siglo XX la ley de divorcio por sola voluntad de la mujer, el voto universal, la ley de 8 horas, y un sinnúmero de otras disposiciones legales de salvaguardas sociales que se continúan al presente (como la ley de matrimonio igualitario, despenalización del aborto, combate al consumo de tabaco, donación tácita de órganos) que por motivo de espacio no podemos detallar.
Prohibicionismo vs regulación
Existe un primer antecedente valioso en la legislación uruguaya al respecto. En la década del 30 del siglo pasado, en EUA se instaura la Enmienda XVIII a su Constitución, conocida como la “Ley Seca”, que prohibía el consumo de alcohol. La misma dio lugar al auge de las mafias que controlaban los alambiques clandestinos; o sea la fabricación, venta y distribución de bebidas alcohólicas prohibidas. De allí pasaron a un primer plano y fueron tema de innumerables películas y seriales televisivas gánsteres como Al Capone, Frank Nitty, Morán etc. El fracaso prohibicionista fue estrepitoso y la ley debió ser derogada. Lo que se ha mantenido “piadosamente disimulado” es el costo social de la aplicación de esta prohibición: 30 mil muertes por ingesta de alcohol adulterado, 100.000 víctimas de ceguera y parálisis, 45.000 detenidos por traficar, un aumento de la tasa de homicidios del 78% y la población carcelaria que era de 4.000 personas antes de la ley en 1920, llegó a 26.859 en 1932.
En Uruguay en 1931 se crea la Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Portland (ANCAP). Lejos de aplicar el criterio prohibicionista, el Estado por medio de esta empresa pasa a regular y controlar centralmente la fabricación y calidad de los alcoholes en salvaguarda de la salud pública con éxito hasta el presente.
Respecto a la marihuana, su consumo personal ya era legal en Uruguay desde 1974; pero paradójicamente, su adquisición no lo era, por lo que se estaba ante una incongruencia jurídica que ahora se salva mediante esta nueva ley que en definitiva busca una solución alternativa al fracaso estruendoso de la llamada “guerra a las drogas” y la Convención sobre Estupefacientes de la ONU de 1961, que luego de 50 años requiere de modificaciones.
Muchos “opinólogos” de toda laya y profesión han lanzado temerarias e infundadas afirmaciones tremendistas sobre eventuales consecuencias de la aplicación de esta ley en nuestro país: aumento de la morbilidad y mortalidad, “turismo cannábico” dado el “fumo libre” sin restricciones, aumento del consumo de otras drogas dado el libre inicio del consumo de marihuana, etc.
Sobre estos disparates, algunas breves precisiones:
1. Sólo los consumidores uruguayos debidamente registrados tendrán acceso controlado informáticamente mediante compra en farmacias a 40 grs. mensuales. Toda persona que excede este consumo pasa a ser atendida como adicto en los centros de salud especializados.
2. La OMS ha dictaminado la falsedad de la afirmación del llamado “efecto escalera” del consumo de marihuana como iniciación para el consumo de las llamadas “drogas duras”. Asimismo ha determinado en sus informes que no registra decesos por el consumo de marihuana, mientras registra 5 millones de muertes anuales por consumo de tabaco y 2.5 millones por consumo de alcohol. [1] Las estadísticas uruguayas confirman los mismos fenómenos.
El descaro de la JIFE
El Presidente de esta Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, dependiente de la ONU, Raymond Yans, llegó a calificar en un reportaje con la Agencia EFE, a Uruguay como un Estado pirata al aprobar esta ley: “este es un tipo de visión propia de piratas, que un país decida no retirarse de la Convención y tampoco respetarla”. Asimismo mintiendo descaradamente dijo que las autoridades de Uruguay no le habían permitido viajar para mantener un encuentro directo con el Presidente Mujica.
Ante ello nuestro Presidente, indignado, lo tildó de “viejo careta y reaccionario”, “que habla para la tribuna”. “Están en un puesto de pedestal y se creen que pueden decir cualquier bolazo”, dijo Mujica, que invitó a Yans a que venga, pero “va a tener que aclarar lo que pasa en un montón de estados norteamericanos, donde sólo con la capital, superan la población de Uruguay”. “¿O tienen dos discursos, uno para Uruguay y otro para los que son fuertes?”
Más allá de la carta de disculpas de otro miembro de la JIFE, diciendo que discrepaba con las declaraciones de Yans “y que no había sido consultado”, lo dicho nos confirma la esencia reaccionaria de estos señores ante cualquier propuesta de cambio.
Bolivia lo tiene claro luego de la batalla que tuvo que dar (con nuestro apoyo incondicional desde el primer momento) en defensa del pijcheo de la hoja de coca en tanto manifestación de una cultura milenaria.
El autor es embajador de Uruguay en Bolivia
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