Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Gualberto Cusi Mamani
El día martes 13 de marzo de
2012, con motivo de la Jornada Nacional del “Acullico”, concedí una entrevista
a un medio televisivo, el que junto a otros, difundieron imágenes parciales de
la misma, mostrando de forma repetitiva la parte en que mi autoridad, de
acuerdo con mi cosmovisión y la cultura a la que represento, explique una de
las formas de utilización de la sagrada hoja de la coca.
Lo anterior ha suscitado una
serie de interpretaciones equivocadas, tendenciosas e interesadas en total
desconocimiento y falta de respeto a los usos y costumbres ancestrales de las
naciones y pueblos indígena originario campesinos; ironizando esta práctica
ancestral y ofendiendo a la cultura aymara-quechua, que en su cotidiano vivir,
practican la consulta a la coca para la toma de decisiones, olvidando que el
art. 384 CPE, ha instituido la protección de la coca originaria y el uso
ancestral de ésta como patrimonio cultural y factor de cohesión social.
Cabe recordar que la hoja de
coca, ha sido utilizada por las civilizaciones precolombinas desde hace miles
de años; es parte integrante de nuestras naciones y pueblos indígena originario
campesinos, forma parte de nuestros rituales religiosos y sociales y nos sirve
no sólo como planta curativa, mitigadora del hambre y sed, sino también como un
medio de inspiración e iluminación para la realización de nuestras actividades
cotidianas.
En consecuencia, las naciones y
pueblos indígena originario campesinos tenemos derecho a consultar a la inal
mama (coca), antes de realizar nuestras labores cotidianas como la siembra,
cosecha y otras como en mi caso las de administración de justicia, invocando a
la Pachamama y a nuestros ancestros, solicitando su permiso para que nos
otorgue sabiduría y fortaleza en el cumplimiento de nuestro trabajo; no
obstante, las declaraciones realizadas en dicha entrevista, propiciaron que los
enemigos de la coca milenaria, algunos políticos oportunistas y sus aliados
naturales, realizaran una serie de declaraciones inapropiadas y ofensivas que
denotan un total desconocimiento de nuestra idiosincrasia en relación a
prácticas culturales ancestrales, atacando la práctica de la consulta a la hoja
de coca, puesto que al parecer el colonialismo y sus representantes, pretenden
continuar con la justicia formalista y onerosa del pasado colonial.
El Estado-nación en proceso de
transición hacia el Estado Plurinacional, nos exige afirmar que los valores
culturales y jurídicos ancestrales, sean los impulsores de una nueva visión de
la administración de justicia. Administración que deberá asumir, retos
socioculturales vivos, para complementarlo con los valores éticos y culturales
rescatables de la vieja administración de justicia.
En este contexto, lo nuestro es
“otra civilización” que tiene su propio sistema. Por lo tanto, también tiene su
propia forma de administrar la justicia, que se diferencia de la forma
ordinaria y común. En este proceso de transición, donde aún lo colonial se
resiste ante los “hechos descolonizadores”, que se proyectan a futuro, el
akulliku es satirizado como un retroceso a la “edad de la piedra”.
Al respecto, cabe reconocer que
la descolonización es algo“abrupto”, que choca de “frente”. En suma la
descolonización no pasa jamás inadvertida afecta y modifica fundamentalmente al
ser de los colonizados. Esta reflexión permite revalorizar las virtudes de la
hoja de coca milenaria, como expresión de un acto pluricultural de valor
ancestral, puesto en práctica, que ha removido las fibras más íntimas de los
colonizados mentales del territorio nacional, sin comprender que debemos
construir una sociedad plural, justa, armoniosa, cimentada en la
descolonización, sin discriminación ni explotación, con plena justicia social
para consolidar las identidades plurinacionales, conforme prevee el art. 9.1 de
la CPE.
En Bolivia, Estado de Derecho
Plurinacional Comunitario como se define ahora, la justicia indígena está representada por la coca, el poncho y el
sombrero. Por lo que nuestros detractores no pueden pretender que en el
Tribunal Constitucional Plurinacional,
los representantes de esta Justicia, deban prescindir de sus prácticas que son
propias de este tipo de justicia, lo que en modo alguno puede ser interpretado
como la forma de “definir” o “resolver” los casos que son de conocimiento de la
justicia constitucional, los que como no puede ser de otra manera, deben ser
resueltos conforme mandan la Constitución y las leyes.
Debemos manifestar que la esencia
y naturaleza del Estado Plurinacional, no ha sido comprendida aún por muchos
sectores, en particular por los conservadores colonialistas, quienes hacen mofa
de nuestras costumbres, desconociendo que dentro del Estado Boliviano existen
varias culturas y prácticas. Así, a nadie le sorprende que a los jueces de la
justicia ordinaria, en sus escritorios tengan la Biblia y un crucifijo a
quienes piden los iluminen a momento de dictar su sentencia. Asimismo, hacen
jurar con la mano sobre la Biblia a los testigos, lo que representa un
simbolismo que se practica y respeta desde hace años.
Los indígenas en cambio, como
parte también de nuestro propio simbolismo, tenemos derecho a consultar la coca
y utilizar los ritos de nuestra cultura, para que nos iluminen en la delicada
labor de administrar justicia; lo cual en esencia, no puede ser considerado
“malo”, pues con ello no se pretende dañar a los justiciables, ya que todas las
sentencias y resoluciones que hasta ahora hemos dictado, contienen el
correspondiente fundamento jurídico y fáctico, que permite a los justiciables,
entender los motivos y razones jurídicas para llegar a un determinado fallo.
Tenga certeza el Pueblo
Boliviano, que las sentencias que me correspondan dictar estarán basadas
siempre en la Constitución y la ley. Asimismo, sepan las naciones y pueblos
indígena originario campesinos, que defenderé la hoja de coca y seguiré
practicando las tradiciones milenarias, esté donde esté, porque forma parte de
mi identidad cultural a la que no renunciaré
Finalmente, declaro que soy
defensor acérrimo de las costumbres, valores y prácticas sociales, culturales y
espirituales que nos han legado nuestros ancestros; y que en todo caso, mi
conducta se halla inmersa en lo preceptuado por el art. 30 de la CPE y el art.
5 del Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas Sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas que reconocen, protegen y respetan los valores y
prácticas sociales, culturales, religiosos y espirituales propios de dichos
pueblos.
Gualberto Cusi Mamani. Magistrado del Tribunal Constitucional
del Estado Plurinacional de Bolivia
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