Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: María
Bolivia Rothe
La epidemia del coronavirus
(COVID-19) ha movilizado a todos los expertos del mundo y establecido un
complejo sistema de alerta epidemiológica. A estas alturas, sabemos ya bastante
sobre este microorganismo; un virus respiratorio con una tasa de letalidad del
3.47%; los primeros casos fueron reportados en China. Actualmente los países
con mayor transmisión activa son Italia, Irán, Estados Unidos Corea y Japón.
El Centro de Control de
Enfermedades de China (CCDC) asegura que alrededor del 80,9% de las infecciones
del nuevo coronavirus se clasifican como leves, el 13,8% como graves y solo el
4,7% como críticas, lo que incluye insuficiencia respiratoria y multiorgánica,
y shock séptico.
Lo que sabemos del coronavirus
hasta ahora, es que ataca preferentemente a personas de la tercera edad; que su
baja letalidad y su parecido con otros virus respiratorios, hacen que puedan
existir muchos casos asintomáticos o que no sean reportados, como también casos
de influenza que puedan parecer la enfermedad. Esto da como consecuencia
subregistros porque la mayoría de las personas afectadas, al ser leve su
sintomatología, ni siquiera acudirán a un centro de salud. Sin embargo, lo más
agobiante es la incertidumbre que siembra y esa incertidumbre, produce miedo y
el miedo es el arma que el fascismo ha utilizado siempre para someter a los
pueblos.
No queremos decir que la epidemia
es inventada; lo que sostenemos es que es hábilmente utilizada como arma
política. Hace tres meses que Bolivia viene sumando muertes por el dengue y no
se ha hecho nada; ya van casi 8 mil afectados por esta enfermedad, cuya tasa de
letalidad es muchísimo mayor que la del coronavirus y que este año ha enfermado
y matado a muchos niños, cosa que no sucedía en brotes anteriores. Según
nuestra experiencia, esta epidemia, por frecuencia y gravedad, se parece a la
epidemia del 2012 por dengue tipo 2, en la que hubo 31.000 casos con 31
muertes. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), estamos en peor
epidemia en las Américas en los últimos 30 años. Sin embargo, desde el Palacio
Quemado no ha habido medidas concretas ni presupuesto para frenar la epidemia y
mucho menos la asignación de fondos extraordinarios para esta enfermedad.
Pero en cuanto aparece el
coronavirus, se prenden todas las luces y empieza el espectáculo. No las
acciones sensatas y científicas que requieren esta situación, sino la
activación de dispositivos que solo profundizan el pánico y no generan
soluciones de fondo.
“Pan y Circo para el pueblo”
César dixit: No faltó algún político desubicado que haya hablado de proyectos
de ley para penalizar a los pacientes que presenten la enfermedad (Como si
enfermarse fuera voluntario) o de otros que ya hablan inexplicablemente, de
suspender las elecciones. Precisamente, este es la otra cara de la medalla, el
coronavirus como maniobra política. ¿Resultado? Gente peleando en la calle y
quitoneándose barbijos y geles antisépticos, en una vorágine paranoica que no
sirve para nada.
Resulta sumamente conveniente y
oportuno que una pandemia cierna sus peligros sobre Bolivia, tres meses antes
de una de las elecciones más decisivas de nuestra historia, donde Añez busca
legitimarse en el poder frente a una indetenible victoria del MAS-IPSP. Ella
sabe que no va a poder ganar limpiamente las elecciones, como también sabe que
no podrá (aunque no le faltan ganas), fabricar un fraude monumental; entonces,
necesita un pretexto externo lo suficientemente creíble para hacerlo. La
pandemia le cae como anillo al dedo. Buscará jugar con el pánico de las personas
como ya lo está haciendo, generando una psicosis colectiva que le permita
justificar sus innobles deseos de seguir gobernando sin elecciones.
Por favor, no se me
malinterprete; no quiero decir que la pandemia no existe o que no sean
necesarias todas las medidas de control; por supuesto que lo son y todo lo que
se haga para proteger a nuestra población es siempre válido. El tema es que
todas estas medidas que instala el gobierno golpista en Bolivia son vacías,
demagógicas debido a que así de débil y demagógica es la cartera de salud, sin
nada sólido por detrás.
Pretenden hacer frente a una
pandemia cuando han desmantelado el Ministerio de Salud, persiguiendo y echando
a la calle a los mejores especialistas en Salud Pública y Epidemiología con el
pretexto de que eran seguidores de Evo y
en su lugar, funciona una rosca que poco o nada sabe de salud pública y que no
tiene experiencia en el manejo de brotes y epidemias; es el botín que ganaron
como Colegio Médico, a punta de huelgas y paros intentando destrozar el sistema
público de salud, lo que les ha valido instalarse en ese Ministerio, sin
ninguna base técnica.
Si se hubiera sabido del tema, se
hubiera mantenido la compleja red de atención médica que los médicos cubanos
junto con los médicos SAFCI y los médicos Mi Salud habían establecido en todo
el territorio nacional y que costó algo más de diez años armar; se hubieran
hecho gestiones inmediatas para solicitar al gobierno de Cuba que venda
Interferón Alfa, modulador de la inmunidad, muy útil para evitar que los casos
sean graves; nunca se hubiera destituido a la jefa de epidemiología y se
hubiera montado un dispositivo de control en los aeropuertos.
Pero no se ha hecho nada de eso.
Se ha iniciado una parafernalia mediática y se han instalado medidas que no son
necesarias; la OMS recomienda cierre de fronteras solamente en aquellos países
donde hay casos domésticos del virus y en Bolivia, los tres únicos casos, son
importados.
El dengue, la influenza, el
cáncer y la insuficiencia renal crónica matan más bolivianos y bolivianas cada
día; solo que lo hacen calladamente. Fiel a su estilo, la autoproclamada,
necesitaba de ruido para hacer creer que la salud le interesa, cuando en
realidad, lo que le interesa verdaderamente, es perpetuarse en el poder a como
dé lugar.
*Médica epidemióloga salubrista.
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Buen artículo felicidades, sin embargo hay que hacer notar que ni en esta parafernalia son eficientes, hoy 16 de marzo el ministro anunció que disponía de 7000 pruebas da lab como si la ocurrencia de casos fuera de ayer, los flujos de atención en las instituciones empezaron a funcionar desde hoy en un retardo e imprevision previsibles de un gobierno conformado por mediocrez
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