Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Maria
Nela Prada Tejada
Santa Cruz,
26 de febrero de 2012
Estas hermosas tierras del
oriente boliviano fueron habitadas hace miles de años por varios pueblos
indígena originarios como el chané; y en ese entonces eran conocidas como “Las
Llanuras del Grigotá”.
Un 26 de febrero de 1561, el
conquistador español Ñuflo de Chaves, en uno de los denominados "actos
fundacionales", renombró a estas tierras como Santa Cruz de la Sierra, a
manera de recordatorio de su ciudad natal, la villa extremeña donde él había nacido
en España.
Ñuflo de Chaves continuó con la
política colonizadora de Diego Martinez de Irala, vino en busca de nuevas
tierras, así como de la ruta a la “Sierra de la Plata”, por la leyenda que
había de la “Montaña llena de metal de plata”; de ahí viene el nombre de Río de
la Plata, ya que se creía que remontando su curso se llegaría a la sierra del
gran tesoro.
Entonces, esta tierra ya estaba
habitada y tenía dueños antes de la llegada de los españoles; no era la “tierra
de Ñuflo de Chaves” como dice nuestro himno cruceño; ni lo es. Nosotros no
surgimos a la sombra de “la España grandiosa”, aquí ya habían pueblos “de
límpida frente y de leal corazón”; yEspaña no plantó aquí “el signo de la
redención” sino el de la colonización.
Tenemos que recordar que la
redención la plantaron los pueblos que siempre habitaron estas tierras, y que
por cientos de años resistieron y lucharon para que hoy podamos cantar
“¡Libertad van trinando las aves!”
Por lo tanto, este 26 de febrero
de 2012 y al entonar el himno cruceño, deberíamos reflexionar sobre lo que
festejamos y cantamos.
Que el reconocimiento de los
pueblos indígena originarios y la incorporación de ellos en muchas de nuestras
instituciones cruceñas y actos públicos en nuestra Plaza 24 de Septiembre, no
sea de boca pa’ fuera, sino que cuando hablemos de “LO NUESTRO” y gritemos
IYAMBAE con camisas chiquitanas, lo hagamos con plena consciencia de la
transformación que estamos asumiendo y de la tan necesaria redefinición de lo
que consideramos “EL SER CRUCEÑO”, que por mucho tiempo visibilizó al patrón e
invisibilizó al peón.
Yo soy mestiza y no es que niegue
mis raíces españolas; pero considero que no podemos seguir negando nuestra
sangre indígena. Lo mestizo no debe servir como pretexto para esconder lo
indígena y la historia de pueblos que han sido históricamente oprimidos,
excluidos y silenciados. Al reconocernos mestizos, no solamente nos tenemos que
posicionar en la sangre española que tenemos, sino también en la indígena
originaria que de igual manera nos constituye. Sólo así podremos ir mucho más
atrás del 26 de febrero de 1561 para reencontrarnos e ir de una vez pa’ delante
con todas y todos.
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