Ir al contenido principal

El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...

Homenaje a Luis Alberto Spinetta (1950-2012)

El Templo de la música

Por: Rolando Gómez
Para Rebelión
 Debe haber sido el año 1970 o 1971; no recuerdo muy bien. Tampoco recuerdo si era invierno o verano, aunque en las imágenes de mi memoria no aparece el agobiante calor.
El segundo tucumanazo estaba en preparación, sin que ninguno de nosotros lo supiera. Desde el poder nos comenzaban a hablar de Gran Acuerdo Nacional , pero muchos ya sabíamos que era una trampa más. A pesar de que éramos, al fin y al cabo, jóvenes casi-niños, buscábamos nuestras propias alternativas, políticas y culturales.
Respecto a estas últimas, presentíamos que la propuesta del folclore tradicional, tan querido y respetado en la provincia, no era suficiente. No eran tiempos de cantarle a la luna y las estrellas . Presentíamos que el folclore había sido secuestrado por el poder; por la dictadura militar. Es tal vez por eso que los jóvenes preferíamos aquella otra música, aunque nos dijeran que no era ni nacional ni popular, sino “extranjerizante”.
Alejandro Medina ya por entonces vociferaba “ vacaciones por un día sin cobrarme…”, y nosotros sabíamos exactamente de qué hablaba. Ya muchos de nosotros habíamos tomado esas “vacaciones”. No lo decía al ritmo de chacarera, pero la amenaza nocturna era real, y la conocíamos. Aunque la música sonara extranjera, presentíamos ya entonces que el arte no conoce fronteras, y esa música era también de nosotros.
Y luego apareció el lonplei con la figura del hombrecito triste con turbante rosa. Todo el mundo lo quería tener. No todos podíamos comprarlo, así que a veces pasaba de mano en mano. Íbamos a clase con el lonplei bajo el brazo, protegido cuidadosamente entre la regla T y el tablero de dibujo. Lo llevábamos a la casa del Loco González, que tenía un Winco nuevito con la púa siempre chalita , para no dañar el disco. A veces, salíamos al centro con solo el lonplei entre las manos, para que todos lo vean. Para que todos vean que uno lo escuchaba. Era como una especie de pronunciamiento público. En esa época nadie imprimía remeras con consignas. Si las hubiera habido, hubiéramos vestido una remera que diga “ somos seres humanos, sin saber lo que es hoy un ser humano… ”
Y entonces, Almendra vino a Tucumán.
El concierto se hizo en el viejo club de básquet Estudiantes, en Rivadavia al 900. Aunque pequeño, la cancha era ya entonces techada. Sacaron el aro del lado norte y armaron allí un precario escenario con tablones de madera. Pusieron sillas plegables en el piso de cemento de la cancha, y habilitaron una sola tribuna para el público del lado este. Pocas luces. Solo algunos spots con filtros de colores.
Yo pude entrar entre los primeros y ocupé con mi hermano una de las sillas plegables frente al escenario. Me contaron luego que cuando las pocas sillas y las tribunas estaban ya llenas, la cola de jóvenes queriendo entrar daba vuelta a la esquina de la Avenida Sarmiento. Los que habíamos alcanzado a entrar ya disfrutábamos de las preparaciones en el escenario. Edelmiro templando la guitarra, el equipo técnico ajustando el sonido; Almendra en el escenario.
Los idiotas de la administración del club Estudiantes decidieron entonces cerrar el portón de ingreso al club. Habían llenado su bolsa con entradas, y no les importaba nada más.
Los jóvenes tucumanos que quedaron afuera no lo pensaron dos veces. Con la experiencia previa de un tucumanazo y varias barricadas, sabían muy bien cómo derribar un portón alambrado, y lo hicieron. En pocos minutos el público dentro del club se duplicó, entre gritos de alegría y saludos solidarios a los recién llegados, conocidos o no.
La respuesta tardó algunos minutos, pero llegó: un numeroso pelotón de panzones “anti disturbios”, defensores de las tradiciones nacionales, entró al club a la carrera y rodeó al público joven, preparando amenazadoramente sus pistolas de gases lacrimógenos y sus temibles Itacas calibre 12.
Por unos segundos hubo pánico. Luego, de a poco, surgieron de entre la multitud los silbidos de repudio y surgio un crescendo de conocidas consignas: “ sevacabaar, sevacabaaaaar, ladictaduramilitar…”. Los puños en alto se agitaban como en las barricadas.
De pronto, el Flaco Spinetta agarró uno de los micrófonos, todavía ni siquiera ajustado, y con sonido de feeback todos escuchamos palabras que me acuerdo casi textualmente, a pesar de que pasaron tantos años:
“…Desde el momento en que Almendra entró a este lugar, este recinto se ha transformado en un Templo de la Música. Y en el Templo de la Música no está permitida la violencia ni el despliegue de armas. Les pido a esos señores de azul que se retiren, para que podamos comenzar a tocar…”
Las dos horas que siguieron a aquellas palabras fueron un mágico aquelarre de arte y libertad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pedro Ignacio Muiba, el héroe

Por: Homero Carvalho Oliva En 1975, mi padre, Antonio Carvalho Urey, terminó una investigación iniciada en la década de los sesenta que habría de cambiar la historia nacional. Después de muchas visitas al Archivo Nacional de Bolivia, dirigido en ese entonces por Gunnar Mendoza, extraordinario intelectual e historiador, quien le ayudó a ubicar los folios que habrían de probar toda una hazaña que da testimonio que los indígenas moxeños participaron activamente en la Guerra de la Independencia de nuestro país, al mando del cacique Pedro Ignacio Muiba. Esta investigación se publicó, primero en septiembre de 1975, en un policopiado financiado por la Universidad Técnica del Beni, en un pequeño tiraje de 200 ejemplares y luego en la famosa Biblioteca del Sesquicentenario de Bolivia. Dos años más tarde, en 1977, Antonio publicó el libro titulándolo Pedro Ignacio Muiba, el Héroe y de esa manera se reparó una injusticia histórica. En sus investigaciones, Antonio se basó, entre otros, en...

La despatriarcalización

Por: Julieta Paredes Al igual que el Seguro Universal de Salud (SUS), la despatriarcalización, como nombre para una política pública, tardó mucho, pero llegó. Entonces, en este marzo de luchas de las obreras, es necesario analizar, ¿qué es lo que realmente llegó? Fruto de una serie de movilizaciones de mujeres pertenecientes a las organizaciones sociales del proceso de cambio, se lograron algunas medidas en el Ejecutivo. Fueron movilizaciones que se realizaron a lo largo del año pasado, con encuentros departamentales. Así fue que se logró concretar un listado de demandas que más o menos se repitieron a lo largo de estos años, con algunas interesantes novedades. Entre ellas podemos señalar la exigencia del salario al trabajo doméstico y la necesidad de un espacio en el Gobierno para este sector. Algo así como un Ministerio de las Mujeres, instancia que tenga la jerarquía necesaria para efectuar las tareas que corresponden a la mitad de la población de Bolivia que somos las mu...

Idiosincrasia e ideología

Por: Félix Tarqui Triguero No son posibles las revoluciones económicas sin las revoluciones culturales porque todos aquellos contenidos que constituyen el fundamento de determinada cosmovisión propia de cada nacionalidad o sociedad pueden ayudar o frenar su avance por ser una manera de pensar de cada agrupación humana, en funcion a su historia y cultura. Así nace la idiosincrasia propia de cada pueblo, sin embargo, se enfrenta a la idiosincrasia forzada o alienante que influye día a día a las grandes masas de la población mundial de manera globalizante, en ese contexto necesitamos ver que Bolivia es un país de molde capitalista y sub desarrollado (empobrecido por la clase dominante que gobernó desde 1825 exceptuando a Antonio José de Sucre, Andrés de Santa C. hasta el 2005), La ideología como el estudio de las ideas es también un proceso de construcción critica, influenciado tan pronto el individuo se encuentra inmerso en las realidades sociales, económicas, culturales...