Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Eduardo Paz Rada
La
experiencia histórica de los últimos 30 años en América Latina está signada por
la pendularidad política entre el neoliberalismo conservador y proclive a la
estrategia de Estados Unidos en la región y el nacionalismo antiimperialista
impulsor de la unidad e integración de los pueblos latinoamericanos y
caribeños. Los datos sobre el grado de respaldo actual de los presidentes
conservadores expresa el grado de deterioro y, en algunos casos, repudio que
tienen de su población.
Los
índices de aprobación son un signo de la crisis temprana de los gobiernos que
retomaron las recetas y líneas de acción del Fondo Monetario Internacional
(FMI) y las banderas del liberalismo salvaje como reflejo de las imposiciones
imperiales: Bolsonaro en Brasil apenas alcanza un 32% de aprobación, Macri en
Argentina un bajo 23%, Duque en Colombia 30%, Moreno en Ecuador un 31% o Piñera
en Chile un 34%, y además en los cinco casos en las últimas semanas se han
acentuado las movilizaciones populares y las crisis internas en esos países.
Asimismo,
los cinco han sido también los alumnos más aplicados de la instrucción de
Washington para conspirar contra el gobierno del presidente de Venezuela,
Nicolás Maduro, impulsando primero el Grupo de Lima y después la ofensiva de
invasión “humanitaria”, proyectos que fracasaron rotundamente tanto por el
repudio interno en cada uno de esos países como por la sólida defensa popular,
cívica y militar del pueblo venezolano. El campo donde sí han conseguido una
victoria, que es derrota al mismo tiempo, ha sido en el desmantelamiento de la
iniciativa de integración regional Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur)
porque la debilidad frente a las olas de la geopolítica mundial los hace más
frágiles frente a las potencias mundiales como China, Estados Unidos, Rusia o
la Unión Europea.
La
última década del siglo pasado fue el triunfo novedoso del neoliberalismo en
América Latina que condujo al desmantelamiento de toda la estructura industrial
y defensiva del mercado interno, especialmente en Brasil con Cardoso, Argentina
con Menem o en México con Salinas de Gortari, dejando a merced de las
transnacionales la economía de nuestros países con el impulso paralelo del
proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), diseñado por
Washington.
La
reacción defensiva e integracionista se produjo en los primeros 15 años de este
siglo con el proyecto bolivariano de Chávez, Lula, Kirchner, Mujica, Castro,
Morales, Correa, entre otros, que consiguieron avanzar sólidamente en la
recuperación económica, la redistribución de la riqueza y la independencia
política con una voz propia en el concierto internacional. Sin embargo, la
ofensiva conservadora, utilizando medios poderosos como los medios de
comunicación privados, las redes de internet y la justicia apadrinada desde el
norte dieron golpes duros a varios de esos gobiernos.
Ahora,
a pocos años del ascenso político conservador su crisis es evidente. Bolsonaro
enfrenta una ofensiva desde varios flancos que prácticamente ha quedado inmóvil
y sin respuestas, Macri ha llevado al desastre la economía argentina, Moreno en
Ecuador se encuentra al borde de la caída de su silla presidencial, Piñera no
explica los negociados y corrupción de sus empresas, o Duque, que ha sido
desenmascarado por sus relaciones con el paramilitarismo y el propio
narcotráfico y se anuncian los vientos de recuperación de los proyectos
nacionales, populares y progresistas.
La
recuperación del diálogo en Venezuela, la línea independiente y
latinoamericanista de López Obrador en México, la firmeza del gobierno de Evo
Morales en Bolivia, las iniciativas electorales del peronismo en Argentina y
las revelaciones de la conspiración ilegal contra Lula en Brasil y su probable
liberación abren una compás de espera y esperanza para un nuevo impulso de los procesos
emancipadores en la región.
y Twitter: @escuelanfp
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