Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
En
tono solemne y casi como anunciando un deceso, el 29 de agosto de 1985 el
entonces presidente Víctor Paz Estenssoro, en un intento de justificar su
programa neoliberal, anunció que “Bolivia se nos muere”. Casi 34 años después,
la realidad muestra que él se equivocó, ya que Bolivia crece con otro modelo
que combina lo estatal/privado/asociativo/comunitario/cooperativo y permite la
redistribución de la riqueza.
Paz
Estenssoro implementó la Nueva Política Económica (NPE) vía Decreto 21060, que
introdujo el neoliberalismo a Bolivia. En su discurso leído en cadena nacional,
se sometió al juicio del tiempo al asegurar que su apuesta bien podría dar
frutos o “contribuir a aumentar la desgracia” de millones de bolivianos.
Su
segunda apreciación (aumentar la desgracia del pueblo) se hizo realidad, ya que
miles de trabajadores fueron despedidos, el empleo se sometió a la libre
contratación y se produjo la enajenación
de empresas públicas con su secuela de la mal llamada capitalización y la democracia
pactada.
Esa
larga noche neoliberal duró hasta 2005 y mostró indicadores escuálidos de
crecimiento, salario y pobreza.
Por
ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) registró tasas negativas en 1985 y
1986. En todo el período neoliberal (1985-2005) el promedio de crecimiento fue
de apenas 3,0%.
El
promedio del salario mínimo nacional fue de tan solo Bs 235 (1986-2005),
mientras que en 2000 la pobreza extrema llegó hasta el 45,2%.
En
2005, el pueblo boliviano decidió optar por otro modelo y por otros
representantes para la administración del Estado. Es así que votó (53,7%) por
el presidente Evo Morales, quien impulsa la Revolución Democrática y Cultural,
el Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo, y el paradigma del Vivir
Bien inspirado en nuestros ancestros.
Los
resultados verificables de dicho modelo son crecimiento económico, disminución
de la pobreza, inclusión social, estabilidad social y política, redistribución
de la riqueza, incremento salarial real, entre otros aspectos.
Por
ejemplo, el promedio de crecimiento del PIB (es decir la riqueza que produce el
país en un año) fue de 4,9% entre 2006 y 2017. Vale decir que la expansión fue
mucho mayor que en el período neoliberal inspirado en el modelo de Paz
Estenssoro.
El
salario mínimo nacional se “disparó” hasta llegar a Bs 2.122.
Bolivia
se situó entre los países de la región que más redujo la pobreza moderada y
extrema en los últimos años, incluida la desigualdad, según el Instituto
Nacional de Estadística (INE).
En
cifras, la pobreza extrema se redujo en más de la mitad, de 38,2% en 2005 a
15,2% en 2018, indica el INE.
Otra
de las características del modelo es el fortalecimiento del Estado, de las
empresas estatales.
Las
estatales se encuentran fortalecidas y generan el 39% de los ingresos del
Presupuesto General del Estado (PGE) para 2019.
En
el período 2006-2017, el conjunto de las empresas públicas generó Bs 51.000
millones de utilidades, recursos que permitieron cubrir el pago de bonos
sociales e iniciar y consolidar proyectos de industrialización de los recursos
naturales.
Recientemente,
se informó que la Empresa Boliviana de Alimentos (EBA) registró utilidades por
Bs 13 millones. Una parte de ese dinero fue a los bonos sociales. Estos
indicadores muestran que el modelo neoliberal se equivocó y que Bolivia está en
crecimiento y en pleno salto a la industrialización gracias al modelo impulsado
por el Jefe de Estado.
Se
implementaron y consolidaron más de 60 empresas públicas que empezaron a generar
ingresos en mayor y menor escala.
Publicado
en la editorial del periódico CAMBIO
y Twitter: @escuelanfp
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