Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Delfín Arias Vargas
Una multitudinaria concentración
política marcó este sábado —en predios del aeropuerto de Chimoré— el inicio de
la campaña electoral del MAS-IPSP, con la mira puesta en las elecciones
generales del 20 de octubre y la reelección en las urnas del presidente Evo
Morales.
Decenas de miles de hombres y
mujeres unidos bajo principios políticos que comparten configuraron una
multitud que, como fuente de poder y autoridad, dio una lección de democracia a
quienes la instrumentalizan al servicio de sus bastardos intereses.
Fue una comunidad política la que
unió sus voces en Chimoré en torno a un sentimiento de pertenencia a un proceso
político que, en los últimos 13 años, no solo cambió Bolivia, sino que también
la encarriló por la senda del desarrollo y la industrialización de sus recursos
naturales.
Es que bajo el liderazgo de Evo,
Bolivia ya no pide limosna para satisfacer sus mínimas necesidades ni es más
solo un país receptor de cooperación, sino oferente en tres de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS): hambre cero, salud y bienestar, trabajo decente y
crecimiento económico.
“Bolivia es el país de la región
que más ha reducido la pobreza extrema y la desigualdad”, aseguró la secretaria
general iberoamericana (Segib), Rebeca Grynspan, respecto del sólido avance boliviano
hacia su desarrollo.
“Bolivia tiene tanto que
enseñarnos en la reducción de la desigualdad. Bolivia es el país
latinoamericano que más ha reducido la desigualdad en el siglo XXI y, por
tanto, tenemos también mucho que aprender en un problema que es tan serio para
toda la región”, relievó.
Esta es la nueva Bolivia que
desde 2014 lidera la economía suramericana con un promedio del 4,9% de
crecimiento, es la Bolivia que el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco
Mundial (BM) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)
prevén que en 2019 continuará liderando el crecimiento económico de la región
con una expansión de al menos el 4,0%.
Las cifras de los organismos
financieros internacionales corroboran un país con estabilidad y crecimiento
económico sostenido, pese a un contexto internacional de elevada incertidumbre,
desaceleración de las principales economías y deterioro de las perspectivas
económicas regionales.
En 2018, mientras el crecimiento
boliviano fue impulsado por la industria manufacturera y la agropecuaria —que
fueron las de mayor incidencia en la expansión de nuestra economía—, la demanda
interna continuó impulsando el crecimiento, especialmente por el desempeño del
consumo de los hogares y la inversión pública y privada.
El director del Instituto de
Investigaciones Económicas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA),
Marcelo Montenegro, ponderó, según un boletín de prensa del Ministerio de
Economía y Finanzas Públicas, el crecimiento económico ininterrumpido de
Bolivia y la acelerada reducción de la pobreza.
“Esta es una prueba de que
Bolivia cuenta con un modelo económico estable y congruente”, resaltó
Montenegro, en coincidencia con Grynspan, para quien “el modelo boliviano de
redistribución es un modelo que todos los países estamos observando y que
muchos de los expertos e investigadores han puesto de ejemplo”.
Ahora bien, ¿qué ofrecen los
candidatos vinculados al pasado neoliberal que enajenó la riqueza de la patria
y las empresas del Estado? Sencillamente, nada, más allá que minimiza los
grandes logros nacionales y amplifica los errores que pudiera cometer el
gobierno de Evo.
En ese contexto, la disyuntiva es
clara: el pueblo elegirá en octubre entre una candidatura que garantiza la
continuidad del período de desarrollo más fecundo de nuestra historia, versus
un proyecto opositor amorfo y empeñado en descalificar al adversario político y
echar sombras sobre la democracia boliviana.
Y esa oposición que es partidaria
del intervencionismo golpista de Estados Unidos en Venezuela, que respalda el
ilegal encarcelamiento de Lula Da Silva en Brasil y la persecución judicial
contra Cristina Fernández en Argentina carece de una oferta electoral que le
haga sombra a la Agenda del Bicentenario que Evo puso a consideración del
pueblo para las elecciones de octubre.
Entonces, sin propuestas que le
den certidumbre al pueblo y sumida en sus propias contradicciones internas, la
oposición reaccionaria apuesta a la falacia y el escándalo, al rumor
malintencionado y a la diatriba política.
Es más, la oposición neoliberal
le tiene terror al exitoso modelo económico que ha sacado de la extrema pobreza
a más de 1,5 millones de bolivianas y bolivianos. Logro inimaginable bajo los
gobiernos neoliberales que administraron la ‘Bolivia méndiga’.
Alicia Bárcena, secretaria
ejecutiva de la Cepal, afirma: “Comparando con 2003, 2005, Bolivia a la fecha
prácticamente ha disminuido sus niveles de pobreza en forma increíble; de
verdad, diría que nosotros lo ponemos de ejemplo en la región de cómo se puede
manejar una política macroeconómica muy ordenada y una política social muy
inclusiva”.
Datos oficiales señalan que en
2018, la pobreza extrema siguió contrayéndose, llegando al 15,2%, con lo que
suma una reducción de 23,0 puntos porcentuales con relación al nivel de 2005
(38,2%), el mayor avance en la región suramericana. Igualmente, prosiguió la
mejora de la redistribución de los ingresos, en 2018 el 62,0% de la población
llegó a constituirse en clase media.
Mientras en 2018 la tasa de
desempleo disminuyó al 4,3%, dado el dinamismo de la actividad económica y la
creación de un mayor número de nuevas empresas; la política salarial continuó
con incrementos por encima de la tasa de inflación: 3% para el salario mínimo
nacional en 2019, con lo que este llegó a Bs 2.122, es decir, 4,8 veces
respecto de los Bs 440 de 2005.
Y en el marco del Modelo
Económico, Social, Comunitario y Productivo, se fomentan las políticas de
industrialización con la introducción de urea, cloruro de potasio y alcohol
anhidro a la industria; además del dinamismo de la demanda interna y el
positivo comportamiento del agro, que contribuyeron al crecimiento de la
industria de alimentos.
Las reservas internacionales
netas (RIN) alcanzaron en 2018 a $us 8.946 millones, manteniéndose en niveles
elevados y que con relación al tamaño de la economía llegaron a 22,0%, por
encima de parámetros internacionales y el mayor ratio en la región
suramericana.
El sistema financiero siguió
mostrando indicadores positivos. El ahorro llegó a $us 27.121 millones, un
ascenso de 4,5% con relación a 2017, reflejando la mejora de los ingresos de los
bolivianos, que en la actualidad tienen mayor capacidad de ahorro.
Por su parte, los créditos
llegaron a $us 24.871 millones, 12,2% por encima de la cifra de 2017, impulsada
por los créditos productivos y de vivienda de interés social, en el marco de la
Ley de Servicios Financieros. La mora continuó en niveles bajos y siguió
destacando como la menor de la región.
Asimismo, en 2018 se registró una
inflación de 1,51%, resultado del positivo desempeño del sector agropecuario y
de políticas como los programas de agua y riego, que favorecieron al rubro
productor de alimentos, especialmente.
Así, 2018 se constituyó en una
nueva gestión en la que el Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo,
aplicado en el país desde 2006, mostró sus positivos resultados y permitió al
país afrontar un entorno externo desfavorable, destacarse como uno de los de
mejor desempeño económico en la región y sostener los avances sociales, en
beneficio de la población boliviana.
Estas y otras son las poderosas
razones para prever que Evo tiene todas las cartas para ser reelegido en
octubre, y todas las encuestas sitúan su candidatura como favorita al triunfo.
Y la oposición lo sabe, por eso manipula y miente, por eso desinforma y
conspira.
Comunicador social y periodista
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