Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Galo G. Amusquivar T.
Ya no se escucha
a Carlos de Mesa y su lírica del “Shock
Democrático”, será que se dio cuenta o alguien lo aleccionó sobre: ¿la “Doctrina del Shock”?, ¿qué implica la “Doctrina del Shock”?, ¿el significado
del “Shock Democrático”? y ¿los
efectos del “Shock Democrático” y el “Shock Económico”?. Me permití revisar todas
sus entrevistas y en ninguna explica con exactitud el significado del “Shock Democrático” y ahora en sus
últimos paseos y entrevistas se olvida mencionar su famosa propuesta.
Milton Friedman
fue el promotor e ideólogo de La “Doctrina
del Shock”, liberal intelectual estadounidense de la Universidad de
Chicago, con su teoría de “libre mercado” y un “estado corporativista” sugiere
básicamente dar paso y liberar de impuestos a las empresas extranjeras. ¿Cómo
se logra esto?, privatizando las empresas y bienes públicos, desregularizando ciertos
sectores comerciales y recortando el gasto social, entre otros.
Tras el golpe de
estado de 1973, Friedman asesoró a Pinochet aplicando el shock económico; que
ocasionó la recesión chilena. Friedman y los Chicagoboys asesoraron y
conspiraron no solamente en las dictaduras latinoamericanas; sino también en la
guerra de las Malvinas con Margaret Thatcher desmantelando los sindicatos
mineros, con Boris Yeltsin para forzar la dimisión de Gorbachov y la
desaparición de la URSS; en ambos casos, el momento de desconcierto y miedo en
la población era ideal para aplicar la “Doctrina
del Shock”. Estos experimentos del neoliberalismo y de la élite “neoconservadora”
se llamaron: “Doctrina del Shock”, “Shock Democrático” y “Shock Económico”.
La “Doctrina del Shock” aprovecha la crisis
establecida o el estado de shock de las personas para vender las empresas y
servicios estatales a los agentes privados, mientras los ciudadanos se recuperan
del trauma generado por la crisis económica, los gobernantes logran reformas rápidas
y permanentes. Recordemos que en Bolivia esta doctrina fue utilizada en la
dictadura de Hugo Banzer Suárez, época en la que arrastramos la deuda externa,
la dictadura no sólo utilizaba el desmantelamiento del estado; sino también la
tortura, la cárcel, la desaparición y la muerte como parte de la terapia de
shock.
Bolivia transitó
del “Shock Democrático” al “Shock Económico”, ambas son parte de la “Doctrina del Shock”, la primera desmantela a los sectores
sociales, destruye el estado de derecho y la democracia establecida; y la
segunda privilegia al sector privado, privatiza e impone medidas antieconómicas
y antipopulares, ambas traen una crisis permanente y sostenida. En Bolivia el
capitalismo ingresa con mayor fuerza en los gobiernos de Jaime Paz Zamora,
Gonzalo Sánchez de Lozada (Víctor Hugo Cárdenas fue su vicepresidente), Jorge
“Tuto” Quiroga Ramírez y Carlos de Mesa Gisbert. La crisis generada durante estos
gobiernos encontraba su punto álgido con la venta de nuestras pocas empresas a
manos de empresas privadas, incluyendo la de Ferrocarriles a una empresa
chilena, llevándonos a un letargo económico y político de statu quo hasta el
año 2001, donde se producen las primeras revueltas a raíz de la privatización
del agua en Cochabamba y el año 2003 con la propuesta de venta de gas a Chile,
ocasionando la llamada guerra del gas.
En uno de sus
ensayos Friedman menciona: “Solo una
crisis – real o percibida – da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis
tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan
en el ambiente”, la función básica es desarrollar alternativas a las
políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas, hasta que lo
políticamente imposible se vuelve políticamente inevitable. Las reformas
económicas tienen que ser profundas y permanentes; esta crisis es aprovechada provocando
que los cambios sean irreversibles, imponiendo la transformación del sistema
económico antes que la sociedad afectada retorne a la “tiranía del statu quo”.
Cualquier crisis
es aprovechada y Friedman aprendió sobre el estado de shock vivido en Chile en
la dictadura de Pinochet, recordemos que fue el primer laboratorio experimental
de los Chicagoboys, las personas no solo vivían en un estado de traumatización
por el violento golpe; sino también por la hiperinflación. Friedman entre sus
recomendaciones sugirió a Pinochet: Reducir los impuestos a las empresas
extranjeras, apertura de libre mercado sin obstáculos estatales, privatización
de los servicios públicos, recortes económicos destinados al gasto social, liberalización
y desregularización de la economía, privatización de la educación, venta de las
fábricas a grandes multinacionales (¿no les parece conocidas estas recetas?).
El sistema educativo público fue sustituido por el sistema privado, la sanidad
pasó a ser de pago y se privatizaron guarderías y cementerios. Lo más radical
de todo fue la privatización del sistema de seguridad social. La única empresa que
se salvó, fue la Empresa Chilena de Cobre, que años después sería la única que
salva a Chile de la recesión económica. Friedman predijo que la reacción y la
necesidad urgente de cambios económicos provocarían reacciones psicológicas en
la gente, facilitando el proceso de ajuste, a esta fórmula la llamo la táctica
de “tratamiento de choque económico”.
A esto Pinochet aprovecho la situación de inestabilidad de la sociedad para
incorporar sus propias terapias de choque que fueron: la tortura, la
desaparición y el asesinato de políticos de izquierda.
Cuando el huracán
de Katrina golpeo a Nueva Orleans, Friedman envía una carta al congreso
estadounidense, sugiriendo reformar la educación, promoviendo las escuelas
Chárter, mencionaba que era el momento exacto para el “Shock Económico”, los maestros norteamericanos la denominaron como
el “atraco a la educación”. Las
victimas vieron como los fondos que deberían ser destinados a la reconstrucción
de viviendas y fuentes laborales, eran desviados al sector privado.
En Irak, el
congreso norteamericano inicio la guerra de “Cuarta
Generación”, utilizando la supuesta creación de armas nucleares de Saddam
Hussein, instalando la agenda del terror y el miedo en los medios de
comunicación. En ese estado de shock que vivían las personas, la doctrina
militar tuvo como objetivo: “Controlar la
voluntad del adversario, sus percepciones y su comprensión, literalmente lograr
que quede impotente para cualquier acción o reacción”, en Estados Unidos se
implementó el Shock Económico, otorgando contratos beneficiosos para las
grandes empresas armamentista y el despliegue del ejército norteamericano sobre
Irak, fuimos testigos de la destrucción de barrios, mezquitas, plazas, escuelas
y hospitales, gente civil asesinada por la invasión; inmediatamente se cambió
la alimentación de las tropas Norteamericanas por Burguer King y Pizza Hot;
luego vino el Shock Democrático, imponiendo a su propio candidato presidencial,
se eliminó el sistema judicial, quienes denunciaban las atrocidades del
ejercito norteamericano en suelo iraquí eran desaparecidos y llevados la cárcel
de Guantánamo; manipularon la libertad de prensa y de opinión, después comenzó
el Shock Económico en Irak con las medidas que ya conocemos: privatización
masiva de empresas, liberalización absoluta del mercado, ingreso de
multinacionales, aumento en el precio de la gasolina y los alimentos de primera
necesidad, etc. Estas medidas han generando el caos y el descontrol que hasta
el día de hoy suman miles de muertos.
Después del
Tsunami en el año 2004 en Sri Lanka y Tailandia, se dio a conocer una versión distinta
de la Doctrina del Shock, el mar destrozo playas, costas y aldeas, mientras las
personas intentaban sobrevivir al desastre natural, se privatizaron las playas
y las costas, las multinacionales habrían ingresado para limpiar el desastre
para construir los grandes hoteles turísticos, se trataba de un nuevo método, se
aprovechó del trauma colectivo para dar el pistoletazo a las reformas
económicas y sociales.
El Shock
Democrático tiene como objetivos: Reprimir las demandas sociales, aplastar a
las organizaciones sociales y de la sociedad civil, desmantelar a los
sindicatos, eliminar a los que se opongan a las reformas, restaurar el sistema político
unipartidista y de cuoteo; y el Shock Económico tiene como objetivos:
Privatizar el gobierno, implementar la recetas del FMI y el Banco Mundial, realizar
contratos terciarizados o subcontratos para temas delicados para el Estado como
el transporte y la Seguridad Estatal, realizar contratos cómodos y beneficiosos
para los empresarios y en desmedro de los derechos laborales, se privatizan los
hospitales, se recortan los bonos sociales, se reduce la inversión estatal
recortando todo gasto público y eliminando los logros sociales conseguidos
Así funciona la Doctrina
del Shock, el Shock Democrático y el Shock Económico: el desastre original —
llámese golpe, ataque terrorista, colapso del mercado, guerra, tsunami o
huracán— lleva a la población a un estado de shock colectivo, donde las
personas no tienen capacidad de reacción y de articulación, en ese momento el Shock
Democrático incorpora el manual completo de la destrucción de la democracia y
el estado de derecho.
En resumen el Shock
Democrático y el Shock Económico producen grandes expectativas en un proceso
inflacionario (creado por ellos mismos), cambiando la actitud y la mentalidad
de los consumidores, empresarios y trabajadores. Los precios cambian
dramáticamente, se paraliza el salario de los trabajadores y se aumenta el
salario de los ejecutivos empresariales, se desregulariza los precios fijos con
oferta y demanda desmedida y sin control. Según esta parte de la teoría de
Friedman cuanto antes se consiga mitigar las expectativas de la inflación, más
corto será el doloroso periodo de recesión y de alto desempleo. En Bolivia se llegaría
a recortar o eliminar todo rastro socialista como ser: El desayuno escolar en
las escuelas fiscales, bono Juancito Pinto, bono Juana Azurduy, subsidio
materno infantil, bonos para mejores estudiantes, premios y recompensas a los
mejores deportistas, el crédito de vivienda social, de la tarifa solidaria en
facturas de luz, agua y gas. Se privatizaría las empresas sociales y
estratégicas, se remataría las reservas naturales y suelos fértiles a corporaciones
y multinacionales y se aumentaría las facturas de los servicios básicos.
Parece que Carlos
de Mesa, no evaluó el fondo de su propuesta de Shock Democrático, pero es nuestro deber alertar que con
la implementación de esta doctrina se
producen principios liberales e individualistas, en la que se prioriza a las
personas jurídicas por encima de cualquier persona y colectivo social, se
garantiza los contratos privados y se crean mercados competitivos desleales
para la inversión estatal y pequeños empresarios, se aprovecha la crisis
estatal para el ingreso de las corporaciones, se aprovecha de la pobreza de las
personas, otorgándoles lo mínimo para vivir y así día a día únicamente piensen
en sobrevivir y no en interpelar los males de las políticas económicas del
estado.
Reflexionemos que
el regreso de Carlos de Mesa, es el regreso de la nueva elite neoconservadora y
de las imposiciones económicas del FMI y del Banco Mundial, sin olvidar el caos
y la crisis permanente e irreversible en nuestro sistema económico y político que
generaría la implementación de su famoso Shock Democrático.
Analista de
Derechos Humanos y situación política.
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