Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Santa Cruz es una ciudad que disfruta de una naturaleza muy bella y propia de la Pachamama de aquellos territorios, una naturaleza que no obstante es apabullada a veces por una arquitectura que se esfuerza por decir que es otra más de las tantas ciudades brasileñas o argentinas, gringas o europeas. Algo parecido a lo que sucede en la zona Sur de La Paz.
El neoliberalismo ha potenciado una mentalidad del abuso en Santa Cruz. El narcotráfico ha hecho y sigue haciendo de ese lugar uno de sus territorios favoritos, con terribles consecuencias. Remarco una, la trata y el tráfico de personas, especialmente de niñas y mujeres, es atroz, va de la mano de la prostitución, que es uno de los usos y costumbres de los hombres en Santa Cruz, varones de todas las edades, posiciones políticas y clases sociales, la diferencia son los precios que pagan. No habría trata y tráfico de niñas y mujeres si no habría hombres que explotasen a niñas y mujeres en la prostitución y en la esclavitud sexual.
En esa ciudad se va a llevar a cabo el Encuentro de los Movimientos Sociales, luego se van a entregar las conclusiones de esa reunión al hermano presidente Evo Morales y a Francisco (el papa); una ciudad y una sociedad en la que violar a las niñas y obligarlas a parir es uso y costumbre, como es uso y costumbre que médicos mojigatos y de doble moral se nieguen a cumplir con su deber. Pido cárcel para los médicos y médicas que no salvan la vida de las personas. A esas wawitas se les niega sus derechos so pretexto de objeción de conciencia; primero deberían tener conciencia para luego poder usarla y argumentar algo en razón de ella.
El Ministerio de Salud debería promover el despido de esos malos médicos y se les debería retirar la licencia a quienes no cumplan con sus funciones, lo mismo que a los abogados corruptos. ¿Por qué ese silencio? El Estado Plurinacional boliviano es laico. O finalmente habría que poner como condicionante que ni católicos ni cristianos puedan estudiar Medicina o Enfermería en las universidades estatales, para así no gastar el dinero del pueblo en vano.
La cruceña es una sociedad que se calla, son pocos los valientes como el defensor del Pueblo Hernán Cabrera, pero son muchos los hombres y mujeres cruceños que se hacen a los locos y que van a ir a arrodillarse hipócritamente para que “el Papa los bendiga”. En los hechos, la Iglesia Católica y la diócesis de Santa Cruz, dirigida por Sergio Gualberti, condenan a la niña violada, y al mismo tiempo preparan la visita del Papa a la cárcel de Palmasola, donde el violador y muchos otros violadores y feminicidas recibirán su bendición. ¡Puag! ¡Sepulcros blanqueados! Es un nombre para estos curas y estas católicas y cristianas, para esta sociedad que en su mayoría es hipócrita, cruel, individualista, ciertamente un prototipo del neoliberalismo.
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