Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Edmundo
Juan Nogales Arancibia*
Una
característica en la que se enmarca Felix Patzi y a través de la cual se
asemeja a Luis Revilla, Rubén Costas y Adrián Oliva, es la
"Blanquitud" por ser todos ellos sujetos que llevan como proyecto
político la vida moderna que impone el Capitalismo, diferenciándose solamente
en los caminos para lograrlo, pero teniendo el mismo fin en común. Este
elemento de la “Blanquitud” es el que analizaremos en las siguientes líneas, para
luego revisar las amenazas que Felix Patzi representa al Bloque Social
Revolucionario.
Bolívar Echeverría en su texto imágenes de la “blanquitud” parte
del análisis de Max Webber sobre el Espíritu del Capitalismo:
“El ‘espíritu del capitalismo’ consiste así en la demanda o
petición que la vida práctica moderna, centrada en torno a la organización
capitalista de la producción de la riqueza social, de un tipo especial de
comportamiento humano; de un tipo especial de humanidad, que sea capaz de
adecuarse a las exigencias del mejor funcionamiento de esa vida capitalista.” [1]
Luego puntualiza:
“El rasgo identitario-civilizatorio que queremos entender por
blanquitud se consolida, en la historia real, de manera casual o arbitraria
sobre la base de la apariencia étnica de la población europea noroccidental,
sobre el trasfondo de una blancura racial. A lo largo de tres siglos (del siglo
XV al XVIII), esa casualidad o arbitrariedad se fue convirtiendo poco a poco en
una necesidad y pasó a ser codeterminante de la identidad moderna del ser
humano como una identidad civilizatoria capitalista… el ser auténticamente
moderno llego a incluir entre sus determinaciones esenciales el pertenecer de
alguna manera o en cierta medida a la raza blanca y consecuentemente a dejar en
principio en el ámbito impreciso de lo pre-, lo anti- o lo nomoderno (no
humano) a todos los individuos, singulares o colectivos, que fueran ‘de color’
o simplemente ajenos, ‘no accidentales’.”
La imagen occidental del desarrollo capitalista y de modernidad
pasaron a ser los parámetros de vida al ser asumidos por una sociedad que, de
una u otra manera, el sistema de vida capitalista impone a todos.
Este análisis de Echeverría ayuda a una mejor comprensión de los
hechos de racismo que promovió la ultraderecha:
“El racismo étnico de la blancura, aparentemente superado por y en
el racismo civilizatorio o ético de la blanquitud, se encuentra siempre listo a
retomar su protagonismo tendencialmente discriminador eliminador del otro,
siempre dispuesto a reavivar su programa genocida. Los mass media no se cansan
de recordar, de manera solapadamente amenazante, el hecho de que la blancura
acecha por debajo de la blanquitud.
Basta con que el estado capitalista entra en situaciones de
recomposición de su soberanía y se vea obligado a reestructurar y definir la
identidad nacional que imprime a las poblaciones sobre las que se asienta, para
que la definición de la blanquitud retorne al fundamentalismo y resucite a la
blancura étnica como prueba indispensable de la obediencia al “espíritu del
capitalismo”, como señal de humanidad y de modernidad.”
Uno de los rasgos definitorios del intento separatista de 2008 fue
la exacerbación del racismo en tanto se argumentó la diferencia física de las
personas, y de identidades superiores, como sustento para la construcción de
otra nacionalidad (nación camba), incluso quienes eran hijos de personas que
nacieron en el altiplano repudiaron su origen y se unieron a grupos como la
Unión Juvenil Cruceñista, la Unión Juvenil Cochala, o los universitarios de
Chuquisaca que, en aquel entonces golpearon, escupieron e insultaron a los
campesinos, el 24 de mayo de 2008, obligándoles a ponerse de rodillas y besar
su bandera.
Puede surgir la duda de cómo sucede eso, pero no es que alguien
necesite pintarse el rostro para definir una posición, basta con asumirla.
“No es necesario ningún milagro para obedecer a este racismo de la
modernidad capitalista, para ostentar una ‘blanquitud’ sin dejar de ser al
mismo tiempo negro, indio, asiático o mestizo de cualquier tipo. Todo está en
saber llevar o portar esta otredad en estricto apego a las leyes del
comportamiento ético puritano o ‘realista’ y a los mínimos requerimientos de
una apariencia étnica blancoide o parecida a la nordeuropea”, señala Echeverría.
Patzi como amenaza al Bloque Social Revolucionario
Fue con el reencuentro con la Central Obrera Boliviana (COB),
aprobado en su ampliado nacional de noviembre de 2013, cuando el Gobierno y los
Movimientos Sociales lograron fortalecer el Bloque Social Revolucionario,
dejando atrás la separación que ocasionó el llamado gasolinazo del año 2010.
Durante la coyuntura del pasado periodo electoral muchas de las
organizaciones nacionales decidieron realizar sus congresos orgánicos, luego
del mes de abril, a la espera de que concluyeran las elecciones subnacionales.
Esos congresos se realizarán en las próximas semanas y meses, por tanto veremos
un cambio de representaciones de las organizaciones sociales.
Patzi, de forma bastante hábil, ha comenzado su trabajo para
fraccionar algunas de las organizaciones del departamento de La Paz, poniendo
bajo su mira, por ejemplo, a la Federación Sindical Única de Trabajadores
Campesinos de La Paz-Tupaj Katari, operando en ella a través de algunos
representantes provinciales, ya que pretende tener influencia en el Congreso de
la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia a
realizarse el próximo mes de junio.
También apunta sus dardos a la Federación Departamental de Mujeres
Indígena Originarias Campesinas de La Paz, con la cual, a través de dirigencias
interesadas en lograr espacios de poder en la gobernación, ha comenzado a
organizar convocatorias paralelas, como la realizada hace unos días.
El planteamiento abierto que Patzi ha manifestado, de ser el
sucesor de Evo, no se pronuncia al vacío, sabe que debe desarticular y
rearticular (en su favor) a los movimientos sociales que son el núcleo duro
del proceso de cambio, como el Pacto de Unidad. Esta
posibilidad le da ventajas sobre otros actores de derecha, como Doria Medina,
que ha desdeñado a las organizaciones profiriendo que el “reino de los
movimientos sociales está llegando a su fin”. Por otro lado, el perfil
de Costas y Revilla, alejados de los movimientos sociales, les impide disputar
poder con Patzi, quien se presenta como el único con capacidad para dividir y
cooptar las organizaciones sociales, principalmente del movimiento indígena.
Por cierto, no es el único intento de desplazar a Evo como líder
indígena, la candidatura a vicepresidenta de Tomasa Yarwi, candidata de Tuto
Quiroga por el Partido Demócrata Cristiano, es uno de los ejemplos más
recientes, y –como expresamos en un artículo anterior–, junto al ejemplo de
Víctor Hugo Cárdenas como vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada, vemos
que esta estrategia por utilizar indígenas blanqueados (bajo el parámetro de“blanquitud”)
por el sistema, continuarán siendo un método del imperialismo norteamericano.
Renovación Necesaria
El instrumento Político MAS-IPSP debe dar ejemplo de
reestructuración, misma que se realizará en los próximos meses, porque una de
las mayores falencias ha sido no haber generado liderazgos nuevos; tampoco ha
definido lineamientos políticos claros al permitir que infiltrados de derecha
se vayan incrustando en su seno, lo que llevó a que el Presidente planteara la
reestructuración del instrumento, con todas las organizaciones sociales,
entendiendo la necesidad de que el Bloque Social Revolucionario se consolide
fundamentalmente con el potencial revolucionario de los movimientos indígenas y
campesinos junto a la clase obrera y los movimientos populares.
Esa reestructuración debe mostrar liderazgos que sean ejemplo de
capacidad, honestidad y claridad ideológica en la construcción del socialismo
comunitario, de no hacerlo el pueblo difícilmente mantendrá la
confianza; ya lo ha manifestado en la ciudad de El Alto donde mayoritariamente
la gente votó por el proceso de cambio en la elección de
octubre, y no lo hizo en abril de este año, demostrando que no van a aceptar
candidatos que no muestren honestidad y gestión.
*Integrante de la Escuela
Nacional de Formación Política
Nota
1 Bolívar Echeverría – Antología, Crítica de
la modernidad capitalista, La Paz – Bolivia, Marzo de 2011
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