Ir al contenido principal

El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...

El feminismo contra las políticas neoliberales


Por: Rosa Cobo Vedia
El feminismo es un movimiento social interclasista, pues todas las mujeres, de todas las clases sociales, de diferentes culturas o razas y con distintas orientaciones o identidades sexuales pueden ser abusadas sexualmente, agredidas, explotadas en el hogar y en el mercado laboral y discriminadas en aquellos ámbitos en los que hay recursos y poder. Las estructuras simbólicas y materiales sobre las que está edificada la desigualdad afectan en mayor o menor medida a todas y cada una de las mujeres y ninguna de ellas puede sustraerse a algunos de los rostros de esa desigualdad.
En sus tres siglos de historia, el feminismo ha sabido identificar los nudos de la opresión y ha luchado políticamente para deshacerlos. En el siglo XVIII, el feminismo se articuló como una interpelación moral a los privilegios masculinos y en ese contexto las mujeres reclamaron la consideración de sujetos racionales como base para conseguir otros derechos que ya tenían los varones. En el siglo XIX, el feminismo exigirá el estatuto de sujeto político para las mujeres y se articulará políticamente en torno al derecho al voto. En el siglo XX, las feministas pondrán de manifiesto el dominio masculino en el marco doméstico y familiar y el feminismo subrayará el carácter político de aquello que había sido definido por el liberalismo y el socialismo como privado.
El feminismo del siglo XXI, en medio de intensos cambios sociales, se interroga acerca de las vindicaciones sobre las que articular la lucha bajo una poderosa reacción patriarcal y neoliberal. En efecto, como hemos podido ver en España recientemente con el derecho al aborto, ninguno de los derechos que hemos conquistado está plenamente consolidado. La reacción patriarcal pesa como una losa sobre las vidas de las mujeres debido a los intentos de restablecer los antiguos códigos patriarcales.
La idea que quiero desarrollar es que en este comienzo de siglo, el capitalismo neoliberal se ha convertido en el dispositivo de mayor opresión para las mujeres. Todos los datos ponen de manifiesto que las políticas de austeridad son devastadoras para ellas. La idea, asentada entre la izquierda, de que las políticas económicas neoliberales afectan negativamente a las clases trabajadoras y medias es cierta, pero es una idea insuficiente. Hay una parte en esta afirmación que no se suele contar y es que las políticas de austeridad empobrecen y subordinan más a las mujeres que a los varones.
La economía feminista subraya que uno de los efectos más rotundos de los programas de ajuste estructural es el crecimiento del trabajo gratuito de las mujeres en el hogar, resultado directo de los recortes de las políticas sociales por parte del estado. En efecto, aquellas funciones de las que el estado abdica, vuelven a recaer invariablemente en la familia y una vez más son asumidas por las mujeres. Si bien los trabajos reproductivos y de cuidados han sido asignados históricamente a las mujeres, las políticas de austeridad aumentan el trabajo en el hogar, pues algunas tareas que estaban ‘externalizadas’, ahora vuelven a la familia.
Por otra parte, la entrada de considerables contingentes de mujeres al mercado global de trabajo en unas condiciones de sobreexplotación difíciles de imaginar es un requisito necesario para la supervivencia del nuevo capitalismo neoliberal. La alta participación de mujeres en las maquilas o zonas francas vinculadas al vestido y al montaje electrónico pone de manifiesto que hay sectores económicos ocupados mayoritariamente por mujeres. Como también puede apreciarse que las maquilas más descalificadas son las más feminizadas.
Los nuevos sistemas de producción flexible requieren un nuevo perfil de trabajador. Deben ser personas flexibles, capaces de adaptarse a cambios rápidos, a los que se puede despedir fácilmente y que estén dispuestos a trabajar en horas irregulares. Este segmento del mercado laboral se está convirtiendo en mano de obra heterogénea, flexible, temporal y con salarios de pobreza. Estos grupos de trabajadores, que Manuel Castells denomina ‘genéricos’, son mayoritariamente mujeres. El perfil del trabajador sin derechos y sobreexplotado tiene rostro de mujer. Este hecho es el que ha hecho que el feminismo se haya comprometido y movilizado políticamente junto a la izquierda en la lucha contra el neoliberalismo.

Sin embargo, hay que precisar que el objetivo político feminista no debe ser la crítica a la austeridad en sí misma: debe ir más allá e identificar la política patriarcal del neoliberalismo. El feminismo del siglo XXI ha entendido que el capitalismo neoliberal, en estrecha alianza con los diversos patriarcados, está privando de derechos conquistados a las mujeres, está articulando nuevos espacios de subordinación, incrementando la explotación y feminizando la pobreza. El resultado es un creciente e instrumental aumento de la violencia contra las mujeres con el objetivo de que acepten su nuevo rol en las nuevas sociedades capitalistas y patriarcales. Cualquier estrategia feminista debe articularse en torno al trabajo y al empleo debido a su carácter fuertemente opresivo para las mujeres. Y, además, esta estrategia desembocará en la construcción de diferentes espacios de encuentro entre las feministas y las mujeres que no se encuentran dentro del movimiento feminista. Las políticas neoliberales y patriarcales deben convertirse en uno de los objetivos de la lucha feminista porque se han convertido en la causa fundamental de la feminización de la pobreza.
Síguenos en Facebook:  Escuela Nacional de Formacion Politica 
Twitter: @escuelanfp

Rellene el siguiente formulario para suscribirse.




En Bolivia:








 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Pedro Ignacio Muiba, el héroe

Por: Homero Carvalho Oliva En 1975, mi padre, Antonio Carvalho Urey, terminó una investigación iniciada en la década de los sesenta que habría de cambiar la historia nacional. Después de muchas visitas al Archivo Nacional de Bolivia, dirigido en ese entonces por Gunnar Mendoza, extraordinario intelectual e historiador, quien le ayudó a ubicar los folios que habrían de probar toda una hazaña que da testimonio que los indígenas moxeños participaron activamente en la Guerra de la Independencia de nuestro país, al mando del cacique Pedro Ignacio Muiba. Esta investigación se publicó, primero en septiembre de 1975, en un policopiado financiado por la Universidad Técnica del Beni, en un pequeño tiraje de 200 ejemplares y luego en la famosa Biblioteca del Sesquicentenario de Bolivia. Dos años más tarde, en 1977, Antonio publicó el libro titulándolo Pedro Ignacio Muiba, el Héroe y de esa manera se reparó una injusticia histórica. En sus investigaciones, Antonio se basó, entre otros, en...

La despatriarcalización

Por: Julieta Paredes Al igual que el Seguro Universal de Salud (SUS), la despatriarcalización, como nombre para una política pública, tardó mucho, pero llegó. Entonces, en este marzo de luchas de las obreras, es necesario analizar, ¿qué es lo que realmente llegó? Fruto de una serie de movilizaciones de mujeres pertenecientes a las organizaciones sociales del proceso de cambio, se lograron algunas medidas en el Ejecutivo. Fueron movilizaciones que se realizaron a lo largo del año pasado, con encuentros departamentales. Así fue que se logró concretar un listado de demandas que más o menos se repitieron a lo largo de estos años, con algunas interesantes novedades. Entre ellas podemos señalar la exigencia del salario al trabajo doméstico y la necesidad de un espacio en el Gobierno para este sector. Algo así como un Ministerio de las Mujeres, instancia que tenga la jerarquía necesaria para efectuar las tareas que corresponden a la mitad de la población de Bolivia que somos las mu...

Idiosincrasia e ideología

Por: Félix Tarqui Triguero No son posibles las revoluciones económicas sin las revoluciones culturales porque todos aquellos contenidos que constituyen el fundamento de determinada cosmovisión propia de cada nacionalidad o sociedad pueden ayudar o frenar su avance por ser una manera de pensar de cada agrupación humana, en funcion a su historia y cultura. Así nace la idiosincrasia propia de cada pueblo, sin embargo, se enfrenta a la idiosincrasia forzada o alienante que influye día a día a las grandes masas de la población mundial de manera globalizante, en ese contexto necesitamos ver que Bolivia es un país de molde capitalista y sub desarrollado (empobrecido por la clase dominante que gobernó desde 1825 exceptuando a Antonio José de Sucre, Andrés de Santa C. hasta el 2005), La ideología como el estudio de las ideas es también un proceso de construcción critica, influenciado tan pronto el individuo se encuentra inmerso en las realidades sociales, económicas, culturales...