Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Xavier Albó
El mapamundi que está y se mantiene en todas nuestras escuelas y unidades educativas es mentiroso y deliberadamente colonizador. Y con ello, tiene efectos mucho más nefastos y generalizados que el reloj dextrógiro que estaba en el Parlamento y que la Cancillería ya ha cambiado por otro levógiro, como sin duda correspondería al hemisferio Sur. Los relojes digitales sin agujas ya no necesitan tal revisión.
Cuando el geógrafo Mercator hizo esa proyección bidimensional de una realidad tridimensional y curva a solo dos dimensiones planas, tuvo una gran aceptación porque permitía reducir a planos universales la longitud y latitud con relación al globo terráqueo. Aplicada a niveles muy locales, esa proyección no tiene problemas; pero cuando se lo utiliza para todo el mundo, introduce distorsiones totalmente inaceptables y que, con nuestros actuales conocimientos y tecnologías, ya resultan simplemente mentirosos y neocolonialistas.
Resume Eduardo Galeano: “El mapamundi que nos enseñaron otorga dos tercios al norte y un tercio al sur. Europa es, en el mapa, más extensa que América latina, aunque en realidad América Latina duplica la superficie de Europa. La India parece más pequeña que Escandinavia, aunque es tres veces mayor. Estados Unidos y Canadá ocupan, en el mapa, más espacio que África, y en la realidad apenas llegan a las dos terceras partes del territorio africano. El mapa miente. La geografía tradicional roba el espacio, como la economía imperial roba la riqueza, la historia oficial roba la memoria y la cultura formal roba la palabra”.
Acabo de chequear en internet uno de los programas más actuales para rastrear vuelos internacionales en vivo (flightaware), y sigue usando esa proyección Mercator con una Groenlandia inmensa, como Sudamérica, que es ocho veces mayor. Estas falsas distorsiones cotidianas van entrando en nuestro imaginario e inconsciente y ya ni nos damos cuenta de ellas. Se aceptan sin más, consolidándonos en esa visión distorsionada y colonizada. En el caso de esos mapamundis que aparecen en tantos vuelos internacionales actuales, es imposible pensar que las empresas aéreas desconozcan su falsedad; de vez en cuando la matizan con otras perspectivas, pero hasta ahora mantienen como matriz esa proyección sesgada.
En el caso del hemisferio Sur, hay además otra falacia: el Norte está siempre arriba, dominándonos y haciéndose “superior”. Hay varias campañas para, por lo menos, invertir y poner el Polo Sur arriba y el Polo Norte, compensando las latitudes a medida que nos acercamos a los polos. Por ejemplo, la Carte por una Terre Solidaire del ccfd-terresolidaire.org 2010. Este incorpora una viñeta de Quino y Mafalda traducida al francés (que acompaña la publicación del presente artículo).
Pero esos mapamundis parten del mismo error de la proyección Mercator al no incluir en alguna manera la tercera dimensión que permitiría incorporar la (casi) redondez de la tierra. Y, por tanto al igualar la longitud del Ecuador y la de los polos, distorsionando ahora el perfil de esos países o regiones cercanos a los polos.
Espero poder añadir sugerencias más precisas sobre otras proyecciones más fidedignas sobre esa tercera dimensión en próximas columnas. Pero, de momento, ya me junto a la campaña extirpadora de esos dañinos mapamundi que nos impone el Primer Mundo y la rutina. Que lo tomen en cuenta el Ministerio de Educación, el Viceministerio de Descolonización y la Cancillería.
De estupideces se ocupan.
ResponderEliminarInteresemonos a desarrollar ciencia y tecnologia propia en vez de quejarnos por los malos colonialistas que nos crearon.