Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Maria
Nela Prada Tejada
El pasado 22 de mayo, el economista Juan Antonio Morales, ex presidente
del Banco Central del Bolivia durante el periodo neoliberal, escribió un
artículo en un matutino paceño titulado “El crecimiento escurridizo”, en
el que luego de reconocer que las buenas evaluaciones y proyecciones de nuestra
economía no sólo provienen de economistas nacionales, sino también de
instituciones financieras internacionales; señala que “como se ha partido de
un PIB per cápita[1] y de un stock de capital
per cápita[2] muy bajos, lograr un
rápido aumento de ellos no es demasiado difícil, una vez que se han superado
los problemas de financiamiento de la inversión”.
Lo primero que se puede advertir es que el mencionado economista parte
del reconocimiento implícito de que los neoliberales nos dejaron un país
prácticamente quebrado, y en eso no se equivoca. El año 2005 el Producto
Interno Bruto (PIB) nominal[3] era de 9.525 millones de
dólares, mientras que en 2013 alcanzó a 30.381 millones de dólares, por otro
lado el PIB per cápita en 2005 era de 1.010 dólares, mientras que en 2013 fue
de 2.757 dólares.
Ahora bien, si partiendo de esa crítica situación económica en 2005, “no
es demasiado difícil” lograr un rápido aumento de esos indicadores como
dice el economista Juan Antonio Morales, ¿por qué en veinte años el
neoliberalismo no lo hizo si en 1986 partió con un PIB nominal de 4.663
millones de dólares y un PIB per cápita de 755 dólares? ¿Por qué en el pasado
neoliberal no superaron los problemas de financiamiento de la inversión si de
esa manera era tan sencillo mejorar los indicadores económicos?
La respuesta a estas preguntas suele ser repetida como una especie de
libreto por la oposición, “los precios internacionales”, “el sonriente contexto
internacional”, como lo denomina Juan Antonio Morales, discurso trillado que ya
no se sostiene desde ningún punto de vista, pues queda claro que los resultados
del Modelo Económico impulsado por el gobierno del Presidente Evo Morales, no
se circunscriben únicamente a los precios internacionales de las materias
primas, y cualquier economista serio lo reconocería.
Sin soberanía en la definición de nuestra política económica, sin
nacionalización de nuestros recursos naturales estratégicos, sin la apropiación
del excedente económico, sin las medidas de redistribución del ingreso, sin la
dinamización de la demanda interna, sin las acciones orientas a la reducción de
la pobreza y la desigualdad; hoy no tendríamos los resultados económicos y
sociales que tenemos por muy sonriente contexto internacional que hubiese. Sólo
por mencionar un ejemplo, el año 2009 producto de la crisis financiera
internacional del capitalismo, hubo un desplome de precios, y sin embargo
fuimos la economía que más creció en la región (3,4%), y esto fue gracias a una
política de dinamización de la demanda interna, no gracias al libre mercado ni
al “exportar o morir” al que apostó el neoliberalismo.
Posteriormente, el economista señala que “la situación boliviana no
es única”, que “países que tenían condiciones iniciales de desarrollo
muy bajas han venido creciendo a tasas muy altas”, y que “países
africanos, sin recursos naturales, como Etiopía y Ruanda, han estado creciendo
al 7% promedio en los últimos 10 años. Cuando tienen recursos naturales, como
Nigeria y Angola, han estado creciendo a tasas todavía más altas”.
Sin embargo, lo que no menciona Juan Antonio Morales, es que el grado de
desigualdad (Índice de Gini - IG) en Etiopía aumentó de 0,30 en 2005 a 0,34 en
2011; que en Nigeria la pobreza se incrementó de 83,08% en 2004 a 84,49% en
2010, y la desigualdad se elevó de 0,43 a 0,49 (IG) en el mismo periodo;
mientras que en Angola la pobreza apenas se redujo de 70,21% en 2000 a 67,42%
en 2009[4].
Tampoco menciona que la diferencia entre estos países y el nuestro, es
que en Bolivia no sólo hemos tenido un crecimiento económico sostenido,
alcanzando niveles históricos como el del año pasado de 6,8%, el más alto
crecimiento de los último 38 años; sino que hemos logrado reducir la pobreza
extrema de 38,2% en 2005 a 21,6 en 2012, y la desigualdad de 0,60 en 2005 a
0,47 en 2012 (IG), mientras que la relación de ingresos entre el 10% más rico y
el 10% más pobre de la población, se redujo de 128 veces en 2005 a 46 veces en
2012[5]
En este sentido, cabe señalar que desde la perspectiva neoliberal es
totalmente ponderable el crecimiento por el crecimiento, sin embargo ahora el horizonte
político-económico es otro, tal y como lo señala el Ministro de Economía y
Finanzas Públicas, Luis Alberto Arce Catacora, cuando explica las bases del
actual Modelo Económico, en el que se busca el crecimiento sostenido; pero acompañado
de políticas orientadas a la erradicación de la pobreza y la desigualdad.
Lamentablemente no podemos decir lo mismo de otros países, en los que se crece
concentrando riqueza, sin sentido de justicia económica y social.
Por otro lado, Juan Antonio Morales, indica que hoy “el problema no
está en el corto ni aún el mediano plazo, está en el largo plazo”, lo que
llama profundamente la atención, pues es sabido que durante el neoliberalismo,
lo último en lo que se pensaba era en el mediano y largo plazo. La
planificación económica no existía, ya que todo se dejaba en manos del libre
mercado y su “mano invisible”, y ahí sí podíamos afirmar que se estaba
regresando a las modalidades de capitalismo salvaje, a las que hace mención
Juan Antonio Morales, pues se abandonó toda política social y de redistribución
del ingreso.
Es durante el gobierno del presidente Evo Morales que se retoma la
planificación por parte del Estado pensando no sólo en el corto plazo, sino
también en el mediano y largo plazo. Hoy tenemos una agenda para el país hasta
el año 2025, y los jóvenes no tenemos el futuro secuestrado como sucedió
durante el neoliberalismo.
En este sentido, es una pena que quienes fueron parte de gobiernos en
los que se regaló nuestras empresas públicas a transnacionales, hoy digan que “estamos
agotando nuestra riqueza” en “inversiones en empresas públicas de dudosa
rentabilidad, ferreterías, vistosas como el satélite”, cuando nunca
invirtieron en la industrialización de nuestros recursos naturales, ni avanzaron
en nuestra soberanía política, económica, y mucho menos tecnológica.
Asimismo, es una pena que a la Cumbre del G77 más China que se realizará
los próximos días en la ciudad de Santa Cruz, el economista Juan Antonio
Morales la llame “reunión de boy scouts del G77”, cuando es un encuentro
internacional que concentrará a las más altas autoridades de 133 Estados, con
el objetivo de abordar temas de gran importancia para los países en vías de
desarrollo; y donde Bolivia, por primera vez en su historia, realizará
propuestas al mundo en el marco de un horizonte político-civilizatorio
alternativo al capitalismo.
Por lo tanto, el escurridizo no es el crecimiento, sino el pensamiento
económico de algunos economistas que lamentablemente no tienen la honestidad
intelectual que demanda el pueblo boliviano, para reconocer que el gobierno del
presidente Evo Morales está haciendo lo que nunca antes se hizo por recuperar
nuestra dignidad y cambiar la imagen de nuestro país en el contexto
internacional, mejorando la calidad de vida de todas las bolivianas y
bolivianos.
La autora es Licenciada en Relaciones Internacionales
[1]El Producto Interno Bruto per cápita es la relación que hay entre el PIB (Producto Interno Bruto) y la cantidad de habitantes de un país. Se obtiene a partir de la división del PIB entre la población.
[2]El
stock de capital per cápita muestra la cantidad promedio de capital que recibe
cada miembro de una economía.
[3]El Producto
Interno Bruto nominal es una medida macroeconómica que expresa el valor
monetario de la producción de bienes y servicios finales de un país durante un
período determinado de tiempo (normalmente un año).
[5]Fuente:
Instituto Nacional de Estadística (INE) y Unidad de Análisis de Políticas
Sociales y Económicas (UDAPE)
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