Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Eduardo Paz Rada
Definitivamente
el periodista Raúl Peñaranda Undurraga no solamente se ha convertido en el
fanático defensor de las ideas conservadoras y neoliberales en Bolivia, sino
que, con este fin, tergiversa y manipula la información con la finalidad de
buscar legitimar las políticas coloniales en Bolivia. Claramente se advierte
este extremo en su nota “Gas a ultramar. 17 años tarde” publicada el 30 de
junio pasado en Pagina Siete, al hacer referencia a declaraciones del
presidente Evo Morales sobre el proyecto de exportación de gas a mercados de
ultramar a través de la instalación de plantas de regasificación en el puerto peruano
de Ilo.
Al
señalar la posición de Evo Morales y Alvaro Garcia Linera de principios de los
años 2000, que “rechazaron exportar gas a ultramar”, el periodista afirma: “Su
futuro ministro de hidrocarburos, Andrés Soliz Rada, inventó el eslogan, interesante,
pero hueco, que señalaba: “Ni Chile ni Perú, gas para Bolivia””. Esta frase no
solamente está presentada fuera de contexto, sino que además adolece de una
falta total de información y conocimiento de las ideas y tesis de Andres Soliz
Rada respecto a la defensa estratégica de los recursos naturales y su
importancia para el desarrollo nacional y de la historia de Bolivia.
El
pensamiento y las afirmaciones de Soliz Rada no solamente son un principio
fundamental del nacionalismo patriótico y antiimperialista, sino que se han
convertido en la base programática de la defensa de los recursos naturales, la
nacionalización de los hidrocarburos, la industrialización del gas, el uso
masivo de gas en todo el territorio nacional y el proceso de liberación nacional
en Bolivia que se implementaron desde el 1 de mayo de 2006. Fueron este
pensamiento y sus ideas desarrolladas durante cuarenta años la vía a través de
la cual se profundizó la conciencia nacional, popular y patriótica y la
movilización del pueblo boliviano para rescatar al país de la debacle y el
desastre a los que condujo la partidocracia neoliberal con la privatización y
la capitalización conducidas por el gonismo depredador.
“Ni
Chile ni Perú, gas para Bolivia”, en el contexto del debate de principios de
los 2000, significó en primer lugar impulsar la recuperación del gas y todas
sus reservas que se encontraban en poder de las trasnacionales sin dar
beneficios al país, impulsando así su nacionalización; en priorizar el uso de
la energía de los hidrocarburos en beneficio interno de Bolivia; en la
industrialización de la misma; en la diversificación económica; en darle valor
agregado y en desarrollar una política que permita el uso de energía barata y
limpia por el conjunto de la población boliviana.
Seguramente
de manera deliberada Peñaranda Undurraga, gonista en su práctica periodística,
olvida que el proyecto de negocio de la exportación de gas licuado por puerto
Patillos de Chile hacia Estados Unidos y México no era del Estado Boliviano
sino del consorcio Pacific LNG, constituido por las transnacionales British
Gas, Repsol y Panamerican Energy. Osvaldo Calle informaba el 5 de abril de 2003
que las transnacionales con Pacific LNG ganarían 1.000 millones de dólares y el
impuesto para Bolivia sería de 59 millones de dólares, mientras que el gerente
de Repsol, Miguel Angel Remón declaraba que el proyecto se congelaba y el
gerente de British Gas, Edward Miller afirmaba al New York Times que “Bolivia
debió dar la bienvenida al proyecto”, por supuesto en la línea adoptada por
Sanchez de Lozada, Quiroga Ramirez y Mesa Gisbert.
El
investigador Fernando Bernal en su libro “Petróleo, Estado y Soberanía. Hacia
la empresa estatal latinoamericana” publicada en Buenos Aires por la Editorial
Biblos en 2005 con 287 páginas escribe: “Como nos dijo Andrés Soliz Rada, Perú
y Bolivia deberían tener un solo proyecto de exportación de gas a México y
Estados Unidos, ya que, de esta manera, dos países productores se defenderían
mejor frente a las transnacioales”, lo que permite advertir la perspectiva
integracionista y liberadora de las ideas de Soliz Rada.
El
ministro de la nacionalización de los hidrocarburos del 1 de mayo de 2006 decía
en el libro citado “sin embargo, Pacific LNG argumenta que la distancia entre
Tarija (Bolivia) y Mejillones (Chile) es más corta, lo que redundará en
ventajas para el vendedor, lo que es cierto si se piensa sólo en el gas
boliviano, pero es falso frente a proyecto binacional peruano-boliviano”. Es
sobre esta base y tomando en cuenta el proceso histórico contemporáneo que la
actual política del gas boliviano de exportar a mercados de ultramar por un
puerto peruano resulta pertinente, sobretodo si tomamos en cuenta que ya se
dieron pasos muy importantes en el uso interno del gas (“gas para Bolivia”
Soliz dixit).
Corresponde
ratificar, por tanto, que la derrota de Gonzalo Sanchez de Lozada, Jorge
Quiroga Ramirez y Carlos Mesa Gisbert que impulsaron el proyecto de Pacific
LNG, a inicios de los años 2000, y el triunfo del pueblo boliviano con la rebelión
de octubre de 2003, impulsada e inspirada por la oposición a la venta de gas
por Chile a Estados Unidos y México de Andrés Soliz Rada, Evo Morales y Alvaro
Garcia Linera, entre otros intelectuales, periodistas, políticos y
profesionales, fueron fundamentales para impulsar el proceso de liberación
nacional.
Más
adelante, Peñaranda Undurraga no deja de manifestar su odio y repudio cuando se
refiere a la “medianía ideológica” de Evo Morales, seguramente frente a la
“superioridad ideológica” de Raúl Peñaranda Undurraga o cuando afirma la
“bobería” de Evo Morales, seguramente también frente a la “sabiduría” de Raul
Peñaranda Undurraga. Más aún hace referencia a los “díscolos bolivianos”
(desobedientes, indisciplinados, revoltosos, rebeldes, traviesos) frente
seguramente a los dóciles, tranquilos, disciplinados y obedientes extranjeros.
Sin duda es la mentalidad “argueduna” del periodista que desprecia lo
boliviano.
En
síntesis, el periodista indicado muestra su faceta falaz al “olvidar” el
proceso histórico de los últimos veinte años y las transformaciones económicas,
sociales, políticas y culturales desarrolladas en Bolivia en este periodo
añorando al gonismo de Sanchez de Lozada, Quiroga Ramirez y Mesa Gisbert.
Eduardo
Paz Rada. Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de
Bolivia y América Latina.
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