Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Islas Galápagos: la polémica en Ecuador por la autorización a aviones militares de EE.UU. a usar un aeropuerto del archipiélago en el Pacífico
Redacción
BBC News Mundo
A unos 900 kilómetros de las costas de
América, las islas Galápagos, una de las reservas naturales más importantes del
planeta, es otra vez motivo de controversia.
A finales de mayo, el ministro de Defensa de Ecuador, Oswaldo Jarrín,
anunció que EE.UU. se ocupará de la ampliación del aeropuerto de la isla de San
Cristóbal, que es parte del archipiélago, considerado por la Unesco Patrimonio
Natural de la Humanidad.
Según el ministro, el enclave, dada su estratégica posición geográfica,
se utilizará como parte de un acuerdo entre ambas naciones de cooperación en
materia de narcotráfico y seguridad marítima.
"Yo he mencionado que las islas Galápagos son para Ecuador como
nuestro portaviones, es nuestro
portaviones natural, porque nos asegura permanencia, reabastecimiento,
facilidades de interceptación y está a 1.000 kilómetros de nuestras
costas", indicó entonces.
Las declaraciones generaron una sonada controversia en el país andino,
que comenzó por el tema ambiental y continuó con lo político.
"No es un portaaviones
natural"
Grupos ambientalistas, por una parte, alegaron que la ampliación del
aeropuerto podría tener un impacto negativo sobre las especies que habitan las
islas, muchas de ellas únicas en todo el planeta y en un débil equilibrio
biológico.
Por otro lado, los opositores al gobierno de Lenín Moreno tacharon la
decisión de "inconstitucional" y acusaron al Ejecutivo de intentar
convertir a las Galápagos en una "base militar de EE.UU.".
"Galápagos NO (sic) es un ´portaaviones´ para uso gringo. Es una
provincia ecuatoriana, patrimonio de la humanidad, suelo patrio", escribió
en su Twitter el expresidente Rafael Correa, antiguo mentor y ahora crítico
furibundo de Moreno.
Mientras, la congresista por Galápagos, Brenda Flor, recordó el impacto
que tuvo en una de las islas el uso como base por parte EE.UU. durante la II
Guerra Mundial y negó que fuera un lugar apropiado para los aviones militares.
"Por ninguna razón se puede considerar a Galápagos como un
portaaviones natural, ya que esa no es su característica intrínseca. Galápagos
nació desde la naturaleza como un laboratorio vivo y único que debemos
proteger", dijo la asambleísta.
La controversia llegó incluso hasta el Congreso, que decidió llamar a
una audiencia a Jarrín y al titular de Ambiente Marcelo Mata para que
explicaran el alcance de la cooperación con Estados Unidos en las Galápagos.
El ministro de Defensa, sin embargo, reiteró este lunes este lunes
que no habráuna presencia permanente de
Estados Unidos en las islas, por lo que desestimó que pudiera
considerarse una "base militar".
"Será un avión, una vez al mes, no más de tres días, para
situaciones de emergencia o reabastecimiento, especialmente en las
noches. No habrá un destacamento permanente, no
habrá una base", indicó, según informa el diario local El Universo.
Sus declaraciones, sin embargo, no calmaron la tormenta política y una
protesta tuvo lugar este lunes en la capital.
Un ecosistema único
Las Galápagos, un archipiélago formado por más de un centenar de islas,
islotes y formaciones rocosas son consideradas por los biólogos como un ecosistema único.
Fue uno de los lugares a los llegó Charles Darwin en uno de sus míticos
viajes en el siglo XIX a bordo del Beagle para formular sus conocidas teorías
sobre la evolución de las especies.
El archipiélago es hogar de un conjunto de raras criaturas, que van
desde tortugas gigantes, iguanas y hasta un tipo de león marino o cormoranes no
voladores que no se han visto en otras partes del planeta.
Sin embargo, el equilibrio de su fauna se encuentra en riesgo desde hace
años, debido a la introducción de especies que no existían (como hormigas de
fuego, cabras y moras) y la realización actividades que han puesto en riesgo la
vida de la flora y fauna autóctonas.
Hace años, Ecuador construyó un aeropuerto en la isla San Cristóbal para
facilitar la llegada de visitantes y el transporte entre el archipiélago y el
continente, una estrategia que fue cuestionada por grupos ambientalistas por el
impacto que los aviones y el turismo podrían tener sobre el ecosistema de la
isla.
De ahí que el anuncio a finales de mayo de nuevas reformas en el
aeropuerto haya generado crítica de los defensores del medio ambiente.
Para la diputada Marcela Cevallos se trata de una cuestión "alarmante".
Las autoridades, por su parte, aclaran que se trata de un acuerdo
mediante el cual Estados Unidos reformará la estructura del aeropuerto a cambio
de que sus aviones -que ya utilizan un aeropuerto de Guayaquil- puedan usar sus
"instalaciones logísticas" para tareas antidrogas.
"Ellos mejoran las instalaciones y les damos la autorización de
aterrizar para los dos aviones que salen de Guayaquil. No solo podrán aterrizar
solo en Guayaquil, sino en Galápagos. Entra en vigencia en cuanto termine el
mejoramiento de las instalaciones", señaló Jarrín.
La Presidencia del Consejo de Gobierno de Galápagos, por su parte, rechazó también que se tratara de una
base militar y aseguró que se tomarán las medidas necesarias para
evitar el daño al ecosistema de la isla.
"Los objetivos de desarrollo de la provincia, en temas de
infraestructura, educación, salud y productividad, se mantienen intactos y
enmarcados dentro de un contexto de seguridad nacional, soberanía, paz y
protección del Parque Nacional y su Reserva Marina", indicó en un
comunicado.
Una cuestión política
Para los críticos del gobierno, sin embargo, no se trata solo de una
cuestión ambiental.
Algunos aseguran que la decisión forma parte de una política de mayor
apertura del presidente Moreno hacia Estados Unidos y que tuvo uno de sus
últimos capítulos en la entrega en abril pasado de Julian Assange a la justicia
británica
Moreno, que era seguidor de Correa, rompió con el legado de su
predecesor una vez en el poder y ha promovido desde entonces un mayor
acercamiento a Washington.
De hecho, sus opositores señalan que las presiones de Estados Unidos
fueron las que lo llevaron a cancelar el asilo político al fundador de
Wikileaks, quien vivió por más de siete años como asilado en la embajada de
Quito en Londres.
Y es que desde 2008, Ecuador suspendió su colaboración en materia
militar con Estados Unidos y se negó a renovar la autorización para la base
militar que Washington mantenía desde hacía una década en la occidental
localidad de Manta, tras
considerar que violaba la soberanía nacional.
Una Constitución aprobada ese año
introdujo la prohibición de bases extranjeras en el país o la posibilidad de
que fuerzas de otras naciones utilicen las instalaciones militares nacionales,
de ahí que algunos consideren en el uso de las Galápagos por parte de avionmes
de EE.UU. como "inconstitucional".
Una década después, en 2018, el gobierno de Moreno anunció que
permitiría nuevamente la "colaboración internacional" para la lucha
contra el narcotráfico, a través del sobrevuelo de aviones de vigilancia
estadounidenses en su zona pacífica, una de las rutas más activas del
narcotráfico.
El gobierno de Moreno anunció, además, que su país volvería a participar
a partir de ese año en el Ejercicio
Multinacional de Maniobras Militares, unos juegos de guerra organizados
por el Pentágono a los que Ecuador no asistía desde hacía 11 años.
Según las autoridades ecuatorianas, la vuelta a las maniobras militares
busca "recuperar el espacio perdido" y el "nivel de
entrenamiento" de las fuerzas nacionales.
Mientras, señalan que la apertura a los aviones de reconocimiento
estadounidenses permite al país un mayor control sobre el crimen organizado,
narcotráfico, tráfico de personas, pesca ilegal, contrabando, búsqueda de
aeronaves y embarcaciones en apremio.
Pero estos argumentos no logran convencer a los críticos del gobierno y
a los que temen por el futuro de uno de los lugares más asombrosos del planeta.
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