Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Atilio Borón
El emperador emitió su úkase y ungió como presidente a Juan
Guaidó,un don nadie de la política venezolana,
desconocido para la inmensa mayoría de la población pero construido, “pret a porter” por los medios y los marketineros norteamericanos en las
últimas dos semanas.Tras
el exabrupto de Trump los gobiernos que se desviven por convertir a sus países en republiquetas
neocoloniales–Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, Honduras y hasta
el degradado Canadá-salieron en tropel a ver quién llegaba primero para lamerle las botas al magnate neoyorquino. Todo este
esperpento jurídico, que sería motivo de risa si no fuera porque puede terminar en una tragedia, cuenta
con la bendición de Luis Almagro (a) “Cuánto me dan por tumbar a Maduro”y, hasta ahora, el estruendoso silencio del Secretario
General de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres que, como buen socialdemócrata, padece deltic
característico de sus cofrades
que lo hace mirar hacia otro lado cada vez que las papas queman en cualquier
rincón del planeta. Por eso a
través de su vocero pidió “negociaciones políticas inclusivas y creíbles” para abordar los retos
del país, tal vez olvidándose que esas
negociaciones las condujo con éxito José L. Rodríguez Zapatero en los diálogos que tuvieron lugar
en Santo Domingo y que al momento de estampar con su firma los trabajosos
acuerdos logrados los representantes de la “oposición democrática” venezolana se
levantaron de la mesa y dejaron al español con su pluma fuente en la mano. Es que recibieron una
llamada de Álvaro Uribe, habitual
mandadero de la Casa Blanca, transmitiendo la orden de Trump de abortar el
proceso.
La tentativa golpista, exaltada por el sicariato mediático, tropezará con muchas dificultades. No es la primera
vez en la moderna historia de Venezuela que la Casa Blanca reconoce a un
presidente, como Pedro Carmona, el 11 de Abril del 2002, que apenas duró 47 horas en el gobierno
y terminó preso. ¿Será diferente esta vez? Difícil pronosticar. Guaidó puede refugiarse en una embajada amiga en
Caracas y desde allí emitir declaraciones que tensen la cuerda y fuercen una confrontación con Estados Unidos.
Por ejemplo, ante la orden del presidente
Maduro de que el personal de la embajada de EE.UU. abandone el país en las próximas 72 horas el
mequetrefe imperial puede decirles que permanezcan en Venezuela.Otra
alternativa es que se instale en alguna ciudad fronteriza con Colombia y desde
allí, con la bendición de Trump, los tufos
malolientes de la OEA y las neocolonias latinoamericanas proclame una nueva república, protegida por los
“paramilitares” colombianos y el
narcogobierno de Duque, Uribe y compañía y exija su reconocimiento internacional ante la OEA y
la ONU.
Cualquiera de estos dos escenarios confirman por enésima vez que si hay algo que ni los
imperialistas ni la derecha venezolana quieren es el diálogo y la subordinación a las reglas del juego democrático. Es evidente que
ambos buscan la confrontación, sea aplicando el modelo libio o
el ucraniano, diferentes pero similares en cuanto a las miles de víctimas fatales y los
centenares de miles de refugiados que hubo ambos países. Pero más allá de las fakenews las cosas no serán tan fáciles para los asaltantes del poder presidencial. La base
chavista está muy firme, y lo mismo
puede decirse de las fuerzas armadas bolivarianas. Una “solución” militar requeriría un impopular envío de tropas
norteamericanas a Venezuela, en momentos en que en la Cámara de Representantes cobra fuerza el
proyecto de someter a Trump a un juicio político. Y si a los 26.000 hombres enviados a
Panamá en diciembre de 1989
para capturar a Noriega y controlar esa ciudad tuvieron que luchar a brazo
partido durante dos semanas para lograr su objetivo, ante un pueblo indefenso y
unas fuerzas armadas sin equipamiento, la opción militar implicaría, en el caso de Venezuela, un riesgo enorme
de re-editar un fiasco como Playa Girón o, en una escala mayor, la guerra de Vietnam, aparte de
desestabilizar la situación militar en Colombia ante el recrudecimiento de la guerrilla. La
belicosidad de Washington contra Venezuela es una respuesta a la derrota
militar que EE.UU. sufriera en Siria luego de seis años de ingentes esfuerzos para derrocar a
Basher al Assad. Por otra parte no es un dato menor que países como Rusia, China, Turquía, Irán, México, Cuba y Bolivia han
rehusado brindar su reconocimiento diplomático al golpista y esto cuenta en el tablero de la política mundial. Por lo
tanto no habría de descartar que Guaidó termine corriendo la misma suerte que Carmona.
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