Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Entrevista
a Fernando Rodríguez
Bajo
órbita del Plan Cóndor, Bolivia pasó 18 años de cruentos gobiernos militares.
Luis Fernando Rodríguez, integrante de la Comisión por la Verdad, ofreció un
panorama de la época y exhortó a cuidar la democracia en el marco de esta fecha
en la que se recuerda la posesión de Hernán Siles Suazo y el fin del ciclo
dictatorial.
Actualmente
Rodríguez es director general ejecutivo de la Comisión por la Verdad, pero
siendo “un muchachito” se unió a la resistencia contra las dictaduras.

“La
militancia y la resistencia tuvieron un peso muy importante para la apertura
democrática, todavía había un movimiento obrero muy sólido con organismos que
llegaron a hacer cogobierno con el Estado. Esto permitió el regreso a la
democracia, también en consonancia con la situación hemisférica porque, así
como los golpes se produjeron en el mismo período, las aperturas democráticas
también. Había un agotamiento de la vía militar hegemónica”.
De
los primeros años a la Comisión por la Verdad
“Con el gobierno de Siles se estructura el
primer Comité del Desaparecido en el continente, una suerte de Comisión por la
Verdad. Pero el gobierno de Siles se acorta por el ataque económico del FMI que
generó crisis políticas, y ese trabajo se diluyó porque el gobierno que llegó
era cómplice de las dictaduras”.
“Tras la apertura democrática hay una derrota
económica porque se vino el neoliberalismo con todo, dramáticamente. Se
desarticuló el movimiento obrero bajo el eufemismo de la relocalización, las
minas pasan al sector privado, los mineros que eran la fuerza política
organizada son empujados a los cinturones de pobreza urbanos y otros se suman
al movimiento cocalero”.
“Luego vinieron atisbos de parte de algunos
gobiernos en el esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad, pero no hubo
voluntad política ni recursos para la reparación y eran lógicas de la
reconciliación. Ahora, con la constitución de esta Comisión, hay una última
oportunidad porque las personas van muriendo y se pierden documentos”.
“El objetivo es concretar un Informe final que
ayude a cerrar las heridas y genere actos de justicia y verdad. Es un trabajo
interdisciplinario, tenemos problemas presupuestarios, pero lo hacemos con
convicción y responsabilidad por la historia y por las víctimas”.
El
Informe de la Comisión: La decisión es no adelantar resultados hasta la
conclusión porque hay intereses que aún pretenden impedir que la verdad emerja.
Se trabaja sobre documentos sustanciales con criterios de la archivística, convenios
de la Fiscalía e instancias de la Asamblea Plurinacional para calificar la
calidad del material que se produce.
Nazis,
Cóndor y narcotráfico
En
relación a la dimensión del terrorismo de Estado en Bolivia, Rodríguez explicó
que las víctimas se cuentan por miles pero con diferencias respecto a Argentina
o Chile, porque el Plan Cóndor “fue mucho más radical”.
En
Bolivia los operativos fueron “más selectivos y focalizados” debido a las
“diferentes culturas políticas y de las fuerzas armadas de los países, con
posiciones más ligadas a la problemática campesina y nacionalista”.
Sin
embargo, “testimonios de ministros de la época de García Meza señalan que la
presencia militar argentina fue fundamental para mantener el régimen y ahí
cambiaron los métodos: las desapariciones que hasta entonces eran atípicas se
hacen estructurales, tanto como el secuestro y el asesinato, perfeccionaron las
técnicas de tortura e inteligencia y se articularon con el proyecto paramilitar
del nazi Klaus Barbie, que tuvo la pretensión de convertirse en un SS”.
Una
de las características distintivas de las últimas dictaduras en Bolivia fue el
rol que la CIA y los militares tuvieron en el negocio de la droga.
Explicó
Rodríguez: “El narcotráfico era manejado por militares que propiciaban los
golpes en concordancia con Estados Unidos y terminaban disputando entre sí.
Estas estructuras preparadas para el control interno terminaron dirigidas a la
exportación de drogas y perdieron perspectiva política para dedicarse a la
delincuencia”.
Sombras
y luces
En
el último tramo de la entrevista se cotejó con la situación política actual.
Enfatizó Rodriguez: “Me lleva a sonreír cuando escucho a alguien decir que
vivimos una dictadura. O se quiere olvidar lo que se vivió o es tan joven que
no sabe de lo que está hablando”.
“En lo cotidiano, nuestra generación estuvo
impedida de tener reuniones de más de tres personas, a la seis de la tarde
había toque de queda, si te encontraban eras sujeto de detenciones arbitrarias
que te podían llevar a tratos crueles e inhumanos e incluso a desapariciones,
por las noches entraban a tu casa y podían llevarte a ti, a tu madre, a tu
hermana, las mujeres eran vejadas y violadas, no había a quién recurrir. Eso es
dictadura, tener que escuchar Radio Quito, Moscú o La Habana para saber qué
pasaba en tu país”.
“Es una estupidez pensar que vivimos en
dictadura. Muchos compañeros quedaron en el camino, te despedías de alguien y
no sabías si ibas a volverlo a ver, cada reunión era una suerte de última
cena”.
“Hoy veo por televisión que la gente dice lo
que se le da la gana, desde insultar al presidente hasta nuestros propios símbolos
con el mayor desparpajo y nadie les dice nada. Más si son viejos políticos, por
favor, no nos hagan burla”.
“La democracia siempre es un terreno de
disputa y nuestro proceso ha tenido un corte liberal tan fuerte que no podemos
decir que esté consolidada. Al pasar, por necesidad histórica, a una democracia
participativa, entras en contradicción con todo lo anterior y puedes ser
derrotado, como sucede con Brasil, Argentina o Ecuador”.
“La nueva estrategia norteamericana no es
invadir, sino insertarse desde dentro de los Estados ganando cabeceras de
playa. Y los procesos revolucionarios son afectados por expresiones de derecha
que se incorporan, por eso no podemos asegurar que la democracia goce de buena
salud y tenga larga vida. Hay que cuidarla mucho”.
Entrevista
realizada por Sebastián Moro
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