Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Víctor Alonzo Gutiérrez F.
Resulta increíble concebirlo, pero ocurre que un “parlamentario boliviano de oposición” anunció una “petición de informe escrito” para establecer quién es el propietario de un vehículo de marca Lamborghini ingresado e importado en los últimos días al país. Se imaginan, un pretendido “parlamentario” que en lugar de ocuparse de temas serios e inherentes a su función esté ocupándose de “averiguar” quién es el importador de un vehículo de lujo, cual si se tratase de la importación de una nave espacial o extraterrestre. Y es que en verdad lo que ha ocurrido es que el parlamentario en cuestión ha resultado ser “víctima” de las propias mentiras, calumnias e infamias que a diario diseminan por las “redes sociales” sus propios correligionarios de “oposición”, quienes a propósito del “Lamborghini” se ocuparon de realizar un montaje y así mostrar que el mencionado vehículo de lujo habría ingresado a la zona del trópico cochabambino, y que para ser más “exactos” era nada menos que de “propiedad” de un importante dirigente de los productores de hoja de coca de esa zona. Ante el espectáculo creado por el parlamentario, horas después fue la propia presidenta de la Aduana Nacional quien salió informando a la opinión pública que dicho vehículo de lujo que causó tanta extrañeza había sido importado por un consorcio de empresarios. Lo cual sin duda alguna ha debido ser como una especie de “balde agua fría” para el “celoso parlamentario”.
A raíz de este hecho completamente patético que comentamos, ha quedado en evidencia por una vez más que la “oposición política” en Bolivia es completamente canalla, que no conoce de límites en ese su accionar casi visceral y del que a diario hace gala para atacar al Gobierno; que la carencia de ideas que registra en su haber la sustituye con la diatriba, la mentira y el insulto permanente.
Queda, por tanto, absolutamente claro que la intencionalidad del “parlamentario” al anunciar una petición de informe escrito no era otra que la de denigrar y difamar al movimiento cocalero del trópico cochabambino, dado que él estaba “absolutamente seguro” de que quien estaba detrás de la importación del “Lamborghini” era un alto dirigente del trópico cochabambino, y que al ser “evidente” ésta su “tesis” pretendía vincular la adquisición del mencionado vehículo de lujo a “dineros mal habidos”.
Lo que escapó al cálculo de los opositores, autores de tremendo montaje, así como de una infamia gigantesca diseminada y que se viralizó en las redes, es que sea precisamente uno de sus propios adherentes quien se trague el anzuelo en forma instantánea, quien haciendo gala de su “facultad fiscalizadora” solicite petición de informe escrito, anuncio que sin duda quedará en los anales como uno de los mayores papelones en los que haya incurrido alguien con el título de “diputado”.
Lo que habría que preguntarle al “parlamentario” es ¿por qué no usa en el sentido correcto su facultad fiscalizadora?, y en consecuencia formularle la siguiente pregunta: ¿por qué no se atrevió a preguntar a uno de los “líderes” de la “oposición” qué fue lo que lo motivó a incurrir en una defraudación tributaria millonaria al país al realizar una transacción multimillonaria en la venta de una de sus empresas dedicadas a la fabricación de cemento?
Está claro que en el ejemplo que ponemos la pregunta está de más, dado que la respuesta es obvia, puesto que el parlamentario tantas veces mencionado en el presente artículo es nada más que un verdadero vasallo del empresario defraudador de impuestos. Por tanto, incapaz de cuestionar la doble moral de su jefe político.
La infamia del “Lamborghini” nos ha servido en esta ocasión para mostrar de forma elocuente la pequeñez mental de una gran parte de la oposición política en Bolivia, así como el tamaño de sus mentiras e infamias que las hacen circular muy sueltos de cuerpo por las denominadas “redes sociales”, y de las que de forma muy curiosa muchos “medios de comunicación social” en nuestro país se hacen eco, y no pierden la oportunidad para comentar “tan importantes hechos”.
El “Lamborghini” nos sirve también en esta ocasión para decirle a Bolivia: ¿a esta clase de “oposición” le quieren entregar la conducción del país en las próximas elecciones?
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