Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Manuel Morales
En el inicio del largo feriado de Todos Santos (2 de noviembre), el Banco Central de Bolivia informó del cierre de la ventanilla de venta directa de dólares al público. De inmediato el periodismo opositor llevó el tema a aguas turbias. Habló de un fuerte olor a pánico en el Gobierno; que la decisión fue informada en el feriado para evitar que la gente reaccione; y se añadieron datos catastróficos para concluir que el blindaje de la economía estaba amenazado, que quizás no haya llegado a tocar fondo pero seguramente enfrenta la peor crisis de los últimos 20 años.
Un grupo de periodistas tomó la posta. Sus titulares decían que había escasez de dólares en las casas de cambio y entre los librecambistas; que había aumentado el precio de compra; que solo los bancos vendían, pero a 10 centavos de boliviano por encima del mercado paralelo. Nunca informaron que en el mercado paralelo cada dólar se compra en Bs 6,95 y se vende igual que en los bancos, a Bs 6,97. Callaron que eso sucede desde 2011.
Sus notas de prensa referían que economistas, incluso opositores, decían que todo era normal, que la medida del Banco Central debió haberse tomado en diciembre de 2015, según una resolución interna de la propia institución; pero inmediatamente después añadían que las reservas internacionales han disminuido en más de $us 1.500 millones respecto a 2017, recordaban la hiperinflación de los años 80 y citaban a algún funcionario de alguna casa de cambio que decía que había escasez y por eso no había dólares a la venta.
Un colega me dijo, preocupado: “Esto sí que es grave, no sé qué hará el Gobierno”. En el grupo de WhatsApp de periodistas que cubren el Banco Central, pese a las explicaciones oficiales sobre la adopción de la medida y que sus operaciones por ventanilla no representaban más del 2% a 4% del total de las transacciones en dólares y que cada día se distribuye $us 100 millones a las entidades financieras para garantizar la circulación de la divisa, se exigían mayores explicaciones. “Ya no hay dólares para comprar ni en el BCB ni en la banca privada”, “valdría la pena una aclaración adicional”, “se va a poner fea la cosa, los cambistas están especulando”, “¿era necesario el comunicado?”, “solo se ha generado una especulación que hasta ahora no ha sido desvirtuada por el Banco Central”, “no están pudiendo controlar la especulación”, “parece que los administradores no vieron el pedido (de mayores explicaciones oficiales)”, “lo vieron, pero prefieren no democratizar la información”... Se había inventado una mentira y se exigían reacciones oficiales para alimentarla.
Algunas personas desinformadas o desorientadas, quienes solo leían los titulares de una supuesta crisis, optaron por comprar dólares en Bs 6,95 o en Bs 6,96 en el mercado paralelo. Mi amigo librecambista se moría de la risa. Me dijo que todo era normal, que ellos nunca compran ni del Banco Central ni de las entidades financieras porque no sería negocio: los bancos compran cada dólar a Bs 6,86; entretanto, los librecambistas y las casas de cambio, en Bs 6,95; y ambos venden a Bs 6,97 (cuando no hay especulación periodística). El negocio del mercado paralelo es comprar y vender al público. Ganan dos centavos de boliviano por cada dólar, en esos días ganaron hasta cinco centavos. “Es la cuarta vez que los medios de comunicación nos ayudan a ganar un poquito más este año”, dice, satisfecho, mi amigo librecambista.
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