Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Joaquín
Ayma
“que en Chaparina, el gobierno fusiló a un
bebé, que excomulgaron a cuatro ministros, que Evo es el yerno de la Chacollo,
que el satélite se cayó, que el niño Fidel Ernesto Morales Zapata vive, y está
escondido en el sótano de la Casa Grande,... que el nuevo Cardenal es un
mujeriego y tiene varios hijos...”
A
lo largo de nuestra historia, las oligarquías implementaron una maquinaria de
producción industrial de la mentira, escribieron libros, fundaron periódicos y
canales de televisión, difundieron y difunden fake news (noticias falsas) para
construir una realidad que los restituya en el poder.
Crearon
mecanismos de ocultamiento de la verdad, utilizaron la infamia para
beneficiarse de ella, desarrollaron (desarrollan) la ignominia, convirtiéndola
en una eficaz arma de guerra. Su lema favorito es: “calumnien, calumnien que
algo quedará”. Esta práctica mitómana, les permitió capturar el sentido común y
gobernar a sus anchas durante 180 años.
Su
más reciente contribución al erario de la infamia nacional, consiste en torcer
la significación de las palabras, cambiarles el sentido a los vocablos,
asociándolos a otras significaciones.
“Bolivia
se nos muere” dijo el presidente Estensoro. Por lo que terminaron haciendo
después, también pudo haber dicho: “vendamos el país, antes que ya nadie nos lo
quiera comprar, porque Bolivia está que se muere”.
“vamos
a relocalizar a los trabajadores” dijeron, y echaron de sus fuentes de trabajo
a miles de obreros.
“Capitalizaremos
Bolivia” afirmaron, y entregaron 220 empresas del país, a capitales
extranjeros.
“El
Estado es un mal administrador” repitieron una y otra vez, luego vendieron las
empresas de Bolivia, y se las compraron ellos mismos.
“esto
es una dictadura” dicen, pero este es un gobierno que ganó con el 64% de los votos.
La
“creatividad semántica” de los sujetos neoliberales, no conoce fronteras, por
lo que constantemente organizan estrepitosos festivales de mentiras y
eufemismos.
En
la actualidad, la oposición, minoría en ambas cámaras, aparece en canales de
televisión, radios y periódicos, en desproporción al oficialismo, equilibrando
la representación social en el plano mediático, lo que en los hechos no
representa tal paridad. Su excesiva exhibición en los medios de comunicación,
es una construcción falsa de la realidad.
En
una acción coordinada la amnesia y la mentira, pretenden anular el ejercicio
más elemental de pensamiento crítico, para comparar el presente con el pasado;
procura evitar el debate y la reflexión sobre el devenir del país y el
ejercicio de una memoria crítica y comprometida, que sustituya el inmediatismo
de los medios de comunicación.
La
amnesia refuerza la infamia, por eso no puede haber proyecto de país que no
implique la elaboración de la memoria. Este es pues un ejercicio contra la
amnesia colectiva que los grandes medios fomentan; pretenden que olvidemos que
la oligarquía terrateniente, contrató mercenarios, asesinó a campesinos e
indígenas y estuvo a un paso de instalar una guerra civil que pretendía dividir
el país.
La
reconstitución de la verdad, el ejercicio de la memoria que nos salva de la
humillación, es el hilo conductor de la nueva historia nacional. Ejercer la
memoria es un derecho inalienable de las naciones y pueblos.
Es
imprescindible trabajar la memoria como una propuesta que nos haga conscientes
de lo que hemos logrado y de lo que aún nos falta por lograr, que involucre
hechos históricos conquistados de manera conjunta. La historia nos enseña que
la desmemoria; es un lujo que los pueblos no se pueden dar.
“…pero la mentira tiene patas cortas” dicen
los que dicen. Es verdad, pero aun sin patas, la mentira llega bien lejos, sino
recordemos lo que hicieron el 21 de febrero de 2016.
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