Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por Atilio A. Boron
Ya no se trata de disputas ideológicas. Se trata de algo más elemental, esencial: un medio de comunicación no debe mentir. La mentira es al medio como la estafa a un banco. Si este no debe hurtar el dinero de sus clientes un medio tampoco debe escamotear la información que necesita su audiencia, que confía en la honestidad y ecuanimidad de su fuente informativa.
Desafortunadamente, lo que hemos visto en la prensa hegemónica a propósito de la elección del nuevo presidente de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela en medios tales como Clarín, Infobae y La Nación en la Argentina, o El País en España, El Mercurio en Chile o la CNN en Estados Unidos constituye una monumental estafa a la buena fe de sus lectores. El periódico español, por ejemplo, asegura que “La autoproclamación de Luis Parra y la elección de Guaidó en una sesión alternativa complican el panorama parlamentario.” Titulares parecidos inundan los otros medios ya mencionados. El problema es que no hubo tal autoproclamación de Luis Parra. Eso es lo que hacen los amigos de los diversos integrantes de la pandilla de operadores políticos, que no periodistas, que medran en nuestro tiempo y que protegen a autoproclamados y corruptos como Juan Guaidó y Jeannine Añez. Parra, en cambio, del ultraopositor partido Primero Justicia, no se autoproclamó sino que obtuvo 81 votos de los 140 diputados presentes (de un total de 167) que acudieron al recinto de la AN y por eso fue proclamado como presidente de dicho órgano legislativo. Quien se volvió a “autoproclamar” ¡y en las oficinas del diario El Nacional de Caracas! fue Guaidó, lo cual habla bien a las claras de cuál es la función real de ciertos medios que dicen hacer “periodismo independiente”.
A pesar de la existencia de quorum y de la presencia de diputados de todas las fuerzas políticas, el hasta entonces Presidente de la Asamblea, Juan Guaidó, se rehusó a ingresar al Palacio Legislativo e instalar la sesión, tal como era su obligación, permaneciendo en las afueras de la sede parlamentaria y pretendiendo hacer entrar a la fuerza a cuatro diputados que por distintas razones habían sido inhabilitados por el Tribunal Supremo de Justicia. En las grabaciones se le oye decir que “si ellos no entran, yo tampoco”. Estos finalmente entraron, pero él permaneció afuera. Cabe subrayar que ninguno había participado en las sesiones del actual período legislativo y que Guaidó, como presidente del cuerpo, en ningún momento exigió su presencia.
Ante la ausencia de Guaidó el reglamento de la Asamblea Nacional dispone que el diputado de mayor edad se instale como Director de Debates y dé comienzo a la sesión. Se eligió así, con el voto de 81 diputados una nueva Directiva de cinco miembros, todos pertenecientes a partidos de la oposición. Hay que ser muy mentiroso, como los medios arriba citados, para hablar de un “golpe parlamentario de Maduro” cuando la nueva directiva está íntegramente conformada por políticos de la oposición. O sea, Maduro habría sido tan incompetente que organiza un golpe parlamentario, supuestamente para favorecer sus planes políticos, a resultas del cual la nueva Directiva de la AN queda en manos de ¡cinco férreos opositores a su gobierno! Algo no cierra en esta explicación.
La razón: que todo es un relato absolutamente falso de la realidad. Lo que una prensa honorable tendría que haber dicho es que la elección del nuevo presidente de la AN fue realizada de conformidad con los requisitos legales, en el día y el lugar dispuestos por la Constitución (no en una plaza o en las oficinas de un diario, como hizo Guaidó), que hubo el quorum que manda la ley y que la votación se hizo ante la presencia de la Junta Directiva saliente, a excepción de Guaidó, obteniendo la oposición una suma de votos que superaba ampliamente la mitad más uno de los 140 parlamentarios en el recinto.
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