Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Entrevista
a Evo Morales
Desde México, el presidente derrocado no
descartó asilarse en la Argentina ni estar presente en la asunción de Alberto
Fernández.
Evo Morales trajo al diálogo con
Página/12 héroes históricos como Tupac Katari, el aymara rebelde que antes de
ser ejecutado, en 1781, dijo aquella frase de “volveré y seré millones”. O como
otro aymara, Zárate Willka, que lideró un levantamiento contra los
conservadores en 1899. Pero sobre todo hizo un anuncio: para contribuir a la
pacificación de Bolivia no será candidato en las próximas elecciones.
Mientras se desarrollaba el
reportaje, en la tarde del sábado 23 de noviembre, las bancadas parlamentarias
del Movimiento al Socialismo terminaban de negociar el proyecto de convocatoria
rápida a nuevas elecciones y los movimientos sociales firmaban un acuerdo para
que cesara la represión. A esa altura los hijos de Evo, Evaliz y Álvaro, ya
habían llegado a la Argentina como asilados después de una gestión de Alberto
Fernández.
–Agradezco al pueblo argentino y
a quienes garantizaron su presencia –dijo Evo–. Hasta las 4 de la mañana hora
boliviana me quedé despierto haciendo el seguimiento y felizmente no hubo
ningún problema.
–Si los hijos de Evo Morales ya
llegaron a la Argentina, seguramente estarán presentes el 10 de diciembre
cuando Alberto Fernández asuma la Presidencia. ¿El padre vendrá?
–He recibido una invitación pública.
Qué lindo sería… Sería un orgullo y un honor acompañar la posesión del mando.
Vamos a consultar a los compañeros. Además, la Argentina está más cerca de
Bolivia y podría agradecerle otra vez la gran solidaridad al hermano Alberto
Fernández. Fue uno de los que me salvó la vida, y salvó la vida de Álvaro y del
equipo que me acompañaba el domingo 10 de noviembre y el lunes 11. Tengo
cariño, respeto y admiración por él. Alguna vez podremos comentar en detalle lo
que vivimos ese lunes 11 de noviembre en las sendas de la selva del
Departamento de Cochabamba.
–El Senado ya consensuó un
proyecto de ley para un pronto llamado a elecciones.
–Sí, hubo una reunión bajo la
garantía de las Naciones Unidas, la Iglesia católica y la Unión Europea. Al día
siguiente de mi llegada a México pedí en una conferencia de prensa
facilitadores internacionales y personalidades de todo el mundo para ayudar a
la pacificación de Bolivia. Por suerte acaba de darse esa reunión, de la que
participó el gobierno de facto de (Jeanine) Añez. El Movimiento al Socialismo
representa los dos tercios de los senadores y de los diputados. Vamos a hacer
todo lo posible por la unidad. Y por la pacificación renuncio a mi candidatura.
–¿A pesar del resultado de las
elecciones del 20 de octubre, cuando el MAS salió primero?
–Sí. Y quiero decir que nos
robaron ese triunfo. Mi gran delito es ser indio y sobre todo haber
nacionalizado los recursos naturales, como los hidrocarburos. Me acuerdo
perfectamente de que el hermano Néstor Kirchner, cuando nacionalicé y las
empresas me dijeron que no invertirían más, me llamó por teléfono y me dijo:
“Si las transnacionales petroleras no invierten, la Argentina sí va a invertir
en Bolivia”. Tengo grandes recuerdos de la lucha por la dignidad y la
independencia de los Estados, por la dignidad y la identidad de nuestros
pueblos.
–Usted habló de la pacificación.
–Voy a hacer todo lo posible por
pacificar Bolivia. Renuncio a la candidatura aunque yo estaba habilitado para
presentarme como candidato a Presidente. No estoy haciendo un reclamo. Digo que
renuncio para que no haya más muertos, ni más agresiones. Hermano periodista,
¿sabe por qué renunciamos el domingo 10 a la tarde con el hermano García
Linera? Porque agarraron a mis hermanos dirigentes, militantes, gobernadores de
los departamentos, alcaldes y les dijeron que quemarían sus casas si yo no
renunciaba a mi cargo. Al hermano del presidente de la Cámara de Diputados le
dijeron: “Si tu hermano no renuncia, te vamos a quemar en la plaza”.
Incendiaron la casa de mi hermana en Oruro. Del racismo al fascismo y del
fascismo al golpismo. Eso es lo que pasó en Bolivia. Por este motivo busco la
unidad y la pacificación. Así se lo dije a nuestras bancadas. Les anuncié que
por esta vez renunciaríamos Álvaro y yo a las candidaturas a la presidencia y
la vicepresidencia.
–¿Dejará México y regresará a
Bolivia?
–Mucho desearía volver a Bolivia.
Pero quiero que sepan que desde el Norte nos informaron que Estados Unidos no
quiere que yo vuelva a Bolivia. El gobierno golpista tampoco lo quiere. Pero
por más que sea un gobierno de facto, debe garantizar la vida no solo de Evo
sino de todos. Ahora en Bolivia están debatiendo una ley de garantías. Hay
gente en la cárcel. Uno en la cárcel porque conducía sin licencia. Otro, en
Cochabamba, por gritar “Patria o muerte, venceremos”, en la cárcel también. Es
una cacería. A los ministros que están en la embajada de la Argentina y a los
que están en la embajada de México no les dan salvoconducto. ¿Esa es forma de
aplicar el derecho? Repito: con tanta baleadura, con tanta represión,
momentáneamente ostentan el poder político. Pero eso termina.
–¿Proyecta cambiar el asilo
mexicano por un asilo argentino?
–No lo descarto. Quiero estar más
cerca de Bolivia. El hermano y la hermana Fernández siempre me cooperaron.
Nunca me abandonaron. Tengo muchos buenos recuerdos de cuando la hermana
Cristina era Presidenta. Una vez faltó harina para el pan. Importábamos el 70 u
80 por ciento de harina de los Estados Unidos y de Canadá. Nunca se fomentó la
producción de harina. Como un día faltó harina y todos iban a decir que yo
sería responsable de la falta de pan, llamé y dije: “Hermana Cristina, usted
tiene que venderme trigo”. Me contestó: “Evo, está todo comprometido”. No sé
qué habrá hecho la hermana Cristina, pero un día recibimos en Bolivia trigo y
harina. Solidariamente hemos trabajado. Si nunca me abandonaron, tampoco me van
a abandonar en este momento tan difícil que está viviendo Bolivia, con tantos
muertos, con tantos heridos, con tantas detenciones injustas. De los problemas
se sale mediante la cooperación. Recuerdo el intento de golpe de Estado de
2008. Gracias a la ayuda de Unasur derrotamos al golpismo.
–¿Cuál fue la causa de este
último golpe?
–Que no aceptaban nuestra
política económica y nuestros programas sociales. No aceptaban que los
indígenas y los movimientos sociales cambiáramos Bolivia como empezamos a
hacerlo. Después de nacionalizar comenzamos con la industrialización. Nuestro
gran proyecto era industrializar el litio. Entonces las transnacionales y
algunos grupos de Chile no quisieron que continuáramos. Lamentablemente,
además, actuaron con violencia. Pagaban 300 bolivianos por agredir, por cortar
calles. Me sigue asombrando que los grupos que ostentan el poder económico
hagan política de esa manera. Pero no importa. Quiero decir a través de este
medio de comunicación tan conocido en todo el mundo, en toda América Latina,
que pronto vamos a volver. Hay gente que todavía no puede creer que el
comandante de la Policía Nacional o el comandante de las Fuerzas Armadas sean
parte de un golpe de Estado. Un golpe de Estado que lleva 32 muertos en días.
¡Muertos a bala! Y también hay como 700 heridos a bala. Más de mil detenidos.
Imagínese cuántos muertos, cuántas viudas, cuántos viudos, cuántos huérfanos.
Niños baleados… Un golpe de Estado al estilo de las dictaduras. Quiero decirles
a los hermanos de la Argentina que con Evo o sin Evo vamos a recuperar nuestra
revolución democrática y cultural.
–El domingo 10 de noviembre el
general Williams Kaliman, que después renunció y se instaló en los Estados
Unidos, formuló en público la famosa “sugerencia” de que usted renunciara. ¿Fue
una sorpresa?
–El 7 de agosto, en el
aniversario de las Fuerzas Armadas, él se declaró a favor del proceso de cambio
y antiimperialista. No sé si su cambio se debe a la plata o a la lucha de
clases. Tarde o temprano las mismas Fuerzas Armadas y el pueblo identificarán a
los enemigos de nuestra querida Bolivia. Yo equipé a las Fuerzas Armadas.
Cuando llegué a la Presidencia, en 2006, tenían un solo helicóptero. Hoy tienen
24. Y algunos de esos aparatos, comprados con la plata del pueblo, están
disparando y matando a mis hermanos. Duele mucho.
–Antes y después del golpe
acusaron a su gobierno de haber cometido fraude en las elecciones del 20 de
octubre.
–Quiero que el mundo sepa que el
domingo 10 de noviembre a la madrugada la OEA se sumó al golpe de Estado. Lo
hizo con un supuesto informe preliminar, cuando antes había acordado con
nuestro canciller que presentaría su dictamen final el miércoles 13. Yo
dispongo de informes extranjeros. Demuestran que no hubo fraude. Uno de la
Universidad de Michigan. Otro del Centro de Investigación Económica y Política
de Washington. Ayer tuve una larga reunión con el Centro Carter. Hablé con
hermanos muy allegados al Papa Francisco y con funcionarios de Naciones Unidas
y les pedí que hicieran una Comisión de la Verdad para realizar una profunda
investigación. Vamos a demostrar que no hubo fraude.
–¿Este pedido suyo es para
invalidar el llamado a nuevas elecciones?
–No. Soy sincero: ese llamado ya
está en camino. Pero quiero demostrar al mundo entero que la OEA se parcializó
junto con grupos de poder conservadores que nunca quisieron al indio, a su
patria, que estaban en contra de los programas sociales. Hemos reducido la
pobreza. Vamos a decir nuestra verdad en Bolivia y en todo el mundo. La OEA no
puede ser un instrumento de la gente pudiente.
–Usted habló de racismo y
fascismo. ¿Aumentaron?
–Yo pensaba que la opresión y la
humillación habían terminado. Bolivia tenía una nueva Constitución. Pero veo
con sorpresa las expresiones de los cívicos de Luis Fernando Camacho en Santa
Cruz. La Biblia no puede ser usada para el odio. No son todos los habitantes de
Santa Cruz, por supuesto, los que llamaron a identificar enemigos y matarlos
usando el sicariato. Pero sé que en reuniones de los cívicos, con 20 o 30 mil
personas, orando empiezan y al final gritan: “Evo, cabrón”. Es racismo.
Humillan a la gente humilde. A las hermanas de pollera. Patean en la calle a la
gente pobre y le dicen “kolla”. Así se llega al fascismo. Identifican la casa
de un diputado o un gobernador del MAS y la queman. Y la policía no da ninguna
seguridad. La excusa es que hay cubanos. Pero los cubanos, de manera gratuita e
incondicional, al revés de los Estados Unidos que siempre condicionó la
asistencia a las políticas del Fondo Monetario Internacional, dieron ayuda.
Nosotros construimos hospitales y recibimos la colaboración de médicos cubanos.
Recuerdo un diálogo entre Hugo Chávez y Fidel. Fidel decía: “Hugo, vamos a
hacer un programa para operar gratuitamente a 100 mil latinoamericanos de la
vista”. Fidel parecía loco. Eran operaciones que podían costar tres mil o
cuatro mil dólares. Pero en Bolivia los médicos llegaron y operaron. El Estado
lo hizo gratis. Ahora los grupos racistas no solo buscaron la excusa de la
presencia cubana. Quemaron instituciones educativas creadas con la plata del
pueblo. ¿Cómo se puede entender eso? ¿Cómo se puede entender que en la zona del
Trópico hayan perseguido a diputadas y diputados? Es una dictadura. A nuestra
senadora Adriana Salvatierra le rompieron la ropa cuando estaba entrando a la
Asamblea. Una joven de 30 años… ¡La Plaza Murillo cercada por tanques! Recordé
cuando hice la conscripción en las Fuerzas Armadas en 1978 y mi comandante
Daniel Padilla Arancibia se hizo presidente. Yo no entendía qué pasada. Golpes
y golpes…
–¿Cuál será la forma de reparar
las agresiones?
-Nunca hemos sido revanchistas.
Tupac Katari durante la lucha por la independencia decía que los blancos de las
ciudades también debían organizarse en ayllus, que eran la estructura orgánica
de aquellos tiempos como hoy sería el sindicato agrario. Todos juntos pelearon
por nuestra independencia, por nuestra vida en comunidad, en solidaridad.
Armonía entre los seres humanos y armonía con la madre tierra. Ya durante la
República otro hermano indígena, Zárate Wilka, llamó a hacer una alianza con
los blancos de las ciudades para defender los derechos y los recursos
naturales. El movimiento indígena nunca ha sido racista, y menos fascista. Y
cuando hay pobreza todos nos juntamos y nos unimos. Hemos sido muy tolerantes
siempre. Ellos no. Así es la derecha. Me llamó una compañera y me contó que
quieren eliminar el programa de vivienda para madres solteras. Me he informado
de que quieren privatizar Boa, Boliviana de Aviación. Cuando estatizamos, el
compañero Kirchner me mandó técnicos de la Argentina para ayudarnos. Ni
sabíamos cómo constituir una empresa pública. Boa llegó a tener utilidades y
ahora se les ocurrió privatizarla. No es solo una confrontación de carácter
ideológico. También programático: éste no es un gobierno de transición sino un
gobierno de facto que ni siquiera respetó la sucesión constitucional.
–¿Cuál será el eje de campaña
electoral del MAS?
–Revisará el pasado, hablará
sobre el presente y proyectará la esperanza para futuras generaciones. De mis
casi 14 años de gobierno, Bolivia estuvo seis años primera en tasa de
crecimiento en Sudamérica. Hermano periodista, me duelen dos cosas de este
golpe de Estado. Me duelen los muertos y me duele cómo en corto tiempo ya
empezaron a destrozar la economía. Ya me informaron que habrá una devaluación.
El dólar pasará los siete bolivianos. Nosotros cuidamos bastante la economía
gracias a los técnicos y a los compañeros economistas. Profesionales y
patriotas. Una vez a Lucho Arce, el ministro de Economía, un organismo
internacional le ofreció trabajo. Le iban a pagar 18 mil dólares por mes. Como
ministro ganaba un poquito más de dos mil dólares. “Yo estoy por la patria, me
quedo aquí”, dijo. Y se quedó trabajando. Hemos llegado por la patria y no por
la plata. Muchos miembros del gabinete podrían estar en el exterior ganando
mucho. Alguna vez le dije a Arce: “Vete y danos la mitad para la campaña y la
mitad para vos”. Y cuando el hermano Arce estuvo enfermo lo ayudamos. Lo
necesitaba. No hemos hecho riqueza en el gobierno. Estoy seguro de que mis
hermanos se organizarán. Hay mucha conciencia política para enfrentar esta
situación.
–Mencionó el litio. ¿También el
uranio de Bolivia es apetecible?
–Sobre todo el litio. Y el zinc.
Ya estábamos terminando el ciclo industrial del hierro para terminar con la
importación. Lo mismo hicimos con los fertilizantes. Antes importábamos el
ciento por ciento. Ahora exportamos 350 mil toneladas a Brasil, a Paraguay y a
regiones vecinas. Estamos terminando la gran planta de carbonato de litio.
Producimos ya 400 toneladas. Los grupos opositores internos no entienden cómo
el indio es capaz de industrializar Bolivia. ¿Cómo pueden hacerlo los
movimientos sociales y los profesionales patriotas?
–¿Habló con familiares de los
muertos?
–Conversé con algunos. Escuchar
llorar te hace llorar. Estoy lejos pero intenté ayudar acudiendo a amigas y
amigos muy solidarios. Algunos no han tenido ni para pagar el ataúd. Otros
están hospitalizados. Siempre ayudaremos a la gente humilde.
–¿Y las nuevas elecciones?
—El tema de la Ley de Garantías
todavía no se terminó de consensuar pero nuestra bancada espera que la Asamblea
la apruebe y que la autonombrada Añez la promulgue. Esa ley garantiza las
nuevas elecciones y sería un instrumento muy importante para pacificar Bolivia.
Después habrá que buscar programas para reconciliar al pueblo boliviano.
–¿Esperan un compromiso de Añez
de no ordenar otra vez la represión?
–Esperamos que los muertos a bala
generen la conciencia de las autoridades del gobierno de facto. Que tantos
detenidos suavicen las conciencias. Que no haya más muertos ni heridos. Que los
compañeros salgan, porque están detenidos por pruebas sembradas. Hay un fiscal
a quien conozco. Tenía doble sueldo, uno del Ministerio Público y otro de la
embajada de los Estados Unidos. La embajada le pagaba más plata. La DEA tenía
un abogado. Ahora es viceministro de Defensa Social. Quizás sea un mensaje y
quieren que vuelva la base militar de los Estados Unidos. Por eso le decía que
quiero refrescar la memoria y ver que está pasando. Y quiero aprovechar para
saludar a todos los hermanos y hermanas de Bolivia que están en la Argentina.
Allí hemos ganado por el 70 u 80 por ciento. Hemos trabajado mucho los temas de
residencia cuando el hermano Alberto Fernández era jefe de Gabinete de Kirchner
y de Cristina. Todos apoyamos a los más humildes de nuestra querida tierra.
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