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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
En el “Primer Encuentro Plurinacional":

LA ESTABILIDAD LE GANA AL CAMBIO
Por:  Alfredo Rada

Partamos por lo bueno. Para un socialista es positivo todo avance de democracia participativa que suponga la incorporación creciente del pueblo en la solución de los problemas del país. En este sentido debe ser resaltada la realización de la Cumbre Social o, como se denominó oficialmente, "Primer Encuentro Plurinacional por la profundización del cambio". Según los registros gubernamentales, participaron más de 5.000 delegados en los encuentros departamentales y 980 en el evento de Cochabamba del 9 al 11 de enero.  Sólo por estos números puede calificarse como un éxito la Cumbre.
El acierto de la convocatoria gubernamental puede también medirse por el entusiasmo de los sectores sociales participantes, que no dudaron en aprobar la periodicidad anual del Encuentro Plurinacional.
No faltarán quienes pretendan una comparación con el "Diálogo Nacional" realizado hace diez años, durante la gestión gubernamental de Jorge Quiroga. La analogía no corresponde; mientras aquél diálogo estuvo limitado sólo a determinar la utilización de los recursos económicos de un fondo de alivio de la deuda externa de países pobres, este Encuentro Plurinacional tocó prácticamente todos los temas de la agenda pública. Se debatió desde seguridad ciudadana hasta el sistema único de salud, desde seguridad alimentaria hasta el contrabando de carburantes, desde la generación de empleo hasta la implementación de las autonomías.
Fue revitalizador –y hablo como militante de base de este proceso, que en esa condición participé del evento en Cochabamba- ver a tantos sectores sociales debatiendo sobre temas que antes estaban reservados a los profesionales del poder.  Fue una especie de asamblea popular ante la que los ministros y viceministros se limitaron a escuchar y, seguramente, aprender. Hasta aquí lo positivo, pero no podemos pasar por alto lo preocupante.
La nueva agenda
¿Puede decirse que en el Primer Encuentro Plurinacional se ha construido una agenda estratégica de profundización del proceso de cambio? No se ha logrado; la cantidad y calidad de las propuestas elaboradas (más de 200) serán un aporte al mejoramiento de la gestión pública, pero casi todas esas propuestas tienen mirada cortoplacista, tanto en términos sectoriales como regionales.
Por definición un programa revolucionario debe poder traducirse en unas cuantas ideas-fuerza a ser transmitidas a la población, recordemos por ejemplo los “Diez mandamientos del cambio” que fueron la plataforma política que dio el triunfo a Evo Morales el 2005.  De la reunión de Cochabamba no han salido propuestas de nuevas medidas revolucionarias que impulsen las transformaciones económico-estructurales, especialmente en el sector minero transnacional, en el sector financiero-bancario privado y en el control del comercio exterior.
Se nos dirá que la movilización de una parte de las Reservas Internacionales Netas (RIN) en inversión productiva, o la priorización de la demanda interna de bienes y servicios, son planteamientos de avanzada y sin duda que lo son, pero ya eran decisiones gubernamentales tomadas, lo único que se hizo fue legitimarlas en un escenario socialmente participativo.
En el debate económico predominaron las aristas conservadoras del planteamiento de “economía plural”, entendida como el respeto a la actividad de las distintas formas de organización productiva: estatal, privada, social comunitaria y cooperativa. Este pluralismo pasa por alto que la  realidad técnica, organizativa y cultural de la producción capitalista sigue dominando a las demás formas sociales y comunitarias. Ignora que no será posible construir un nuevo modelo económico social comunitario si no es transformando las relaciones sociales de producción capitalistas, así como las formas de transferencia de valor desde las economías comunitarias hacia las economías capitalistas. Ignora que en este contexto pluralmente dominado por el poder del capital, los propios avances en la nacionalización del sector hidrocarburos (la medida estrella de este período) pueden terminar anclados en una nueva versión de capitalismo de Estado.
El bloque revolucionario y los empresarios
Desde hace mucho venimos advirtiendo de las fisuras al interior del Bloque Social Revolucionario (indígena, obrero y popular) que gestó el proceso de cambio y el gobierno de Evo Morales. Varios  conflictos en los últimos dos años forman ya una larga lista a la que en las últimas horas se agrega Yapacaní, un bastión histórico del proceso de cambio que ahora seguramente se perderá por una suicida tosudez política.
¿Este Primer Encuentro Plurinacional logró revertir el debilitamiento del bloque social revolucionario? Aún es pronto para decirlo, porque no se trata solamente de hacer un recuento de los centenares de sectores sociales y organizaciones sindicales que estuvieron presentes en el Encuentro, sino también de aquellos que no participaron: la Central Obrera Boliviana, la CIDOB, el CONAMAQ.
Viendo esa debilidad y llevada por su instinto de clase, la burguesía aglutinada en la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) y en la Cámara de Industria, Comercio y Servicios (CAINCO) de Santa Cruz, decidió participar en la reunión de Cochabamba. Su propuesta de un “Acuerdo nacional por la producción, la inversión y el empleo” tuvo acogida porque hay tendencias en el Gobierno que piensan que pasó el tiempo de las grandes reformas (las nacionalizaciones, la Asamblea Constituyente, la conformación del Estado Plurinacional) y que ahora hay que administrar eficientemente lo avanzado.  Priorizar la estabilidad antes que el cambio es la expresión práctica de lo que podríamos llamar “razón burocrática”.
El acuerdo propuesto por los grandes empresarios pasa por la conformación de un “Consejo Económico Social” en el que ellos participen junto al Gobierno y sectores sociales. En este Consejo se debe proyectar por consenso las leyes económicas (Inversiones, Bancos, Minería, Exportaciones), por lo que es fácil deducir que se convertirá en una instancia que atempere las tendencias antineoliberales radicales del Decreto 861 que promulgó el presidente Evo Morales en Huanuni el 1 de mayo del 2011.
Más preocupantes son las propuestas agroempresariales de poner una pausa de 5 años a la verificación de cumplimiento de función económico social de sus tierras, así como permitir el uso de semillas transgénicas para garantizar la producción de alimentos, ¿cederá el gobierno a estos pedidos?
La Paz, 12 de enero de 2012

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