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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...

PROPUESTA DE LA ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN POLÍTICA

PARA EL XV CONGRESO DE LA CENTRAL OBRERA BOLIVIANA (COB)

1.       Las contradicciones principales del actual proceso de descomposición del capitalismo
El sistema capitalista que encarna el orden civilizatorio actual está en plena descomposición, que se manifiesta en la crisis del sistema o modelo económico neoliberal, pero también en la crisis de las otras dimensiones de la vida: la crisis ambiental, la crisis energética, la crisis alimentaria, la crisis de los valores morales, la crisis de los paradigmas que han justificado el propio capitalismo.
La posibilidad de alargar la agonía capitalista es la utilización de la violencia; recurso que está siendo aplicado por la alianza de los países  altamente “desarrollados” (Estados Unidos y la Unión Europea que conforman la OTAN) en contra de aquellos que tienen en sus territorios los recursos naturales imprescindibles para la preservación del poder del capital. En los últimos años, los países árabes con mayores reservas de petróleo, han sufrido las intervenciones militares más sangrientas y violentas de su historia.
El capitalismo a lo largo de su historia, también ha utilizado estas salidas bélicas catastróficas para resolver temporalmente sus contradicciones, logrando la recuperación de las ganancias de las empresas transnacionales en los procesos de reconstrucción de aquello que ha sido destruido por las guerras.
Por el otro lado, los pueblos de la periferia capitalista y sus dirigencias progresistas, están conformando bloques hegemónicos revolucionarios y con alto grado de conciencia como el ALBA.  Estos pueblos están avanzando en los procesos de transformación que permitirán, con el tiempo, romper las cadenas opresivas que el capitalismo nos impusiera desde que creímos habernos liberado del orden colonial euro-centrista. Para la consecución de estos objetivos es fundamental la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, no solamente a nivel de sus gobiernos, sino y fundamentalmente de sus movimientos sociales y partidos políticos revolucionarios.
Esta unidad parte, necesariamente, de la identificación de las contradicciones principales en estos procesos liberadores. Por un lado está el imperialismo norteamericano y sus aliados europeos, expresados en su alianza militar destructiva, la OTAN, que es un aparato terrorista que está defendiendo, en última instancia, las ganancias de las empresas transnacionales que desean tener bajo su control los recursos naturales estratégicos y escasos.
Frente al terrorismo ejercido en escala global por este aparato militar capitalista, es fundamental forjar las alianzas e integraciones en Latinoamérica, y de la región con otros pueblos víctimas de esta contradicción principal, como son los pueblos de Africa y Asia.
Esta contradicción tiene sus propias personificaciones. A nivel mundial están las transnacionales más poderosas e influyentes en las decisiones de los gobiernos de los países capitalistas y, a nivel de nuestra región y nuestro país, está la burguesía y otros sectores conservadores, que defienden las formas de pensar y actuar colonizantes, que defienden la inversión extranjera por encima de los intereses nacionales, que solo quieren exportar y no les importa la demanda interna, que no quieren coadyuvar a la construcción de otra formas de pensar más liberadoras y revolucionarias. Su expresión política son las agrupaciones de la derecha que teniendo un pasado de entreguismo vergonzoso, hoy pretenden mostrarse como grandes transformadores, sembrando la discordia y división al interior de los sectores populares que son parte de un bloque hegemónico revolucionario.
Estas contradicciones, expresadas a cada momento y en varios escenarios de la sociedad boliviana y a nivel mundial, agudizan a su vez la contradicción entre el capital y el trabajo, buscando la preservación de las relaciones sociales capitalistas, que se expresan permanentemente en la explotación humana y la destrucción de la naturaleza.
Las manifestaciones políticas de esta contradicción están presentes absolutamente en todas las agrupaciones gremiales, en el propio gobierno, en los sindicatos, universidades, organizaciones sociales y partidos políticos.
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2.       Medios democráticos para la participación de los trabajadores
Los trabajadores organizados deben luchar para ser parte de los procesos transformadores que han surgido en la región y en nuestro país. Esta decisión revolucionaria debe ser resultado de un debate conciente y con un alto grado de desprendimiento sectorial, con una mirada no corta sino de largo alcance. Debate que aclare cuál es el rol revolucionario que debe cumplir la clase obrera en la coyuntura histórica para la construcción del Socialismo Comunitario.
Los escenarios de debate y decisión en los cuales debe estar presente la clase obrera organizada tienen que ser todos aquellos en los que se definan los destinos del país. Sería un error político que los trabajadores se excluyan de estas instancias, porque los procesos de cambio y/o transformación son de todo el pueblo y no solo de los partidos políticos o de las autoridades gubernamentales.
En este entendido fue un error de la COB haberse excluido de la Cumbre Social, convocada por el gobierno y el error continuaría si los trabajadores no ocupan los espacios que han surgido de este evento, como el “Consejo Económico”.  Si tal cosa ocurre estarían dejando la vía libre para que los gremios empresariales y las propias tendencias conservadoras al interior del Gobierno, tomen decisiones que afectarán al proceso de cambio en Bolivia.
Nunca hay que olvidar que los Gobiernos, por muy progresistas y de avanzada que sean, tienen que actuar desde la estructura burocrática del Estado y por ello mismo, pueden convertirse en conservadores; en tanto que el potencial revolucionario de la clase obrera conciente y de los movimientos sociales será el factor que impulse la profundización de las transformaciones.
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3.       Contradicciones en el Bloque Social Revolucionario
Todo proceso de construcción revolucionaria tiene sus propias contradicciones al interior de los grupos o sectores que van conformando el Bloque Social Revolucionario, al interior de las organizaciones sociales y entre estas. Solo les une los objetivos estratégicos de liberación del pueblo, en la lucha política contra los sectores conservadores, reaccionarios y pro-imperialistas.
Esas contradicciones internas propias de un proceso revolucionario, deben resolverse en debates permanentes entre los actores militantes del proceso de cambio. No existen escenarios irreconciliables si los objetivos de largo plazo están claros. Para lograr el éxito de estos debates lo importante es desprenderse de los objetivos inmediatistas, es necesario reflexionar sobre las experiencias frustrantes del pasado, como el fracaso de la Asamblea Popular del año 1970 o el fracaso del gobierno de la Unidad Democrática y Popular (UDP) de los años 1982 - 1985, en ambos fracasos una mala orientación político-estratégica de los sindicatos y la izquierda terminó facilitando la instauración de una dictadura militar y del neoliberalismo salvaje respectivamente.
Si los errores de un Gobierno surgido de los movimientos sociales están dividiendo y debilitando al Bloque Social Revolucionario, tendrán que ser las propias organizaciones de los trabajadores que tomen las acciones necesarias para preservar la unidad del sujeto político del proceso de cambio, pues esta unidad es el requisito para lograr la profundización de este proceso hacia un verdadero cambio revolucionario.
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4.       Un programa estratégico de profundización del proceso hacia el Cambio Revolucionario
Los debates permanentes  de las organizaciones sociales, sindicales y originario campesinos deben girar en torno a qué tipo de sociedad queremos en el largo plazo, qué modelo económico construiremos que sea diferente tanto del modelo neoliberal como del modelo del capitalismo de Estado, cómo superaremos las relaciones sociales de producción capitalistas, qué cambios deben implementarse en la minería controlada por las transnacionales y en el sector bancario financiero, qué modelo político de amplia participación y control social aplicaremos en la construcción del Estado Plurinacional, qué proceso de descolonización y necesitamos para que las generaciones futuras no sigan alienadas, cómo logramos la armonía y el equilibrio entre la satisfacción de las necesidades de la población con la protección de nuestra Madre Tierra.
Se trata de construir y ejecutar un Programa Estratégico, que nos conduzca a profundizar el proceso de transformaciones que se ha iniciado en nuestro país.  Esto pasa en lo inmediato por avanzar en la ampliación de la base popular sindicalmente organizada, conformando sindicatos en lugares donde no existen o están dominados por los nuevos sectores patronales-empresariales, como por ejemplo ocurre en las cooperativas mineras o en el sector del autotransporte.
El objetivo estratégico debe ser la construcción del Socialismo Comunitario, entendido como el resultado de la autoorganización política de los trabajadores por centro de trabajo, por comunidad, por fábrica para decidir en común el destino de la producción, para ir construyendo poder económico al mismo tiempo que poder político de todos aquellos que no viven del trabajo ajeno. 
Por ello es que decimos que no puede haber construcción del socialismo comunitario sino es superando las formas capitalistas de explotación.         

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