Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Arturo D.
Villanueva Imaña (*)
Los procesos sociales como la construcción de una identidad
nacional, evidentemente demandan tiempo e implican diversas y complejas
interacciones en la sociedad y sus componentes históricos, culturales,
económicos, etc. En ese marco, existen episodios como la realización del censo
nacional que jugará un papel trascendental en esa perspectiva, puesto que
dependiendo del tipo y enfoque de las preguntas que se realizarán, se puede
establecer, anular o destacar determinadas características identitarias que hacen
al ser nacional. Es decir, que influirán y marcarán en el imaginario social del
conjunto de la población, aquello que desde la conquista y colonización de
América, constituye una permanente búsqueda sobre lo que representa y significa
el hombre boliviano. Veamos pues algunas aristas de este trascendental asunto
para nuestro país.
La realización del Censo Nacional de Población previsto para
el presente año 2012, no es un asunto menor que sólo deba ser analizado bajo
los tradicionales y largamente discutidos argumentos técnicos y metodológicos
que entraña, sobre todo tomando en consideración que se realizará en el nuevo
contexto del Estado Plurinacional, cuyo proceso de construcción no solo demanda
la disponibilidad de información estadística y poblacional completa, objetiva y
confiable, sino que ésta responda a los nuevos desafíos, estructura y enfoque
Constitucional.
Es decir, no se trata únicamente (también lo es) de un
instrumento técnico que permitirá retratar y actualizar la nueva realidad y los
datos nacionales disponibles, y cuánto se ha cambiado respecto del año 2001;
sino que debería contribuir al establecimiento de las bases para diseñar y
efectuar el seguimiento correspondiente al nuevo modelo de desarrollo
establecido en la Constitución Política del Estado, donde, por ejemplo, se
establece el mandato y los lineamientos para construir el paradigma del Vivir
Bien como modelo alternativo al sistema capitalista y neoliberal.
Sin embargo de la gran importancia que tiene el censo
nacional en lo que se refiere a la planificación del desarrollo (habida cuenta
que debería ser encarada en concordancia al nuevo modelo de sociedad), y
respecto del cual ya deberían haberse tomado previsiones para establecer nuevos
indicadores y parámetros que, a diferencia de los tradicionalmente utilizados
en censos anteriores, permitan medir lo avanzado bajo el nuevo enfoque del
Vivir Bien en armonía con la naturaleza; en este caso y en vista de que en la
opinión pública ya se han planteado algunas inquietudes acerca de la necesidad
de establecer claramente las identidades culturales y la pertinencia (o no) de
incluir la categoría de “mestizo”, es que abordaré este último aspecto que,
según mi modesto criterio, está relacionado con la construcción de la Identidad
Nacional y no se trata únicamente de un asunto estrictamente técnico y libre de
toda sospecha, como se trasluce de algunos criterios conocidos por la opinión
pública.
Si efectuamos una apretada síntesis acerca del significado y
los alcances del censo nacional, se pueden destacar los siguientes aportes:
· Permite determinar la situación actual y establecer un
parámetro de comparabilidad con los datos censales disponibles de décadas
pasadas, acerca de las condiciones socio-económicas, identitarias,
demográficas, ocupacionales, educativas, de acceso a servicios y otros aspectos
del conjunto de la población nacional.
· Establece los datos primarios fundamentales para la
planificación del desarrollo, incluyendo la identificación de los sectores, las
regiones y el tipo de población que demanda la atención del Estado, en vista de
la situación de pobreza, vulnerabilidad, exclusión o explotación en la que se
encuentren.
· Brinda los insumos necesarios para definir la distribución
de la renta nacional y del impuesto directo a los hidrocarburos (IDH) a nivel
departamental, regional, municipal e indígena, así como la asignación de la
cantidad de escaños que corresponden por población en las instancias
legislativas del Congreso Plurinacional (que también podrían ser extensivas a
las Asambleas legislativas de los gobiernos departamentales, municipales e
indígenas que son resultantes del nuevo régimen autonómico del país).
· Permite establecer la cantidad, distribución y diversidad
de las identidades culturales y étnicas que existen en el país.
· Trasluce y responde a un enfoque y tipo de desarrollo que
(salvo casos excepcionales como el reino de Butan en la cordillera de los
Himalayas, donde se ha establecido el índice de la felicidad nacional como
indicador principal del bienestar y el desarrollo de ese país) en la
generalidad de los casos está vinculada al modelo capitalista predominante,
cuyos parámetros en Bolivia ya deberían haber sido replanteados y reformulados
en la boleta censal, para superar las metodologías tradicionales de medición
del desarrollo, la pobreza y el bienestar y, sobre todo, contribuir al
establecimiento de un modelo alternativo basado en el Vivir Bien y la armonía
con la naturaleza.
Ahora bien, enumerados algunos aportes del Censo entre los
que destaca el último punto que, en vista de su incidencia determinante en la
planificación y el enfoque del desarrollo nacional, debería ser incluido como
un aspecto fundamental del debate nacional; salvo que el país esté dispuesto a
retrasar por otra década más y continúe utilizando indicadores e instrumentos
de medición del desarrollo y el bienestar que corresponden a metodologías
tradicionales que se encuentran en la vereda opuesta a lo establecido en la
Constitución Política del Estado y el Vivir Bien, hagamos mención al asunto de
la identidad nacional que también está relacionado con la realización del
Censo.
Reeditando pasadas pero siempre permanentes y actuales
preocupaciones vinculadas con el asunto de la identidad nacional, se ha vuelto
a poner en debate la pertinencia de incluir la categoría de mestizo como parte
de la boleta censal.
El asunto no es menor, puesto que efectivamente esta
categoría no solo ha estado ausente en el anterior censo del 2001, sino que a
pesar de representar a una muy importante mayoría poblacional que reclama esta
característica como parte de su identidad, también implicaría supuestamente una
especie de discriminación o “ninguneo” que se produce en la realización de las
preguntas del censo, al desconocer una característica esencial del ser boliviano.
Sin embargo, este razonamiento no toma en cuenta o ignora intencionadamente
(tal vez encubriendo y ocultando otro tipo de intereses), los siguientes
argumentos en contra de su inclusión:
· Jurídicamente y para la aplicación y cumplimiento de derechos
individuales y/o colectivos reconocidos en la legislación nacional, no tiene
ninguna trascendencia, puesto que lo mestizo no es un sujeto legal como sucede
por ejemplo con los pueblos indígenas que, junto a los derechos individuales
reconocidos para toda la población, también posee derechos colectivos propios.
· Implicaría incorporar criterios raciales junto a las
categorías culturales utilizadas para la autoidentificación o autopertenencia;
lo cual al margen de no ser aconsejable técnicamente, contribuiría a introducir
factores distorsionantes en la metodología y los resultados censales, cuyo
efecto podría ayudar a confundir la percepción ciudadana.
· La incorporación de lo mestizo responde a una muy antigua y
larga intencionalidad ideológica y política por la cual se busca(ba)
desarrollar un imaginario nacional homogéneo, monocultural, individualista y
liberal republicano, en el que las identidades culturales y la diversidad
étnica se anulan y desaparecen, para dar lugar al tipo de sociedad occidental
acorde con el sistema colonial y capitalista predominante.
· Supondría incluir connotaciones racistas muy propias de
visiones y enfoques excluyentes y xenofóbicos que tendencialmente podría
utilizarse para anular o invisibilizar la diversidad cultural y las identidades
diferenciadas de los pueblos indígenas, afectando además el carácter
plurinacional del Estado y la sociedad boliviana.
· Ayudaría a complicar y complejizar innecesariamente un
adecuado proceso de caracterización de la identidad y la diversidad
plurinacional, solo bajo el débil argumento de incorporar (supuestamente por
razones de equidad e inclusión), una característica racial como es lo mestizo,
pero que no tiene ninguna utilidad ni individual ni colectiva para el ejercicio
de la ciudadanía boliviana.
(*) Sociólogo,
boliviano. La Paz – Bolivia, Enero 10 de 2012.
Comentarios
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios