Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Karina Sauma
Todos los años en esta época sentimos
dolor y hacemos un mea culpa al ver cómo los incendios forestales arrasan de
manera violenta y sin control parte de nuestra Madre Tierra. Hoy, la
Chiquitanía es un escenario oscuro y triste, con miles de hectáreas quemadas y
comunidades indígenas afectadas por el fuego. Según estimaciones de la FAN,
hasta el 27 de agosto, los incendios forestales han arrasado aproximadamente
2,1 millones de hectáreas en toda Bolivia, principalmente en Santa Cruz y Beni.
Este panorama aún persiste. La sequía,
los fuertes vientos y la baja humedad en la vegetación aumentan el riesgo de
incendios para los próximos meses. Empero, podemos ver el lado positivo de este
escenario, por fin nos damos cuenta de que estamos poniendo en riesgo el
planeta con nuestros hábitos de vida, de consumo; y que el insaciable e
insatisfecho vivir del ser humano es un reflejo de todo lo que está pasando.
En efecto, los incendios han develado una
crisis ambiental que, hoy más que nunca, desnuda el gran daño que le estamos
causando a la Tierra. Es en estos momentos cuando debemos confluir en un mismo
objetivo, sin colores ni aspiraciones personales; debemos ponernos de acuerdo
en buscar intereses comunes y no aspiraciones personales. Urge comprender que
los bosques nos necesitan, que estos pulmones verdes, que hoy están siendo
dañados, necesitan de sus habitantes para sobrevivir.
Hoy nos sentimos más afectados porque el
escenario es mediático. Sin embargo, es tiempo de trabajar por una gestión
integral del bosque, con acciones y actores conectados, que impulsen un proceso
de restauración holístico y sostenible. No se trata de ser “sostenibles” hoy,
sino de desarrollar una vida sostenible en todo sentido, y reconocer que los
problemas ambientales son nuestros problemas. Por otra parte, debemos entender
que una conciencia ambiental implica temas tan simples como la basura que dejo
en la calle, hasta asuntos más complejos como el cambio climático, que está
desencadenando sequías, inundaciones, incendios y otros eventos extremos.
Por último, debemos reconocer que nuestra
supervivencia no depende del crecimiento económico, sino que debe basarse en
aprender a vivir bien dentro de los límites ecológicos del planeta, bajo un
modelo de desarrollo en el que prime la calidad y no el nivel de vida. Los
recientes incendios forestales son una llamada de atención gigante, que debería
impulsarnos a desarrollar acciones de prevención y a estar preparados para
eventos climáticos de semejante magnitud, bajo la premisa de que si bien
contamos con la capacidad técnica para enfrentar este desafío, nos hace falta
articular esfuerzos y la gestión entre todos.
* Directora de comunicación de la
Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN).
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