Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Agricultura 4.0
Por: Verónica Villa Arias
Las
fusiones extremas entre las corporaciones de la cadena agroindustrial y el
avance vertiginoso de la digitalización de los procesos agrícolas están
afectando la agricultura y la alimentación en todo el mundo. A este fenómeno le
apodamos Agricultura 4.0. El control mediante plataformas de datos masivos y
automatización se extiende sobre los factores más importantes de la seguridad
alimentaria mundial. Por supuesto, la soberanía alimentaria no es prioritaria
en este esquema. Reseñamos el texto de Pat Mooney y el Grupo ETC “Blocking the
Chain”, que puede leerse completo en castellano en la página del Grupo ETC.
1. El hardware – La maquinaria
La
Agricultura 4.0 usa robots, drones aéreos y acuáticos, tractores
auto-pilotados, inteligencia artificial, miles de sensores eléctricos,
biológicos, acústicos, visuales, olfativos e imágenes hiper-espectrales. Quien
posea estos datos encabezará las tendencias en la producción agrícola. En la
convergencia para el control horizontal y vertical de la producción agrícola
John Deere es un paradigma, pues desde 2001 compra información de semillas y
agrotóxicos. Hoy puede combinar la información de los sistemas de
posicionamiento geográfico y la robotización de sus máquinas con la información
genética y química que adquirió de quienes dominaron el mercado de insumos los
últimos 18 años.1
Ya se
diseñan drones aéreos que detectarán cultivos y malezas, distribuirán
nutrientes o plaguicidas, ahorrarán combustible y reducirán despilfarros. Hay
máquinas que pastorean, vigilan plantaciones de palma (y a sus jornaleros), y
monitorean plagas. Hay ciber-insectos que vigilan cultivos y se supone
sustituirán los polinizadores naturales. Drones sumergibles pueden controlar
cercas eléctricas y jaulas móviles y desplazarlas a mejores condiciones
climáticas y alimentarias para maximizar los rendimientos de la cría y captura
de peces. La invasión de maquinaria inteligente en las cuencas y océanos puede
terminar cercando uno de los últimos ámbitos comunes del mundo, el mar abierto,
dejando en vulnerabilidad total a más de 10% de la humanidad, los pescadores no
industriales.
2. El software - Interfaz entre datos masivos
y biociencias
El
software más importante en la Agricultura 4.0 son los datos masivos de genética
vegetal y animal. La más grande inversión es en el desarrollo de interfaces
entre plataformas de datos masivos y biociencias, como la biología sintética.
Hoy es
posible codificar, almacenar, transfe1 Conocidos como “gigantes genéticos”
Syngenta, BASF, Dow, Monsanto, DuPont, BAYER dominaron el mercado de semillas y
agroquímicos entre 2000 y 2018. Verónica Villa Arias, responsable de proyectos
del Grupo ETC en México. 14 543 sep/2019 rir y descargar información genética.
Se dice “edición genética” como si se tratara de textos. La inteligencia
artificial (IA) y la robotización en laboratorios abaratan y agilizan la
secuenciación genética a tal punto que el virus de la influenza puede
escribirse en pocas horas, incorporarse a una base de datos o enviarse por
correo electrónico para recrearlo vivo, en menos de tres días, en cualquier
parte del mundo. En teoría ya no es necesario que las muestras físicas viajen o
que haya acuerdos de transferencia de material. Fitomejoradores interesados en
producir tomates tolerantes a la sequía, podrían reconstruir la secuencia
genética de resistencia a la sequía de variedades de Ecuador, Perú y Chile, y
mediante edición genética introducirla en sus cultivos para venderlos en
América del Norte o Europa. Si el empresario no cuenta con el laboratorio
adecuado, puede dirigirse a las más grandes biofundidoras del mundo en
Singapur, Boston o Londres. Estas técnicas de manipulación de la vida avanzan
pese a que existe una discusión global sobre la necesidad de prohibir la
liberación de todas las formas de vida alteradas con edición genética.
La
biología sintética afirma que las partes que componen el ADN pueden ensamblarse
cual si fueran redes eléctricas. Siguiendo esta teoría, el ADN con distintas
“funciones” puede insertarse en diversos organismos, supuestamente con
resultados predecibles. Uno de sus procedimientos más lucrativos es producir
ingredientes activos de valor comercial con levaduras, algas y bacterias
“reprogramadas” genéticamente para ello. Las empresas aseguran que pronto
producirán los 250 ingredientes más buscados por los procesadores de alimentos,
cosméticos y medicinas. Hay más de 300 iniciativas para reemplazar productos
como vainilla, azafrán, vetiver, estevia, aceite de oliva y cacao. Argumentan
que así se estabilizan rendimientos y costos y se asegura la calidad, se
eliminan vicisitudes de la naturaleza y del trabajo, y se reduce la emisión de
gases con efecto invernadero de la agricultura. Pero también eliminarán
mercados e ingresos de millones de familias campesinas que cultivan
artesanalmente, en condiciones geográficas y políticas sumamente arduas.
3. Fintech - Tecnologías financieras
Un tercer
ámbito son las plataformas digitales que brindan servicios financieros. Las
fintech más conocidas son las cadenas de bloques (blockchains), que funcionan
como libros de contabilidad donde se registran los pasos de cada transacción de
valor, y las criptomonedas.
Los
blockchains son enormes bases de datos, conectadas en redes de nodos, que
registran desde operaciones fabriles de gran escala hasta genomas
digitalizados, música, títulos de tierra, patentes, créditos de carbono,
incluso votos. Cada nodo verifica la autenticidad del registro lo que
supuestamente hace difícil falsificar las transacciones. Cada verificación se
agrega al final de la cadena, como un “bloque” más. El valor de este sistema
radica en que asegura que puede rastrear cada operación, confirmar que todos
los pasos se cumplan y que los pagos encriptados se hagan. Permite a las partes
navegar las complejidades del comercio mundial sin papeles ni intermediarios.
Los mayores comerciantes y procesadores de materias primas creen que pueden
reducir los costos de transacción entre 20% y 40% utilizando blockchains. Como
los registros matemáticos son anónimos, banqueros y cárteles de la droga por
igual pueden usarlos para cortar sus costos administrativos. Las criptomonedas
operan mediante los blockchains, son su medio de traslado. Para poseer una
moneda electrónica hay que comprarla previamente con dinero real, y el valor
actual de un solo bitcoin (agosto de 2019) es de 12 mil dólares.
En 2018,
el blockchain Easy Trading Connect concretó la venta de un cargamento de soya
de Estados Unidos a China, negociando con las megaprocesadoras de materias
primas Louis Dreyfus, Shandong Bohi Industry y las aseguradoras y financiadoras
ING, Société Générale y ABN-AMRO. Pero las fintech se proponen también para
agriculturas en pequeña escala, como en el caso de Andra Pradesh en India, 15
que busca promover la agroecología mediante transacciones en blockchain con la
empresa suiza ChromaWay, registrando como “activos de información” la tenencia
de la tierra, los procesos agroecológicos, y rastreando los subsidios. En Perú,
en el Parque de la Papa (un espacio para proteger la diversidad de las papas
manejado por organizaciones campesinas), empresarios de Silicon Valley diseñan
junto con economistas locales un blockchain para registrar las tierras y los
títulos de propiedad.
En 2018,
el Foro Económico Mundial propuso crear el Banco de Códigos de la Tierra (EBC,
por sus siglas en inglés), para colocar toda la información genómica de los
seres vivos en ese blockchain y asegurar “que los activos biológicos de la
naturaleza sean accesibles a los innovadores del mundo, al tiempo que se vigila
la biopiratería y se garantiza el reparto de beneficios”. El EBC concentraría y
distribuiría información de interés comercial sobre secuencias genéticas,
redactaría contratos inteligentes entre compradores y vendedores de los códigos
genéticos y aplicaría a los contratos las cláusulas de la legalidad propia
emanada desde ese blockchain.
Impactos de la Agricultura 4.0 en la
subsistencia, la naturaleza y la justicia
Las
tecnologías digitales no pueden analizarse aisladamente, pues el contexto de
sus aplicaciones determinará sus alcances. Una sola transacción de blockchain
usa la misma energía que un hogar estadunidense durante una semana. La
información de las transacciones tal vez se transmita de forma invisible, pero
la infraestructura que requiere está perturbando la vida de cientos de
comunidades en el mundo como cualquier otro megaproyecto. La historia comprueba
que una tecnología de punta, utilizada en ámbitos de corrupción y guerra,
exacerba las diferencias y la injusticia. Solamente donde ya existe una
infraestructura poderosa pueden aprovecharse las conexiones inalámbricas y se
podría aspirar a que sirvan a la transparencia y transacciones comerciales
justas. Lo más seguro es que las fintech serán centralizadas por los
oligopolios que ya monopolizan el poder monetario y político para imponerlas.
La
velocidad con que ocurren las innovaciones técnicas y las fusiones entre
sectores de la agroindustria rebasa la capacidad de los agricultores para
comprender sus impactos, y la de los reguladores para normar algo tan vital y
delicado como los sistemas alimentarios. La integración vertical y horizontal
que ocurre en la Agricultura 4.0 puede darle el control total de los sistemas
alimentarios globales a un puñado de corporaciones cuyos razonamientos
empresariales nada tienen que ver con lo que necesita la gente o con las
dificultades socioeconómicas de los pueblos y sus territorios. Las nubes
saturadas de datos masivos no apuntalan el bienestar de las comunidades
rurales, que pese al desprecio que el sistema económico les dispensa, hoy
contribuyen con 70% de la alimentación mundial.
La
soberanía alimentaria debe ser la base para crear políticas alimentarias
nacionales. Las tecnologías en la Agricultura 4.0 son adoptadas y promovidas
por los actuales monopolios de la agroindustria, y es difícil pensar que esas
mismas corporaciones estén promoviendo descentralizar, democratizar y cooperar
en vez de competir. Si esas tecnologías se instalan, debe haber un control
público de sus procedimientos y deben crearse instrumentos internacionales que
eviten que la digitalización y el poder corporativo controlen los sistemas
alimentarios.
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