Por: Rafael Vásquez Michel.
La coyuntura política, el contexto y texto histórico, los momentos difíciles por los que estamos atravesando, nos obligan necesariamente y responsablemente también a estudiar, a revisar, a releer, a repensar y analizar, el pensamiento político, ideológico, crítico y revolucionario de Marcelo Quiroga Santa Cruz, sin ninguna pretensión, ni supeditación dogmática de nuestra realidad y de nuestra historia.
En la tesis política presentada por Marcelo y aprobada por el congreso de Fundación del PS1 el 1 de mayo del 71; que dentro de la concepción estratégica de la lucha revolucionaria Marcelo en su tesis política expone lo siguiente:
“La conquista del poder por las fuerzas populares, bajo el liderazgo de la clase trabajadora, no se dará pacíficamente y dentro de las reglas del juego de la democracia burguesa. La conquista del poder será resultado de la intervención masiva y revolucionaria de la clase trabajadora, bajo la conducción de su vanguardia política. Como parte de ella, el PS-1 adoptará todas las formas de lucha dialécticamente condicionada, siguiendo la rica experiencia insurreccional del movimiento obrero. La evaluación correcta de la correlación de fuerzas de las clases antagónicas, determinará la elección de prioridades en el campo de la táctica, incluyendo la violencia organizada del pueblo y la lucha armada. "
Este pensamiento es el que deseo reflexionar y compartir con ustedes porque tiene una carga y valor político, histórico, y cultural muy importante para el análisis, la reflexión y el debate dentro del movimiento indígena y popular. Pará ello permítanme contextualizar y apelar a mi memoria histórica individual y colectiva.
El 29 de junio de 1980 se realizan elecciones generales convocadas por la señora Lidia Gueiler Tejada quien asume la presidencia constitucional interina al ser elegida por el congreso, después que la resistencia popular obligará al teniente coronel Alberto Natusch Busch quien fuera protagonista del golpe de Estado y la masacre de todos Santos el 2 de noviembre de 1979, a renunciar ante el alto mando militar y a entregar el poder al congreso Nacional el 16 de noviembre de 1979. Estas elecciones fueron muy importantes para Marcelo Quiroga Santa Cruz porque era la segunda vez que participaba como candidato del PS-1 y también lamentablemente, sería la última; y para el Partido Socialista Uno, porque fue la participación electoral más importante de su historia partidaria al prácticamente duplicar su votación electoral y su representación parlamentaria, que estaría conformada con 10 diputados y un senador. Resultados sin duda alentadores que se obtenían en el lapso de tan sólo un año, del primero de julio de 1979 en que fueron las primeras elecciones en que participaba el PS-1, al 29 de junio de 1980. El PS-1 se convertía en la sorpresa electoral y en la esperanza del pueblo boliviano.
En las innumerables charlas que tuve con Walter Vásquez Michel (fundador del PS -1), recordaba y me contaba que la Dirección Nacional del PS1 y los diputados elegidos, se reunieron entre el 15 y 16 de julio de 1980, después de las elecciones para el análisis de la coyuntura política y electoral, las proyecciones y resultados finales y la planificación para el trabajo y la participación parlamentaria en el congreso Nacional, reuniones que se realizaban en el domicilio de Marcelo. Cuenta Walter que una de esas noches Marcelo recibió la llamada telefónica del señor Hernán Siles Suazo, ganador de las elecciones de 1980,como candidato de la Unidad Democrática y Popular UDP, para felicitar a Marcelo Quiroga Santa Cruz, por la gran votación nacional que obtuvo, y le expresó textualmente :" Marcelo lo felicito, usted será el próximo presidente de Bolivia". Esa noche Walter se quedó después de la reunión, como todas las noches; ya cuando no quedaba nadie y en la intimidad de la amistad y la camaradería, Marcelo le comento a Walter que el partido deberá prepararse para defender el triunfo electoral de las próximas elecciones " y serás tú Walter el encargado de esta tarea, deberemos prepara política y militarmente a nuestra mejor militancia a la más comprometida para defender junto al pueblo el triunfo electoral de las próximas elecciones. Marcelo de forma tácita le manifestó a Walter que Washington y la derecha nacional e internacional harán lo imposible para no permitir que en el corazón de América del Sur se instale un gobierno socialista de izquierda que construya socialismo, justicia social, igualdad, soberanía y dignidad y que por sobre todo no permitirá el saqueo de nuestros recursos naturales, para ese momento es que debemos desde ahora Walter prepararnos.
El profundo sentido histórico, critico, dialectico y revolucionario de Marcelo nos deja para el debate y la reflexión que los golpes de estado y las elecciones no son más que dos variables tácticas de una misma estrategia para la preservación del contenido de clase del estado; democracia de las oligarquías que nos proponen procesos electorales cada vez después de un golpe, democracia hecha a la medida de los intereses de clase y de los intereses imperialistas de los estados Unidos.
El gobierno de facto de la derecha boliviana trata de resolver esa contradictoria necesidad de abandonar el gobierno con prisa y urgencia y al mismo tiempo conservarlo hasta cumplir los objetivos y el proyecto imperialista de restauración conservadora y neoliberal por el cual dieron el golpe, en Bolivia la derecha prepara un fraude para lo cual necesita tiempo, tiempo también para difamar, perseguir, detener, enjuiciar y proscribir al Movimiento Al Socialismo y a sus dirigentes; es decir la derecha y el imperialismo harán lo posible y lo imposible para que el MAS no pueda volver hacer gobierno. Al parecer el proceso electoral y la realización de elecciones es inevitable y la continuidad del sistema necesario e imprescindible. Es por eso que debemos rechazar esa ilusión y simulación democratizante, y desmovilizadora y contrainsurreccional con que nuevamente se intenta someter al pueblo boliviano.
Vivimos tiempos difíciles, tiempos de autoritarismo y fascismo, tiempos de masacres, tiempos de corrupción, tiempos de represión, tiempos de no derechos, tiempos de persecución y detenciones ilegales, tiempos en que se vulneran todos los derechos humanos fundamentales, tiempos de dictadura mediática, tiempos de pandemia, tiempos electorales, en el que el movimiento popular e indígena de Bolivia una vez más tendrá que enfrentar en esta institucionalidad y legalidad democrática burguesa la adversidad, en una democracia diseñada para cambiar para que nada cambie y nada pueda ser cambiado
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